La fiesta de un pueblo español en la que saltan por encima de bebés

El Colacho, el protagonista de esta fiesta junto a los pequeños, intentará interrumpir los festejos que se celebran para evitar que el Bien triunfe sobre el Mal, pero como cada año, será este personaje grotesco el único que salga mal parado

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El Colacho saltando a varios bebes. (Getty)
El Colacho saltando a varios bebes. (Getty)

Castrillo de Murcia, un pueblo burgalés situado a 41 kilómetros de la capital, celebra cada año una de las fiestas más peculiares del país, declarada de Interés Turístico de Castilla y León. Es una tradición de gran arraigo popular, que data del siglo XVII, momento en que comenzó. La tradición se ha mantenido ininterrumpidamente hasta nuestros días y tiene su precedente en las pantomimas y juegos de teatro romano de la Edad Media.

El propio pueblo presenta su cartel de fiestas, que este año tendrán lugar entre el 29 de mayo y el 3 de junio, como la representación de los actos de una obra de teatro con su escenario, sus personajes y su argumento. El programa recoge una serie de eventos que se celebrarán a lo largo de los días de celebración, que están marcados por las procesiones en la calle, donde la presencia de los niños es esencial.

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En qué consiste la “obra”

El Colacho, el protagonista de esta fiesta junto a los pequeños, intentará interrumpir los festejos que se celebran para evitar que el Bien triunfe sobre el Mal en el pequeño pueblo burgalés. Pero como cada año, será este personaje grotesco, vestido con un traje ridículo de llamativos colores y cubierto por una máscara, el único que salga mal parado. El último día, terminará huyendo de un pueblo cristiano entregado.

“El argumento es muy sencillo. El Colacho intenta interrumpir todos los actos que el pueblo organiza esos días para expresar su devoción eucarística. Procurará impedir la celebración de la Misa, imitando sarcásticamente al sacerdote. Durante las danzas se burla del ritmo del atabal con ese instrumento burlesco de sonido estridúlete, que son sus enormes tarrañuelas. Los niños y el pueblo insultan al Colacho y este los persigue y golpea con su zurriago. El momento culminante de la fiesta es la procesión. El Santísimo bendice los campos, bendice al pueblo y, sobre todo, bendice a la inocencia de los niños que han nacido durante el año y que esperan su llegada acostados en colchones. En el momento culminante, la influencia maléfica del diablo huirá de estos niños, cuando el Colacho salte los colchones y huya derrotado”, narra el folleto.

La fiesta es la representación de un juego de escarnio que representa el mal y la herejía vencidos por la fe del pueblo cristiano con el Sacramento de la Eucaristía. El día más importante de la fiesta es domingo, cuando se celebra la procesión. Los vecinos del pueblo adornan sus casas con sus mejores galas para recibir el paso y en algunos portales algunasse colocan unos “altares” adornados, donde la procesión realiza una pausa y bendice el agua y el vino. Frente a estos altares, y en el suelo, se colocan unos colchones sobre los cuales y momentos antes de la llegada de la procesión, se tumban a los niños nacidos en el año.

La procesión también está compuesta por las niñas que han recibido en el año la Primera Comunión que tiran flores a los niños tumbados. El recorrido que se realiza en procesión comienza en la iglesia (situada en la parte más alta del pueblo) y se hace un recorrido hasta volver nuevamente a la iglesia.

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Tras finalizar la procesión, la gente va a “las eras”, donde amenizará la fiesta un grupo de baile castellano. Durante los bailes el atabalero pronunciará un discurso y finalmente se beberá vino y comerá queso (de Sasamon) y pan, que gratuitamente reparte la archicofradía de Minerva.

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