¿Universidad para todos? Este es el costo de la educación superior en México

Después de revisar varias opciones Marina convenció a sus hijas de que La Salle era la mejor opción. La mayor quería fisioterapia y la menor medicina. Con un historial de muchas enfermedades en la familia y después de pasar por decenas de consultorios Marina notó que todos los doctores siempre eran de la UNAM o de La Salle.

“Para la menor que quería medicina nuestra primera opción era la UNAM porque tiene un excelente nivel pero no pasó el examen de admisión así que hizo el propedéutico de La Salle y lo pasó al segundo intento”.

Cada propedéutico tuvo un costo de 40 mil pesos y la carrera un costo de 25 mil pesos mensuales, es decir un total 150 mil pesos semestrales que tienen la posibilidad de costear, lo que le augura un buen pronóstico a sus hijas.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), en México cada año un promedio de 5 millones de estudiantes que ingresan del nivel medio superior buscan un lugar en alguna universidad para poder continuar con sus estudios y existen muchos factores que deben considerar para elegir la opción adecuada.

En la decisión al momento de elegir una universidad intervienen diversos factores, tales como el tipo de carrera que desean, sus posibilidades económicas, que tan bien posicionada está la universidad que desean e incluso si logran pasar el examen de admisión.

Y es que en México el costó de la Educación Superior puede ir desde los 240 mil pesos anuales en universidades privadas hasta 100 e incluso 2 pesos anuales en universidades públicas como la Universidad Autónoma Metropolitana o la Universidad Nacional Autónoma de México.

De acuerdo con información obtenida por Infobae en México podría considerarse que existen cuatro clasificaciones de universidades privadas: las universidades de Gama Alta Alta con costos superiores a 200 mil pesos anuales, universidades de Gama Alta con costos superiores a los 130 mil pesos anuales, universidades de Gama Media con costos de entre 70 y 100 mil pesos anuales y universidades de Gama Baja con costos de entre 25 y 60 mil pesos anuales.

Además de estas opciones, en otro lado de la ecuación, podemos encontrar a las universidades públicas donde los costos son simbólicos y no rebasan los 100 pesos anuales.

Ejemplos de Universidades de Gama Alta Alta serían el Tecnológico de Monterrey o la Universidad Anáhuac, Gama Alta universidades como La Salle o el Claustro de Sor Juana, de Gama Media universidades como la Universidad de Londres o la Universidad Simón Bolívar y de Gama Baja universidades como la UNITEC o la Universidad Insurgentes.

En todos los casos los costos no incluyen costos de inscripciones semestrales, anuales ni costos por seguros médicos u otros cobros administrativos, los cuales elevan aún más la inversión.

Sin embargo, aunque podría pensarse que los elevados costos de universidades como el TEC o la Anáhuac son los determinantes para la elección de la universidad, en la actualidad el proceso de elección es más complicado pues muchos estudiantes de clase media pueden tener la posibilidad de acceder a estas universidades por medio de sus a amplios sistemas de becas y, al mismo tiempo, estudiantes de clase alta buscan lugares en universidades públicas debido al renombre de las mismas.

De acuerdo con José Lugo, especialista en educación egresado de la UNAM en la actualidad la división de clases en las universidad, aunque sigue estando presente, es un poco menos notoria que en el pasado.

“Muchas veces puedes dar clases en universidades privadas y tener un grupo muy similar al que encuentras en universidades públicas y viceversa en los estacionamientos de universidades privadas puedes ver estacionados carros de último modelo de estudiantes de clases altas que optaron por la UNAM porque su nivel educativo”, comenta.

Para este profesor la pregunta ¿Cuál es mejor la universidad pública o la privada? no es la pregunta correcta ya que ambas poseen puntos fuertes destacables en cada caso.

“Por una lado en la universidad pública podemos observar un poco más de libertad: libertad de cátedra, mayor posibilidad de expresión humanística y más posibilidad de pensar otros marcos y desarrollar otros métodos. En este sentido su fuerte siempre ha sido la investigación, la teorización y la reflexión”, explica.

Además de esto señala que la universidad privada también puede distinguirse “por un tipo de organización política que no encuentras en la privada como asambleas, tomas de universidad, involucramiento temas políticos lo cual puede ser desventaja en algunos momentos pero también permite más a los alumnos involucrarse activamente en movimientos sociales y en lo que está pasando en el país”, señala.

Por su parte, el profesor comenta que las universidades privadas suelen desarrollar más fortalezas en los campos tecnológicos y de aplicaciones prácticas y laborales. Además también observa que “suele ser un poco más fácil para estudiantes de universidades privadas insertarse al mundo laboral después de egresar”.

De acuerdo con el especialista para quienes desean acceder a una universidad privada también es importante considerar las líneas de acción de las escuelas, las cuales suelen cambiar según la universidad:

“Existen universidades privadas de corte humanista donde vemos en los planes de estudio materias de filosofía, ética o psicología social y escuelas más de tipo empresarial donde se incluyen materias de emprendimiento y liderazgo. Ya depende mucho de cada persona lo que esté buscando en su formación”, comenta.

Para los papás de los 11 hijos de la familia Martínez Herrera hubiera sido imposible costear la universidad de sus hijos de no haber sido por la existencia de la universidad pública. Todos y cada uno obtuvieron un lugar para estudiar en la UNAM, lo que les aseguró un mejor futuro y mejores condiciones de vida. Algunos de ellos son maestros, doctores y uno posee incluso la famosa medalla Gabino Barreda por ser el mejor promedio de su generación en la maestría de Filosofía de la Ciencia.

Sin considerar otros gastos, para los padres de esta familia, 88 pesos fue el costo total de dar carrera universitaria a todos sus hijos. “Es un alivio poder tener educación de ese nivel a ese costo, por eso siempre cuide mucho las notas de mis hijos, sabía que era la única manera de que tuvieran garantizada su educación”; explica la madre de esta numerosa familia.

Si bien los promedios de esta familia les permitió acceder a una educación gratuita y de calidad existe una gran parte de la población que no es capaz de acceder a una de las universidades de gamas altas aún con becas del 80% pero que tampoco logran un lugar en las universidades públicas del país. Para ellos quedan las opciones de universidades de gama baja.

Universidades como la UNITEC o la Universidad Insurgentes permiten el acceso a la educación a miles de estudiantes que de no ser por estas no tendrían posibilidades de acceder al nivel superior.

Para Edgar Torres, a pesar de tener otras opciones en mente, la UNITEC fue la que mejor se adaptó a sus necesidades. Se interesó por la carrera de Administración de Empresas de Entretenimiento y Comunicación y decidió inclinarse por esta universidad debido a que no encontró carreras similares y accesibles a su bolsillo en otras universidades. También sintió inclinación por esta escuela porque su papá había estudiado ahí.

Edgar comenta que su experiencia fue siempre positiva y que ha disfrutado tanto los horarios, como las clases, las instalaciones y los maestros.

A pesar de que estas universidades alcanzan a manejar un nivel educativo que aún permite a sus alumnos competir con el mercado laboral existen muchas otras universidades, coloquialmente conocidas como “universidades patito” que se aprovechan de la necesidades educativas de las clases más bajas.

“Con este tipo de escuelas sí es necesario tener mucho cuidado ya que en muchos casos lo único que les interesa es el dinero de los alumnos y muchas veces sus ofertas educativas ni siquiera sirven para competir en el mercado laboral y literalmente están condenando a sus alumnos al desempleo y además les cobran”, señala el profesor José Lugo.

Muchas de las universidades que Lugo señala ni siquiera son conocidas entre la población y no cuentan con planes de estudio avalados, lo que representa un riesgo de estafa para muchos jóvenes que buscan un lugar para continuar sus estudios.

El panorama resulta incierto en un sistema en el que no todos tienen las mismas oportunidades y es por eso que Mirna siempre le señala a sus hijas valoren la oportunidad que tiene de estar en una buena escuela.

“Yo estudié en la Ibero y para qué dimensiones el nivel de la gente que estudia ahí fui compañera de clases de la mamá de Paulette y tomé una materia con Javier Duarte; había grupos muy bien definidos que aún existen ahora, los super ricos que vivían en un mundo completamente ajeno al tuyo, los becados hijos de maestros a los que les hacían el feo y quienes nos pagamos la escuela trabajando que no éramos ni de aquí ni de allá”.

“En La Salle mi hija me comenta que también existen los grupitos pero no son tan marcados. Yo le digo que aproveche su educación pero que siempre mantenga los pies en la tierra”, señala Mirna quien a pesar de haber estudiado en la Ibero se considera a sí misma Lasallista.