“El derecho a cagarse en Dios”: el libro detrás de la condena a los terroristas que atentaron contra Charlie Hebdo

El abogado Richard Malka estuvo al frente de la condena a los asesinos de 12 integrantes del semanario satírico francés. Publicó su alegato y explica qué pasa cuando “se hace un juicio a las ideas”.

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"Todo está perdonado" publicó en su portada el semanario Charlie Hebdo en el número que llegó a la calle después del atentado contra su redacción.
"Todo está perdonado" publicó en su portada el semanario Charlie Hebdo en el número que llegó a la calle después del atentado contra su redacción.

“La libertad de expresión es de la que dependen todas las demás”, asegura Richard Malka, abogado del semanario Charlie Hebdo y autor de El derecho a cagarse en Dios, su segundo libro, en el que recoge el alegato final que expuso en el juicio contra los terroristas que atentaron contra la publicación satírica francesa en 2006.

En una entrevista publicada en la web de la Asociación de Medios de Información (AMI), Malka reivindica la libertad de expresión frente a la presión de la amenaza del tipo que sea: terrorista, religiosa o de culpabilidad.

El alegato final que expuso como letrado en el juicio por el atentado contra Charlie Hebdo, en el que murieron 12 personas del medio, y que el semanario ganó en 2020, va, a su modo de ver, “mucho más allá de la acusación en el juicio contra los terroristas y sus cómplices por el atentado”.

“No hubo un juicio, sino dos juicios en uno: el de los acusados, por un lado, y el de las ideas y los valores republicanos, que se han querido asesinar y enterrar. Estos crímenes no son crímenes como cualquier otro y este juicio no pudo ser un juicio como otro cualquiera”, señala Malka.

"Je suis Charlie" fue la frase que cobró enorme fuerza en las masivas marchas para pedir justicia por las víctimas del atentado contra la redacción del semanario.
"Je suis Charlie" fue la frase que cobró enorme fuerza en las masivas marchas para pedir justicia por las víctimas del atentado contra la redacción del semanario.

En El derecho a cagarse en Dios, el abogado francés insta a no renunciar nunca a los derechos adquiridos “con tanto esfuerzo” por quienes nos precedieron: “Nunca ganamos nada renunciando a derechos, incluido el derecho a la caricatura, es decir, a reírnos de todos los dogmas, con el pretexto de que queremos estar tranquilos y en paz y no lastimar a nadie. Solo así estamos alimentando al monstruo de las ideologías totalitarias, cuyo apetito sólo crece en nuestras constantes renuncias”, insiste.

Malka entiende que “tenemos que aceptar ser escandalizados de vez en cuando o ser heridos en nuestra sensibilidad”: “No es algo tan grave, incluso resulta útil, porque es el precio a pagar para vivir juntos, con nuestra diversidad de opiniones”.

Su segundo libro es un homenaje a la “irreverencia, al libre debate, al pensamiento crítico, a los librepensadores” y a sus amigos dibujantes de Charlie Hebdo “que fueron asesinados por unos trazos de lápiz aun siendo los hombres más pacifistas y humanistas”.

“Soy el abogado del medio de comunicación que me parece más valiente del mundo”, un medio que “se ha convertido en un símbolo de resistencia al espíritu de los tiempos (...), un soplo de aire fresco en lo política y religiosamente correcto”.

Frente al orgullo de ser el letrado del semanario satírico francés, Malka se muestra preocupado por el futuro de los medios y periódicos. “Si la emoción sigue ganando a la razón, si la intolerancia a las ideas que nos molestan sigue su cruzada victoriosa, si la descontextualización de los dibujos o las palabras se convierte en regla, entonces no soy optimista sobre la supervivencia de los medios. Luchar desde los medios también es mantener la esperanza”, asegura.

Y recuerda la frase de George Orwell: “La libertad de expresión sólo tiene sentido si te permite decir a los demás lo que no quieren oír”. “Debemos respetar a las personas por sus creencias”, concluye.

Fuente: EFE

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