Ana Obregón afronta una de las Navidades más complicadas tras situarse en el centro de los focos a raíz de un artículo reciente publicado por The New York Times. El texto recupera episodios de su etapa en Nueva York durante los años ochenta y menciona su relación de amistad con Jeffrey Epstein, una circunstancia que la actriz ya había relatado públicamente hace más de una década. Aunque la aparición de su nombre en este contexto ha generado incomodidad y sorpresa, la propia presentadora de televisión insiste en que se trata de un asunto cerrado para ella desde hace años.
La actriz ya abordó esta cuestión en 2012, cuando publicó sus memorias, Así soy yo. En aquel libro explicó que conoció al polémico magnate durante su estancia en Estados Unidos, cuando se encontraba formándose como actriz en el Lee Strasberg Theatre & Film Institute. En ese momento, dejó claro que entre ambos existió una amistad sin implicaciones sentimentales. Años después, cuando salieron a la luz los delitos y acusaciones que rodearon al financiero estadounidense, Obregón fue una de las primeras en condenar públicamente sus actos y en marcar distancia con aquella relación pasada.
“La verdad es que salir en The New York Times con la mala suerte de que tu nombre aparezca unido al de un pedófilo no me hace ninguna gracia. Me hubiera gustado salir, por ejemplo, por la labor filantrópica que hacemos Alessandro y yo en la fundación. Me ha sorprendido porque esta persona no tiene nada que ver conmigo. Yo lo conocí dos décadas antes de que se convirtiera en el ser repugnante en que se convirtió”, afirma en una entrevista en exclusiva con ¡Hola! que ha visto la luz este miércoles, 24 de diciembre.
Un vínculo de amistad y solo amistad
La madrileña cuestiona además la veracidad de algunas afirmaciones recogidas en el artículo y subraya que nunca mantuvo una relación sentimental con Epstein. “Hay cosas que publica The New York Times que no son ciertas. Teníamos una amistad, pero yo nunca estuve unida sentimentalmente a esa persona. Dicen que gracias a mi familia y a otras familias españolas comenzó a labrar su fortuna, pero en la época en la que yo lo conocí, él y John-John Kennedy, eran los solteros de oro de Estados Unidos”, asegura a la revista del corazón. En ese mismo contexto, añade: “Vivía en un ático de 600 metros cuadrados en Nueva York... Él ya era multimillonario, por lo tanto, no se ha hecho multimillonario por esas operaciones que dicen, de las que no soy consciente. No tengo ni idea de lo que están hablando y no voy a hablar”.
La actriz insiste en que nunca estuvo vinculada a asuntos empresariales ni financieros relacionados con Epstein. “Es que yo, de la familia, he sido la que no es empresaria. No te puedo hablar de eso porque no lo sé, yo vivía en mi mundo de estudiar Arte Dramático, de ser actriz. Lo que sí te puedo decir es que es falso que se hizo multimillonario por estas familias españolas”.
Sobre cómo se conocieron, Obregón recuerda que fue a través de un amigo común del mundo de la moda. “Me lo presentó un amigo, el director de Fiorucci; yo en esa época estaba saliendo con Miguel Bosé y nos hicimos muy amigos”, relata la bióloga. La actriz rememora también que “es mentira eso de que era un cazafortunas y que iba a por mí para luego entrar en mi familia. Es absolutamente falso. Como te digo, ya era multimillonario”.
“Conmigo fue siempre un caballero… y, claro, ver en lo que se convirtió dos décadas después me sorprende y me duele”, aclara. Obregón asegura que, tras regresar a España, perdió completamente el contacto con él. “Nunca jamás volví a tener contacto. Regresé a España, empecé a trabajar en el cine… Lo perdí totalmente de vista. Mi sorpresa fue cuando en un documental me entero de que Jeffrey era sospechoso de pederastia. Me llevé un disgustazo”. Hoy, zanja esta parte de la historia con firmeza: “Si hay que aclarar las cosas, se aclaran, como estoy haciendo ahora y he hecho en el programa de Sonsoles Ónega, pero no voy a volver a hablar más”.