Despidos en PlayStation: un golpe a la imagen del gigante

PlayStation despidió a 900 trabajadores, afectando inclusive a sus estudios más exitosos y cerrando la sede de Londres, dedicada al desarrollo de juegos para PS VR2. ¿Cómo seguir confiando en una familia de productos sin soporte?

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Lamentablemente, las noticias de despidos en la industria de los videojuegos se están convirtiendo en moneda corriente. Ahora, es turno de Sony, quien anunció el despido del 8% de sus empleados de PlayStation, lo que equivale a aproximadamente 900 personas.

PlayStation está teniendo unas semanas para el olvido. Sus problemas van desde una fuertísima caída en la Bolsa, que debe haber sido un cataclismo para los accionistas y altos mandos, hasta una feroz reducción de personal. Todo esto sucede dentro de un contexto mediático poco feliz para su base de usuarios, con titulares sobre una supuesta escasez de grandes títulos para lo que queda del próximo año fiscal (que termina en marzo de 2025) y la noticia de que PlayStation 5 ha alcanzado la mitad de su vida útil.

Que Sony se sume a la oleada de despidos que afecta a la industria del videojuego no es una casualidad, sino una salida fácil. No hay consecuencias reales para los ejecutivos de abultados salarios, los que pagan los platos rotos son las 900 familias que tienen que reinsertarse en un mercado laboral que, al día de hoy, suma casi 7 mil talentos desempleados. Las decisiones que llevaron a que la marca pierda prestigio y valor en la Bolsa no las tomaron los desarrolladores, pero el hilo siempre se corta por el lado más fino.

Para este mes habrá dos lanzamientos que darán de qué hablar PS VR 2 y Hogwarts Legacy.
Para este mes habrá dos lanzamientos que darán de qué hablar PS VR 2 y Hogwarts Legacy.

Esta situación pone en jaque la confianza de una base de usuarios formada por más de 50 millones de PS5 alrededor del mundo. Una comunidad que hasta hace unos pocos meses estaba siendo bombardeada con anuncios sobre las bondades de PS VR2 y todas las posibilidades que traía a la experiencia de juego. La misma que hoy tiene que ver cómo PlayStation cierra con absoluta impunidad la subsidiaria de Londres, que se encargaba del desarrollo VR first party. A un año de su lanzamiento, Sony acaba de darle la primera puñalada certera a su nuevo proyecto de realidad virtual.

Los usuarios que teníamos PS Vita conocemos perfectamente esa sensación. Cuando la cosa se complica se “corta por lo sano”, se reducen costos y se enfocan los recursos hacia proyectos más rentables. En el camino quedan los denominados “Early Adopters”, los entusiastas que tienen la camiseta puesta y se suben a cuanta propuesta nueva les propone su marca favorita. ¿Se acuerdan de PlayStation Vita TV? ¿Del soporte para 3D activo? ¿Y los juegos para PS Move? La innovación se usa como un herramienta de venta dentro de un discurso y se mantiene a fuerza de la confianza de la base de usuarios.

Twisted Metal | Desarrollador: Eat Sleep Play | Diseñador: David Jaffe | Distribuidor: Sony Interactive Entertainment
Twisted Metal | Desarrollador: Eat Sleep Play | Diseñador: David Jaffe | Distribuidor: Sony Interactive Entertainment

La confianza de más de 50 millones de jugadores es lo más valioso que tiene PlayStation. Representan 50 millones de chances de vender un juego 3rd party y a la vez un gigantesco público cautivo para sus exclusivos. Dejar a esa base de usuarios sin grandes lanzamientos por casi un año, a la vez que anuncian que su consola más poderosa ya está a la mitad de su vida útil, conlleva serias consecuencias. Y no me refiero al corto plazo, sino de cara a futuros proyectos de la empresa. Sin ir más lejos, PS Portal dejó de ser noticia a semanas de su lanzamiento: ¿Pará qué querrían los usuarios invertir sus ahorros en una segunda pantalla pensada para ser utilizada en la cercanía física de una PS5? ¿Para avanzar en la partida mientras nuestra familia usa el televisor?

Los despidos son la evidencia más clara de que PlayStation está en medio de una crisis interna. Una crisis proveniente de una serie de decisiones cuestionables que llevaron al cierre de estudios internos, cancelaciones de títulos en desarrollo (como el juego como servicio de Twisted Metal) y una señal de abandono prematuro para su proyecto de realidad virtual. Las consecuencias directas, las más importantes, las sufren los trabajadores que se quedan sin empleo, aún habiendo hecho las cosas bien. ¿Cuál es el criterio a tener en cuenta a la hora de reducir el personal de un estudio? Porque “el éxito” claramente no tiene nada que ver.

Little Big Planet | Programadores: Media Molecule, Sumo Digital, Tarsier Studios
Little Big Planet | Programadores: Media Molecule, Sumo Digital, Tarsier Studios

Cuando los despidos alcanzaron a Media Molecule, responsables de la saga Little Big Planet y Dreams, se utilizó el fracaso comercial del último juego como argumento de justificación. Japan Studio, un estandarte del desarrollo nipón de Sony, cayó casi en silencio porque “no era lo suficientemente rentable para continuar desarrollando”. Ahora las medidas de ajuste golpearon las filas de Naughty Dog e Insomniac Games, dos de los estudios responsables de los títulos más populares de PS5. Según los reportes oficiales, The Last of Us Remake, las remasterizaciones de Uncharted y los tres juegos de Spider-Man fueron éxitos rotundos tanto en lo comercial como desde el punto de vista crítico ¿Por qué sus trabajadores también fueron despedidos?

La realidad es que no hay consecuencias reales para la marca, pero debería. PlayStation es sinónimo de gaming alrededor del mundo y tiene una presencia indiscutible en la cultura popular. Los jugadores esperan con ansias el lanzamiento de una nueva consola con la esperanza, disfrazada de garantía, de tener acceso a juegos fantásticos, imposibles en cualquier otra plataforma. Sin embargo, acá estamos, a mitad de la vida útil de la consola más poderosa de Sony, con un puñado de títulos exclusivos que de a poco van llegando a PC y un año de sequía de exclusividades por delante. Mientras tanto, la competencia avanza a pasos agigantados.

Destiny 2, de Bungie.
Destiny 2, de Bungie.

PlayStation no perderá su lugar en el mercado, el dominio que ha conseguido le garantiza un estatus que pocos podrían imaginar. Sin embargo, los últimos años han comenzado a golpear la imagen del gigante japonés. Los costos de producción de los tanques AAA que suele ostentar ya no se pueden sostener únicamente publicando en su propio ecosistema. La necesidad de recuperar ese dinero es cada vez más agobiante y, en un futuro cercano, no sería imposible imaginar un escenario en el que la exclusividad sea únicamente dentro del segmento de consolas.

Así como Microsoft publica sus exclusivos en simultáneo entre Xbox y PC, es posible que Sony termine haciendo lo mismo. Es comprensible la necesidad de recuperar los altísimos costos de producción, el problema es cuánto tiempo están dispuestos a mantener el sistema actual de exclusividades y a qué costo. ¿Cuánto falta para que Bungie vuelva a tener que despedir gente? La fecha de lanzamiento de la última versión de Destiny 2 abrirá la puerta a reducir nuevamente su personal y, si ni siquiera los grandes favoritos están exentos, ¿qué estarán sintiendo los trabajadores de estudios como Housemarque, SIE Bend, Guerrilla o Bluepoint Games? Si el panorama es devastador para los trabajadores de la industria, sin duda también lo es para los jugadores. La diferencia es que estamos jugando títulos creados hace 3 o 4 años y todavía no es tan evidente.

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