Año con año, la Ciudad de México sufre hundimientos debido a la explotación de los mantos acuíferos subterráneos, una situación que puede generar riesgos en distintas estructuras, entre ellas las del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.
Así lo deja saber un reciente estudio publicado por la revista Nature revela los cambios en la elevación que han sufrido distintas zonas de la Ciudad de México, las cuales se midieron entre 2011 y 2020, y en el cual se reveló que estos hundimientos no son uniformes.
Ya con anterioridad especialistas han advertido que el hundimiento que sufre la capital del país es “alarmante e imparable”. Esto de acuerdo con un estudio publicado hace casi tres años en Advancing Earth and Space Sciences.
Este nuevo estudio mide el hundimiento de la Ciudad de México a través de satélites, con los cuales se mapean las zonas en las que esta irregularidad podría dañar ferrocarriles.
Darío Solano Rojas, investigador de la UNAM, expuso en el nuevo informe que los habitantes de la capital del país se ha acostumbrado a que algunos edificios estén un poco inclinados, mientras que el viajar en Metro “se siente raro”.
“El subsuelo es como una esponja: sacamos el agua y luego se deforma porque va perdiendo volumen”, expuso el investigador. De tal forma que el hundimiento de la Ciudad de México varía y mientras en algunos puntos es de 20 pulgadas, en otros no se registran irregularidades.
Esto genera una desestabilización, pues distintos segmentos del Metro se mueven de manera distinta, es decir, se tienen “hundimientos diferenciales”. Este hecho, indicó el investigador de la UNAM, podría derivar en que el sistema requiera de servicio antes del umbral típico del sistema que es de 50 años.
O bien, podría generar que el sistema eléctrico de la red presente anomalías e, incluso, que trenes se descarrilen ante los cambios en la nivelación de las vías.
“Los trenes pueden descarrilarse muy fácilmente si hay un ligero cambio en la nivelación de las vías”, dijo el experto Manoochehr Shirzaei de Virginia Tech, quien únicamente emitió su opinión respecto al estudio.
“El hundimiento diferencial en la Ciudad de México daña una longitud significativa de las vías del Metro y finalmente se expresa en colapsos estructurales, fallas, grietas, deformaciones de las vías y cambios de pendiente, lo que resulta en reducción de velocidad y desempeño deficiente de los trenes, accidentes, interrupciones y pérdidas del servicio y de vidas humanas”, concluye el estudio de Solano Rojas.
¿Los hundimientos tuvieron que ver en el colapso en la Línea 12?
La investigación de Darío Solano-Rojas encontró que sí se registraron hundimientos en una zona del tramo elevado de la Línea 12, justo en un punto cercano a la estación Olivos, en donde se registró un colapso en mayo de 2021.
El equipo indicó que aunque el análisis del hundimiento se realizó antes de este colapso que dejó 26 personas sin vida y por el que se apunto como causa raíz la falta de mantenimiento y anomalías en la construcción.
No obstante, precisó también que se debió analizar el hundimiento en la zona como parte de las investigaciones oficiales, pero estas no lo mencionan.
“Parte de este análisis lo hicimos antes de 2021 y detectamos que esa zona estaba teniendo desplazamientos diferenciales”, dijo sobre los hallazgos en la zona del colapso, en Tláhuac.