Los médicos MIR madrileños denuncian su explotación y abandono: 14 hospitales no supervisan a sus residentes

La encuesta realizada por el residente Juan Carlos Lorite recoge los testimonios de más de 3.000 residentes que trabajan “abandonados” en las guardias de Urgencias

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Un médico revisa unas radiografías (Pexels)

Los Médicos Internos Residentes (MIR) protestan desde hace tiempo por sus condiciones laborales. El “Estudio sobre jornadas laborales y descansos de los MIR en España”, elaborado por la Organización Médica Colegial (OMC) evidenció en el año 2023 las “condiciones insuficiente, con sobrecarga laboral” que afrontan por todo el territorio nacional.

Pero esta vez han sido los propios MIR los que han alzado la voz. Ha sido Juan Carlos Lorite (@PerritoDelMir en redes sociales), residente de segundo año en la especialidad de Endocrinología y Nutrición, quien ha hecho la llamada. Publicó en Twitter (ahora X) una encuesta en la que sus compañeros madrileños pudiesen denunciar las irregularidades que se dan en los hospitales de la región. La iniciativa ha recibido gran atención y ha logrado recoger las experiencias anónimas de 3.045 personas que realizan el MIR en los servicios de Urgencias Generales de los hospitales de la Comunidad de Madrid.

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Los resultados han derivado en un estudio, elaborado por él y otros ocho residentes, que prefieren mantener su anonimato. Publicado este lunes, el informe muestra que hasta 14 centros de la Comunidad de Madrid abandonan a su suerte a los MIR durante las guardias en los servicios de Urgencias.

Los residentes actúan sin supervisión en 14 hospitales madrileños

Los problemas surgen durante las guardias de 24 horas que realizan estos médicos en los servicios de Urgencias. “Supone una sobrecarga asistencia enorme, quema muchísimo, no son nada formativas y se supone que nosotros hacemos las guardias para formarnos, no para quitar trabajo. Y es literalmente al revés en la práctica”, denuncia Lorite en una conversación con Infobae España.

El Real Decreto 183/2008 establece que “la supervisión de residentes de primer año será de presencia física”, mientras que será progresiva a partir del segundo año. Sin embargo, esto no se cumple en el día a día. Así, de los 25 centros hospitalarios analizados en la Comunidad de Madrid, habría 14 en los que los residentes actúan sin supervisión constante.

Tabla de hospitales con residentes que no ejercen supervisión constante (Juan Carlos Lorite)

La situación se replica especialmente en hospitales grandes (más de 1.000 camas), pues en los pequeños no hay residentes suficientes a los que dejar solos. Por ello, en centros como el Hospital Gregorio Marañón o el Fundación de Alcorcón, son los residentes mayores (de segundo año o superior) los que terminan por ejercer las labores de supervisión durante las noches. Mientras tanto, denuncian los residentes, los adjuntos duermen. “Si le echan cara, pueden dormir hasta ocho horas”, asevera Lorite.

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Él y sus compañeros denuncian que los médicos residentes “acaparan la mayoría del trabajo y son los que menos descansan y los que menos cobran”. Los médicos MIR en Madrid parten de sueldos base de 1.169 euros netos en su primer año hasta los 1.477 euros netos en su quinto año. Por las guardias reciben entre 11,61 y 18,56 euros brutos la hora los días laborales. “Son salarios no acordes ni a la responsabilidad ni a la carga asistencial”, protesta el texto.

Sus peticiones son sencillas. que se cumpla la ley y haya al menos un adjunto presente en las urgencias en todo momento, que se repartan los descansos de manera equitativa y que se reduzca el límite de guardias de siete a tres al mes.

La Comunidad de Madrid será en 2024 la región de España con menor inversión por habitante en sanidad.

Ridiculizaciones y amenazas: el miedo a despertar al especialista

La carga asistencial se agrava por lo que ellos denominan como el “miedo a despertar al adjunto”. En definitiva es el miedo a las represalias: broncas, señalamientos, ridiculización por o saber actuar ante ciertas patologías o amenazas de informar al tutor del bajo rendimiento del residente. “Hay situaciones en las que te es difícil saber si la patología es de gravedad o no y la mayoría de veces no despiertas (al adjunto) por miedo a las represalias”, relatan los entrevistados en sus testimonios. Esto hace que los MIR eviten pedir ayuda, “lo cual pone de manera evidente en riesgo la vida de los pacientes”, asegura Lorite.

Así lo muestra una de las denuncias anónimas que han llegado en las encuestas: “Un día una paciente llegó crítica, se llamó al busca del adjunto que le tocaba y no contestó. A la desesperada, se llamó al resto, que no contestaron porque ‘no era su torno de llamada’. La paciente, para cuando acudió el adjunto responsable, había fallecido”.

Una respuesta a la frustración: “Las generaciones jóvenes estamos hartos”

La iniciativa de Lorite surge “de la sensación de frustración tan grande que tenemos los residentes en nuestro día a día”. Un sentimiento que parece no haberse mostrado en generaciones anteriores pero que entre los jóvenes de hoy ha explotado.

“Muchos residentes ven que hay que sobrevivir al MIR de cualquier manera para ya luego de adjunto echarle cara y vivir con lo que tú criticaste. Las generaciones actuales no casamos con eso. Queremos formarnos bien y luego formar y ser docentes para las generaciones futuras”, explica.

Con su estudio, los residentes buscan mostrar a la sociedad “que hay adjuntos que no están formando residentes, que no están atendiendo pacientes”. “O lo sacamos a la luz o esto nunca va a cambiar”.