Pablo Heras-Casado encara "Los maestros cantores de Nuremberg", su sexto Wagner en el Real

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Madrid, 17 abr (EFE).- Pablo Heras-Casado vuelve a tomar la batuta para dirigir su sexto Wagner en el Teatro Real: el estreno absoluto de una nueva producción de la comedia humanista 'Los maestros cantores de Nuremberg', un "bombazo", en palabras de Joan Matabosch, que se representará en 9 ocasiones desde el 24 de mayo.

"Es un acontecimiento extraordinario, de lo más ambicioso que se puede hacer en un teatro, nunca se ha representado tantas veces en Madrid", ha explicado con entusiasmo Matabosch, el director artístico de la institución, durante la presentación de esta obra que habla de la importancia del arte para los pueblos, junto a Heras-Casado y el director de escena, el francés Laurent Pelly.

Heras-Casado se pone al frente del trabajo de 230 artistas (19 solistas, los 112 miembros del coro titular, 4 actores y los 95 músicos de la orquesta) en una obra de 4 horas y media que afronta con un "conocimiento profundo para dosificar" y evitar el desgaste físico: "Con la edad coges poso y experiencia, es una cuestión más mental que física", ha explicado el maestro, cada vez más vinculado al repertorio wagneriano, y que ya ha dirigido en Bayreuth.

Preguntado si se siente más libre en Madrid que en el prestigioso festival de la ciudad alemana, concebido por el propio Wagner para mostrar sus obras, Heras-Casado ha respondido que no. "Me atrevo a lo mismo esté donde esté, no se pueden tomar riesgos pensando en el público o los críticos, simplemente asumo siempre un compromiso máximo", ha recalcado.

Wagner concibió esta obra cómica mientras escribía 'Tristán e Isolda', cumbre de su dramatismo. "Sorprende muchísimo por el registro no solo musical, también la historia, en la cual no existe drama, tragedia, no hay personajes malvados, dioses, acontecimientos sobrenaturales, y todo es profundamente humano, honesto y sincero", ha explicado el director de orquesta.

A su juicio, la duración de la ópera es algo anecdótico, porque "cada nota y cada compás son un regalo y son necesarios", para volver a las raíces de la tradición musical alemana, en un pueblecito donde la música, el arte y la poesía están en el centro de la sociedad. Para ello, Wagner "recurre a Bach, a los corales luteranos del siglo XVI, a las texturas y transparencias de Beethoven y Mozart".

La duración de 5 horas y cuarto incluyendo dos pausas ha llevado a adelantar las funciones a las 18 horas y el domingo 28 de abril a las 17 horas.

La ópera está protagonizada por los miembros de un gremio de artesanos burgueses que compaginan sus oficios con el arte de crear canciones bajo reglas muy estrictas y minuciosas.

La llegada de un forastero que, por amor, intenta participar en uno de sus severos concursos de canto con una arrebatadora e inspirada canción fuera de todos los cánones establecidos, genera entre los Maestros cantores un encendido debate estético y filosófico entre lo transgresor y lo normativo en la creación artística, que va creciendo en complejidad a lo largo de toda la ópera, evocando las grandes corrientes de pensamiento del Romanticismo centroeuropeo.

Para el director de escena, Laurent Pelly, al igual que en el cine, hacer comedia es más difícil que drama: "La comedia es ritmo, precisión. Pero me interesa la comedia cuando es profunda, humana, incluso oscura, hacer reír por reír no me interesa", ha remarcado.

"Es una obra universal que habla del lugar del arte en la sociedad, un tema que nos toca, sobre todo en un momento en que el mundo es cada vez más loco y caótico", ha dicho.

Para poner en escena una obra que Wagner situó en una Noche de San Juan del siglo XVI protagonizada por el poeta, músico y zapatero Hans Sach (que vivió entre 1494-1576), Pelly decidió "inventar un mundo, construir un pasado sin época, quizá en el siglo XIX, en todo caso un lugar destruido en el que los personajes buscan aferrarse a reglas y abstraerse del desastre que les rodea", ha explicado.

La música se apoya en el trabajo de unos cantantes que también son grandes actores, encabezados por Gerald Finley (Hans Sachs), Leigh Melrose (Sixtus Beckmesser), Tomislav Mužek (Walther von Stolzing), Jongmin Park (Veit Pogner), Nicole Chevalier (Eva), Sebastian Kohlhepp (David) y Anna Lapkovskaja (Magdalene).

Entre el 24 de abril y el 25 de mayo el Teatro Real ofrecerá las nueve funciones que se presentarán posteriormente en los teatros coproductores: la Ópera Real de Dinamarca y el Teatro Nacional de Brno. EFE

met/bal