“La Venus del Sur”: poemas eróticos que no le temen a las contradicciones del amor

En su nuevo libro, el argentino Gerardo Foia le escribe a su amada y se planta entre la intensidad carnal y la espiritual.

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En "La Venus del Sur", el poeta argentino Gerardo Foia oscila entre los encuentros y los desencuentros amorosos.
En "La Venus del Sur", el poeta argentino Gerardo Foia oscila entre los encuentros y los desencuentros amorosos.

“Todo poema de amor es un poema a Venus, diosa del amor y de la belleza”, escribe el poeta Eduardo Mileo en el prólogo a La Venus del Sur, el nuevo poemario del argentino Gerardo Foia, poeta, gestor cultural, periodista y productor integral en medios de comunicación.

Publicado por Ediciones en Danza, La Venus del Sur se divide en doce secciones y sus poemas oscilan entre la intensidad carnal y la espiritual, entre el encuentro y el desencuentro amoroso.

No hay amor que no tenga su contracara y la diosa abunda en contrastes. Amor y dulzura, caricia y herida, garras como labios. El amor se construye con materias contradictorias”, agrega Mileo en su prólogo, que puede leerse completo al final de esta nota, junto a algunos poemas de Foia.

El autor, además de haber sido director general del Canal IP Noticias del Grupo Octubre, dedicó su vida a la literatura y la poesía. En 1988, por ejemplo, fundó el grupo literario Bardus, referente del surgimiento de la generación poética de los 90. Organizó también el Primer Encuentro Nacional de Poesía Joven, que le dio la “Bienvenida del Regreso” al país a Juan Gelman luego de su largo exilio, e impulsó la creación de la única Biblioteca Municipal de Poesía de Latinoamérica.

Escribe Foia en La Venus del Sur, su quinto poemario después de Sincinesis, La mirada herida, Fuga O ́clock y Gardela: “Quizás nosotros nos tengamos viento / pero somos pájaros / que navegamos / surcando aquellos días / que nos amanecerán / nunca / y dejando atrás a todo vapor / las costas del futuro”.

“La Venus del Sur” (fragmentos)

"La Venus del Sur", de Gerardo Foia, publicado por Ediciones en Danza.
"La Venus del Sur", de Gerardo Foia, publicado por Ediciones en Danza.

Prólogo de Eduardo Mileo

Todo poema de amor es un poema a Venus, diosa del amor y de la belleza. En su halo, que se presume perfumado, brillan los atributos del fuego. Erotismo y veneno suelen ser sus armas, y en sus ojos se refleja el oro de la venganza. No hay amor que no tenga su contracara, y la diosa abunda en contrastes. Ardor y dulzura, caricia y herida, garras como labios. El amor se construye con materias contradictorias.

Si la belleza se concibe serena, sus atributos se dulcifican. Si, en cambio, se erotiza, la piel se enciende y la mirada quema. La pasión que enlaza los cuerpos lleva en su espíritu del destino de la fusión. Fusión que vuelve uno al ser amado con el arquetipo. Todo amor es platónico, porque arma un modelo. El amor entrona al sujeto amado, lo endiosa, lo torna irreal. El amor hace hablar al amante, vuelve poema a la amada. Cielo y tierra se funden en el ideal amoroso, viven así en la letra como en el abrazo.

“Inesperada y arcana / (...) sin nada que te asemeje”, le dice Foia a su amada inmortal, y la describe como “un arte secreto de miles de años antes del poema”. Ese misterio que es la persona amada se vuelve pasado remoto, principio de todas las cosas. El misterio crea la necesidad -”me abundabas la mirada”- y deja escrita la visión. El amante se vuelve intérprete de lo inefable, y la mirada, objeto de sus desvelos. Quitar el velo de las cosas: descubrir la mirada ante los otros.

El amante sabe que su odisea está condenada al fracaso: “Sin lograr hacer pie en la memoria / sé que cualquier pregunta sobre vos / será eterna / o condenadamente solitaria / porque nunca tendrá una respuesta / o una sombra”. Pero insiste porque, sin su amor, el amante no es nada. Su vida está signada por esa tarea imposible, un destino que no llega nunca a cumplirse, o una vida cuyo destino es quedar inconclusa. El destino de todo amor cumplido en el lenguaje: “Así me era yo / cautivo del amor / pero aún no su víctima”.

Conciencia del amor y conciencia de la otredad: “El cristal es incomprensible / y pocas veces / su reflejo / es manifiesto de uno mismo”. Que devienen conciencia del destino: “Con los pies entumecidos / en la utopía / me abismo a la lectura / interminable de vos”. La utopía de vivir con los pies en la tierra y la memoria en el aire. Crear las alas que lleven la memoria al poema. Entrar en el instante que transcurre “de frente al poema estremecido / venturosamente inconcluso / donde el tiempo se obra”.

En este tiempo creado, “¿Cómo elegir una sola imagen”? Si el tiempo no termina con la vida. Si continúa en el amor, en la vida de los otros. Si encuentra otros ojos y nace de su propio brillo. “En tu mirada / temblorosa al recién despertarse / conviven todos los tiempos inalcanzables”. Esta amada arcana, misteriosa, secreta, ¿no es la poesía?

Gerardo Foia: "Quisiera hacer / una balsa con mis huesos / y atarlos firmemente / con cada uno de tus abrazos".
Gerardo Foia: "Quisiera hacer / una balsa con mis huesos / y atarlos firmemente / con cada uno de tus abrazos".

VIII

El tiempo es

como el agua

tiene su misma naturaleza.

***

Anda su curso insumiso

de suaves vertientes

o en caída libre

y entre lágrimas evocadas

se desgarra en algún instante

y ahí se estanca

en otros modales

que no contemplan su medición.

***

Así es el tiempo

con su tumulto

que lleva y trae cosas como el agua

y cuando se desarma

en la marea

nos olvida y nos ahoga.

***

El porvenir entonces

nos naufraga el presente

y nos contiene

arremolinados

a las corrientes del pasado.

***

Y yo

marinero a mi suerte

no siempre sé

nadar.

***

Quisiera hacer

una balsa con mis huesos

y atarlos firmemente

con cada uno de tus abrazos.

***

Quizás nosotros nos tengamos viento

pero somos pájaros

que navegamos

surcando aquellos días

que nos amanecerán

nunca

y dejando atrás a todo vapor

las costas del futuro.