Todo lo que se sabe sobre el cometa interestelar 3I ATLAS: de su “latido cósmico” a las “anomalías” que lo hacen único

El 19 de diciembre, este extraño objeto interestelar alcanzará su punto más cercano a la Tierra antes de continuar su camino hacia las profundidades del Universo. En principio.

Todo lo que se sabe del cometa interestelar 3I ATLAS (Wikimedia Commons)

El cometa 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar en llegar al Sistema Solar - tras el 1I/‘Oumuamua y el 2I/Borisov - fue detectado en julio de 2025, y desde entonces está en el centro de atención en el mundo de la astronomía debido a su tamaño, su comportamiento y lo que algunos expertos - principalmente Avi Loeb, astrofísico de Harvard - llaman “anomalías”, las cuales han provocado mucha especulación.

El telescopio Rubin, situado en el desierto de Atacama, y una red de más de 200 observatorios han sido clave para seguir sus pasos. Este cometa es descomunal: su núcleo mide al menos cinco kilómetros y es mucho más pesado que cualquier otro similar. Además, viaja a unos 210.000 km/h en una órbita hiperbólica, lo que significa que abandonará el Sistema Solar.

El 19 de diciembre, este objeto alcanzará su punto más cercano al planeta Tierra antes de volver a alejarse, no sin antes acercase a Júpiter, para continuar en un viaje en el que, según los expertos, lleva millones de años encaminado.

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Un “latido cósmico”: destellos de luz cada 16 horas

Entre las peculiaridades más recientes destaca lo que los expertos han bautizado como el ”latido cósmico” de 3I/ATLAS. Los expertos han identificado destellos de luz que se repiten cada 16 horas, coincidiendo con la rotación completa del cometa.

La explicación principal apunta a que grandes áreas heladas - o “volcanes” de hielo - van recibiendo la luz solar según rota el núcleo, lo que provoca la liberación de gas y polvo en expulsiones periódicas. Sin embargo, este patrón tan preciso ha abierto la puerta a debates sobre su origen, ya que algunos sugieren que podría implicar una mecánica interna todavía desconocida, o incluso algún mecanismo artificial avanzado.

El cometa 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano a la Tierra el 19 de diciembre (Foto: Nat Geo)

Un catálogo de rarezas y “anomalías” (según Avi Loeb)

En los últimos meses, las observaciones de 3I/ATLAS han revelado detalles que no se ajustan a lo conocido hasta ahora en el estudio de cometas. Uno de los fenómenos más llamativos es la aparición de chorros de material, detectados gracias a la sonda HiRISE, que surgen desde el núcleo y apuntan directamente hacia el Sol. Lo peculiar es que estos chorros mantienen esa orientación incluso mientras el núcleo del cometa rota, lo que no es habitual en los cometas, donde las eyecciones suelen variar de dirección o dispersarse.

Durante el perihelio, que es el momento en el que el cometa pasa más cerca del Sol, 3I/ATLAS sorprendió a los astrónomos al mostrar una tonalidad azul intensa, llegando a ser más azul que el propio Sol. Esto puede indicar, aunque todavía no hay una explicación consensuada, que contiene partículas o gases distintos a los de los cometas más comunes, que esos materiales están siendo liberados o excitados por la radiación solar de una forma particular, o que están ocurriendo reacciones químicas inusuales en su superficie o en el gas que lo rodea.

El cometa 3I-Atlas se acerca a la Tierra

En lo que se refiere a la nube de gas que envuelve al cometa, aquí también aparecen rarezas. En vez de encontrar, como es habitual, una gran cantidad de moléculas de agua, 3I/ATLAS presenta niveles elevados de dióxido de carbono, monóxido de carbono y carbono diatómico, así como un contenido de níquel inusualmente alto y poco hierro. Este desequilibrio químico es especialmente curioso, ya que las proporciones observadas en 3I/ATLAS no coinciden con las de otros cometas ni con lo esperado en la naturaleza.

En términos de dinámica, los astrónomos han observado que el cometa experimenta fases de aceleración superiores a las que se pueden explicar únicamente por la acción del Sol. En cometas normales, aceleraciones tan altas suelen provocar la fragmentación del núcleo o incluso la ruptura total del objeto; sin embargo, en el caso de 3I/ATLAS el cometa se ha mantenido estructuralmente estable, lo que plantea preguntas sobre su constitución y su resistencia.

A nivel orbital, se ha calculado que el 16 de marzo de 2026, 3I/ATLAS cruzará la órbita de Júpiter justo a la distancia conocida como radio de Hill, que es el margen en el que la gravedad del planeta puede capturarlos y mantenerlos en órbita a su alrededor. La probabilidad de que este cruce ocurra exactamente en ese punto es, según Avi Loeb, de solo el 0,004%, y este hecho ha sido facilitado por la aceleración no gravitatoria que mostró el cometa cuando estuvo cerca del Sol.

La trayectoria del paso del cometa 3I ATLAS por el Sistema Solar (REUTERS)

También es estadísticamente extraordinario que la trayectoria de 3I/ATLAS haya estado tan afinada como para pasar cerca de Marte, Venus y Júpiter, y que, durante el perihelio, haya quedado fuera de la vista de los telescopios terrestres; la probabilidad de este encadenamiento de circunstancias es apenas de un 0,005%. Además, el núcleo de 3I/ATLAS es aproximadamente un millón de veces más masivo que el de Oumuamua y mil veces mayor que el de Borisov, combinando tamaño y velocidad en una proporción extremadamente rara (de menos del 0,1%).

Otra curiosidad añadida es la dirección de llegada de 3I/ATLAS: apenas hay una diferencia de 9 grados con respecto a la zona del cielo donde se registró la “Señal Wow!” de 1977, lo cual resulta, como mínimo, llamativo, aunque podría ser una coincidencia peculiar. La luz reflejada por el cometa, además, tiene una polarización negativa muy marcada (lo que significa que la luz reflejada por el cometa oscila en una dirección distinta a la habitual, que en el caso de este cometa puede indicar que el polvo que lo rodea podría tener una textura, un tamaño de partícula o una composición diferente a la que presentan los cometas habituales), un fenómeno poco frecuente y posiblemente ligado a la estructura de la anti-cola.

Por último, la órbita del cometa está alineada con el plano de los planetas del Sistema Solar a menos de cinco grados de diferencia. La probabilidad de esa coincidencia, sumando todas las demás, es baja y refuerza la idea de que 3I/ATLAS es, al menos, un caso excepcional.

Todas estas anomalías, cada una con una baja probabilidad de darse de manera aislada, despiertan un enorme interés científico al darse todas a la vez. El consenso general, sin embargo, sigue siendo que se trata de un objeto natural, pero muy raro. Los astrónomos continúan recopilando datos y comparando comportamientos, tratando de desentrañar si están ante el cometa más extraño jamás observado o si la naturaleza tiene todavía sorpresas por descubrir en los confines del Sistema Solar.

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