El Partido Animalista Con el Medio Ambiente (PACMA) ha presentado una denuncia ante la Fiscalía centrada en la celebración de peleas de gallos en la península. Estas prácticas están prohibidas en España, aunque Canarias y Andalucía presentan algunas excepciones autonómicas que permiten seguir con las riñas. Aun así, el colectivo sostiene que, pese a la prohibición establecida en la legislación estatal desde 2007, se siguen organizando estos eventos con respaldo de la Federación Gallística Canaria y asociaciones afines.
Y es que, desde PACMA han detectado “animales muertos, mutilaciones y uso de artefactos punzantes”, según un comunicado oficial del partido; lo que no incumpliría la Ley de Bienestar Animal y la normativa canaria (Ley 8/1991). Las reglas son claras: la duración máxima de cada combate está limitada a 10 minutos y no se permiten las apuestas. Además, se prohíbe el uso de cuchillas en las espuelas, a pesar de que se acepten espuelas de plástico o naturales procedentes de otro gallo. Del mismo modo, no se admite la manipulación genética de los participantes, tal y como señalan desde Atlántico Hoy.
Por su parte, la documentación recopilada y entregada por PACMA, señalan que las peleas de gallos se mantiene activa en islas como Gran Canaria, Tenerife, La Palma, Lanzarote y Fuerteventura, donde se han visto “animales muertos, mutilaciones y uso de artefactos punzantes”. El partido asegura que existe una red de campeonatos, torneos y liguillas que se organizan bajo la cobertura de la Federación Gallística Canaria. La organización se creó en 1991 -con la nueva normativa- con el propósito de formar un colectivo unificado que fijara normas para la práctica y representara los intereses de sus miembros, que actualmente superan los 1.000 socios registrados.
“Obligados a agredirse hasta quedar inconscientes, gravemente heridos o muertos”
En su denuncia, PACMA detalla que el III Torneo Gallístico “La Tradición” se celebró los días 5 y 6 de abril de 2025 en el Complejo Deportivo Vicente López Socas, una instalación municipal de Las Palmas de Gran Canaria. El partido afirma que durante el evento se celebraron decenas de combates en los que los animales eran “obligados a agredirse hasta quedar inconscientes, gravemente heridos o muertos”.
Además, “los gallos eran forzados a reincorporarse cuando caían desplomados, se les arrancaban plumas, mutilaba la cresta y colocaban espuelas como armas, sin que existiera ningún tipo de atención veterinaria, ni medidas de protección o higiene”, señala el comunicado. Igualmente, PACMA asegura que la Federación Gallística Canaria “carece de cobertura legal para organizar competiciones”
En el mismo escrito, el partido animalista recuerda que la Ley 32/2007, de ámbito estatal, establece en su artículo 14 la prohibición absoluta de utilizar animales en peleas en todo el territorio nacional. Esta normativa dejó sin efecto cualquier excepción recogida en legislaciones autonómicas, y se suma al reconocimiento de los animales como seres sintientes en el Estatuto de Autonomía de Canarias y el Código Civil. El partido argumenta finalmente que la continuidad de estos espectáculos resulta incompatible con el marco jurídico vigente y reclama, apoyado “en una exhaustiva documentación jurídica y probatoria”, la intervención de las autoridades para frenar la actividad.
La normativa de la Federación Gallística Canaria
Por su parte, la Federación Gallística Canaria sostiene que su objetivo es agrupar a todas las asociaciones y clubes gallísticos del archipiélago, cumpliendo con lo dispuesto en la Ley 8/1991 de Protección de los Animales Canarios. Según la normativa publicada en su web, solo pueden competir las galleras inscritas oficialmente y adscritas a la federación, que deben acreditar al menos ocho jornadas por temporada y depositar una fianza de 300 euros como garantía de cumplimiento.
Dentro de su reglamento establecen que cada gallera debe presentar cinco animales de pesos diferentes, entre 3,8 y 4,8 libras (aproximadamente entre 1,72 y 2,18 kilogramos), bajo estrictos controles federativos de pesaje y estado de salud. Los emparejamientos se determinan por sorteo y no se permite que dos galleras o islas se enfrenten más veces de las permitidas. Del mismo modo, las sustituciones de animales solo se autorizan por causa justificada y ningún gallo puede participar en más de un combate por campeonato.
En relación con las espuelas, la normativa limita el tipo y la longitud: se permite el uso de espuelas naturales de hasta 40 milímetros o plásticas, modelo E-30 de 30 milímetros, bajo la supervisión de la federación. Durante la “suelta”, cada gallera cuenta con un jefe de valla y un soltador, responsables de cumplir las normas e intervenir ante incidentes.
Pese a ello, PACMA insiste en que el hecho de que existan reglamentos internos o sistemas de puntuación no legitima una actividad que, según la ley estatal, sigue estando prohibida y carece de validez como deporte reconocido. Por lo que, el partido reclama una intervención urgente de la Fiscalía y de los organismos competentes para erradicar las peleas de gallos en las islas.