El Banco de España detecta que las empresas han tendido más a subir precios y menos a bajarlos durante la última crisis

Un informe del organismo constata cambios en el comportamiento de los establecimientos respecto al periodo inflacionario anterior (2018-2021)

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Un puesto de venta de alimentos en un mercado en Galicia. (Carlos Castro - Europa Press)
Un puesto de venta de alimentos en un mercado en Galicia. (Carlos Castro - Europa Press)

Un informe publicado este martes por el Banco de España analiza cómo los establecimientos han llevado a cabo las subidas de precios durante la última crisis inflacionaria iniciada en octubre 2021 y agravada tras el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022. La principal conclusión es que el supervisor bancario español constata que las asimetrías habituales que se dan en la traslación de precios (subidas más rápidas y bajadas más lentas) han aumentado en comparación con el periodo inflacionario anterior (el comprendido entre enero de 2018 y septiembre de 2021), lo que ha podido incidir en una mayor duración de la crisis.

En concreto, el estudio de microdatos de precios no energéticos detecta un aumento de la probabilidad de los establecimientos a subir los precios si están en torno al precio óptimo mercado, bien ligeramente por debajo o por encima. Este precio óptimo es una estimación del Banco de España que expresa el valor que querrían fijar los establecimientos para un determinado producto en caso de que no hubiera fricciones en el mecanismo de fijación de precios.

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Mientras en el periodo 2018-2021 los establecimientos que tenían un precio de venta un 5% inferior al óptimo aumentaban sus precios con una probabilidad del 14%, en el periodo 2021-2023 este porcentaje ha subido al 17%. Además, los establecimientos con precios un 20% superiores al precio óptimo han registrado un porcentaje de bajadas de precios inferior, es decir, más resistencia a abaratar los productos que en el periodo anterior. Al haber un aumento más extendido de los precios en un mayor número de establecimientos, las empresas han podido estar menos incentivadas a bajar precios para ganar clientela.

De hecho, el informe también concluye que ha habido un aumento en el porcentaje de establecimientos que han cambiado sus precios de un mes a otro (frecuencia de cambios de precio), pero no se ha producido un crecimiento del tamaño promedio de dichos cambios. Es decir, que las empresas han trasladado la inflación mediante alzas frecuentes y más generalizadas de los precios. “La elevada inflación observada en 2021-2023 fue resultado de un aumento de la proporción de establecimientos que subieron los precios de sus productos, y no de un aumento del tamaño de estos cambios”, explica el documento.

Los alimentos, los más propensos a subidas de precios

Mientras que en junio de 2021 tan solo cerca de un 6% de los precios aumentaron respecto al mes anterior, este porcentaje se situó en el 18% en abril de 2022, su valor más alto de toda la serie. Sin embargo, la frecuencia de bajadas de precios se mantuvo esencialmente constante. En promedio, la frecuencia de subidas de precios se situó en el entorno del 12% entre mayo de 2022 y abril de 2023 y, desde entonces, la frecuencia de subidas de precios ha caído hasta niveles cercanos a los de los años 2018-2020. En diciembre de 2023 ya se situó alrededor del 6%.

Por sectores, fue en los alimentos, en especial en los elaborados, donde la frecuencia de subidas de precios aumentó con mayor intensidad, hasta el entorno del 18%). Aunque se siguieron situando por encima los alimentos no elaborados, que llegaron a tener una frecuencia de subida de precios mensual del 25%. Esta también se incrementó en el sector de bienes industriales no energéticos, pero de forma más moderada y más transitoria, ya que a partir del tercer trimestre de 2022 dicha frecuencia se situó cerca de los niveles previos al repunte de la inflación. Por su parte, los servicios también experimentaron un aumento de la frecuencia de subidas de precios, si bien en mucha menor medida que el resto de los sectores.