Antes de la llegada de los smartphones, salir al trabajo y olvidarse el celular en la casa era una situación común, casi anecdótica. Pero en poco tiempo se pasó a estar casi todo el día con el celular en la mano. En el marco del aislamiento por la pandemia, la exposición a las pantallas aumentó ampliamente, y con ella, los riesgos a los que quedan expuestos los niños y adolescentes.
En tal sentido, cobró relevancia el concepto de ciberbulling, derivado del de bullying, que hace referencia al hostigamiento constante y sistemático entre niños, niñas o adolescentes en contexto escolar, pero ahora ampliado al ámbito de las redes sociales. Según una encuesta a más de 21.000 estudiantes, el 9,3% de las niñas y niños describe haber sufrido acoso sistemático a través de las redes y medios digitales.
El ciberbullying tiene características propias que son necesarias conocer para abordar el problema en su complejidad. Una de ellas es el alcance: la masividad y la viralización potencian la capacidad ofensiva de las publicaciones. En esa línea, el ciberbullying puede ser constante ya que la víctima recibe notificaciones todo el tiempo, generando una sensación de no descanso y perturbación.
Otra es la multiplicidad de perfiles ya que en los espacios digitales está el que publica algo agresivo, pero también quien lo comenta o simplemente no lo denuncia. A ello se suma la gran cantidad de plataformas y formatos, generando un abanico enorme de posibilidades de hostigamiento.
También hay un mayor grado de agresividad debido a la falta de empatía por la distancia física. Esta agresividad se ve potenciada por la ausencia de adultos. El digital es un espacio sin adultos lo que deja una sensación de soledad que solo empeora la situación de quien es víctima.
En ese contexto, además de la responsabilidad que recae en los usuarios, la empresa de telecomunicaciones Movistar asumió que tiene incidencia sobre estas temáticas por lo que desde hace años trabaja en conjunto con diferentes ONG, tanto en la capacitación a través de proyectos educativos, sociales y culturales adaptados al mundo digital, como en una comunicación que concientice y construya basada en los valores de época.
En ese marco, desarrolló una serie de recomendaciones para promover el buen uso de la tecnología y prevenir el ciberbullying.
El ciberbullying no se circunscribe a hechos aislados por lo que Movistar, junto a las organizaciones Faro Digital y Creando Conciencia, lleva adelante una iniciativa destinada a tomar conciencia sobre el impacto que puede tener en la vida propia y la de los demás, lo que se hace con el celular.
La campaña “Conectemos con responsabilidad” invita a reflexionar que algo tan cotidiano como contestar un mensaje o reenviar una foto, también involucra a los demás y sus consecuencias pueden ser irreversibles. Para ver la campaña completa y acceder a más información y material educativo se puede ingresar aquí.