Un jurado de ciudadanos de a pie para dar ideas candidatas a lograr a fondos europeos

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Pilar Palazuelos

Santander 5 abr (EFE).- En próximos días el Gobierno de Cantabria va a arrancar un proyecto pionero con el que quiere dar voz a los ciudadanos para que opinen sobre cuál es el mejor destino que se puede dar a los fondos europeos, aplicando un procedimiento nada innovador que se remonta a los tiempos de la Antigua Grecia y Roma, y que desde siempre ha servido para pulsar el sentir de la calle: el jurado.

La idea es sencilla pero a la vez novedosa. El Ejecutivo cántabro va a utilizar un jurado de ciudadanos con distintos perfiles para que den sus ideas y manifiesten a qué tipo de propuestas les gustaría que se dedicara el dinero que viene de Europa.

El origen está en uno de los proyectos en los que trabaja Cantabria para recibir fondos europeos, la iniciativa Lotti, orientada a favorecer oportunidades en zonas en declive industrial.

  Así, este jurado se va a poner en marcha en una comarca, la del Besaya. Y todo tiene su porqué, y es que esta zona reúne las condiciones: se trata de una área tradicionalmente industrial, en la que se quieren poner en práctica actuaciones de transformación y que ya es beneficiaria de fondos dentro del proyecto Lotti.

Bajo su paraguas, cinco autoridades regionales de gestión y tres agencias regionales de 6 países europeos (Finlandia, España, Polonia, Irlanda, Francia e Italia) trabajan juntas durante el periodo de ejecución, que abarca desde 2023 hasta 2027, con el objetivo de mejorar la capacidad para diseñar y aplicar políticas innovadoras de apoyo a la regeneración industrial.

Hay dos premisas: el fomento de la identidad local y la participación. Y enlazando con esta segunda pata, Cantabria lanza su propuesta pionera para que la gente de a pie se involucre, forme un jurado ‘popular’ e impulse una tormenta de ideas para señalar qué proyectos pueden ser los mejores para recibir financiación de fondos europeos.

Quienes integren este jurado se juntarán con expertos de la OCDE, que darán unas pautas y asesoramiento, con vistas a debatir sobre qué políticas públicas se necesitan y qué proyectos creen los jurados que han de destacarse. Los resultados de estas deliberaciones serán públicos y servirán de recomendaciones, no serán vinculantes.

Alguno de los límites que se pondrán a la tormenta de ideas es que sean proyectos financiables con fondos europeos de cohesión y que cumplan los requisitos que se reclaman para poder otorgar esa financiación.

El consejero cántabro de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Luis Ángel Agüeros, explica a EFE que lo que se busca es consultar y recabar el parecer de quienes, a la postre, serán los destinatarios finales de esos proyectos: los ciudadanos.

"Se trata de que no sea el político de turno, el alcalde de turno, el que decida que se haga un puente aquí, o que los fondos vayan a esto o a lo otro, sino que se escuche a un órgano que tenga esa representatividad y que cuente con el ciudadano", añade.

Para empezar, el Gobierno de Cantabria va a mandar cartas a empresas de la comarca del Besaya, para explicar el proyecto, invitarlas a participar y pedir que preseleccionen candidatos a jurados entre sus trabajadores.

También se recurrirá al Servicio Cántabro de Empleo para que elija perfiles que puedan involucrarse en este proyecto.

El consejero cántabro señala que hay esperanzas de que si esta iniciativa del jurado, que ha despertado "interés" en los expertos europeos, tiene éxito, puedan llegar a Cantabria fondos adicionales a los previstos.

Las personas que finalmente formen ese jurado ciudadano tendrán una remuneración para compensar su tiempo, como ocurre en otros casos similares, como el jurado popular de los juicios.

Este jurado trabajará con unos plazos y la previsión que se maneja es que sus conclusiones puedan estar para el verano. EFE

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