Rambo: más que un perro, un símbolo de unidad y esperanza para todos

Se jubiló de la Marina de EEUU antes de tiempo debido a una enfermedad degenerativa, pero apoyó a decenas de familias propietarias de perros como él

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Rambo sirvió brevemente a la marina de EEUU antes de ayudar a más perros militares como él. (Facebook/Sgt Rambo N577)
Rambo sirvió brevemente a la marina de EEUU antes de ayudar a más perros militares como él. (Facebook/Sgt Rambo N577)

Rambo fue un pastor alemán que valientemente sirvió a los Marine Corps desde el 6 de enero de 2011 como perro detector de explosivos con base en Cherry Point, Carolina del Norte, Estados Unidos. Aunque su paso por la armada fue breve, pues tuvo que ser retirado el 11 de abril de 2012 debido a una lesión, fue un activo destacado dentro de su escuadrón.

Mientras se encontraba en servicio activo, el perro realizó 994 horas de entrenamiento y 622 misiones tanto en la base como en su comunidad local. Tras su paso por la Marina de EEUU, Rambo adoptó un nuevo propósito, convirtiéndose en la mascota de Alamo Honor Flight, donde acompañó a innumerables veteranos de la Segunda Guerra Mundial a Washington, D.C., teniendo incluso el honor de conocer al entonces senador Bob Dole y su esposa.

Posteriormente se convirtió en la mascota oficial de Gizmo’s Gift, organización sin fines de lucro de Texas encargada de proporcionar apoyo financiero a las familias que adoptan canes de trabajo retirados. Su destacada labor tanto dentro como fuera de las fuerzas armadas de EEUU, lo hicieron acreedor en 2015 al Hero Dog Award, premio otorgado por la organización American Humane que reconoce el trabajo de estos animales bajo diferentes categorías.

El fin de su carrera militar

Una enfermedad degenerativa detuvo su carrera antes de tiempo.
Una enfermedad degenerativa detuvo su carrera antes de tiempo.

Brandee Moyer, manejadora de Rambo durante su servicio con los Marine Corps, declaró en entrevista para American Humane que cuando conoció al que sería su pareja creyó que sería alguien muy agresivo, sin embargo, resultó ser todo lo contrario.

El animal huía constantemente de Moyer, algo que hizo que el vínculo entre él y su manejadora tomara un poco de tiempo en fortalecerse, pero pronto el esfuerzo valió la pena. “Era un pequeño perro detector increíble”, señaló la manejadora.

Pronto, la carrera de Rambo se vio interrumpida por una lesión; su manejadora lo llevó urgentemente a los veterinarios, quienes no pudieron diagnosticar sino hasta un año después, cuando ya no había mucho que hacer por mejorar su situación.

La evaluación reveló que sufría de una enfermedad degenerativa de las articulaciones, DJD por sus siglas en inglés, que, de acuerdo con el VCA Animal Hospitals, se refiere a la artritis u osteoartritis que a su vez es el resultado del deterioro gradual del cartílago dentro de una o más articulaciones.

Dicha afección le provocaba dolor extremo, por lo que debía recibir analgésicos todo el tiempo y fue considerado como no apto para el trabajo militar.

Poco tiempo después de su jubilación, Rambo fue puesto en adopción, sin embargo, se le dificultó encontrar un hogar, pues su condición lo hacía poco deseable entre los interesados.

Su suerte mejoró al poco tiempo, cuando fue adoptado por Lisa Phillips, ex técnica veterinaria que atendió a perros militares de Estados Unidos mientras se encontraban en servicio activo y fundadora de Gizmo’s Gift, fundación sin fines de lucro encargada de apoyar financieramente a los dueños de canes de trabajo jubilados.

“Desafortunadamente, cuando se retiran, los perros militares dejan de obtener beneficios médicos del Gobierno. Gizmo’s Gift nació para satisfacer las necesidades que no eran cubiertas por las autoridades”, declaró Phillips.

Al ver la situación por la que pasaba Rambo, su dueña tomó la difícil decisión de amputar su pata, con el único objetivo de aliviar el dolor en su hombro.

Una vez libre que su situación mejoró y aprendió a caminar sobre tres patas, Rambo se convirtió en defensor de todos los perros de trabajo militares y junto a su dueña, generó concientizó a las personas sobre la situación por la que pasan decenas de estos animales.

El legado de Rambo

En 2015 recibió un premio con el que su legado quedó inmortalizado.
En 2015 recibió un premio con el que su legado quedó inmortalizado.

En 2015, recibió el premio Hero Dog Award, ganándose así el estatus de “héroe”, pues su personalidad y gran labor fueron cruciales para romper barreras y promover la unidad entre grupos dedicados al bienestar animal, los derechos humanos y las organizaciones militares y de veteranos.

La mascota falleció en febrero de 2019, pero dejó un legado difícil de borrar, mismo que es recordado a través de la organización con la que apoyó a decenas de perros como él y a sus familias.

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