La realidad de un posparto cuando no eres Cristina Pedroche: “No consigo recordarlo con cariño”

Hay factores que definen un buen o un mal posparto que se escapan completamente a la capacidad de decisión de la mujer que acaba de dar a luz

Imagen de una mujer tras dar a luz.

“Fue horrible, no consigo recordarlo con cariño ahora que ya ha pasado, para mí fue una tortura”. Sara, una mujer que tuvo a su hijo hace cinco años, no encontró en sus meses de posparto ese mantra que Cristina Pedroche difundió hace unos días con holgura. Ese “aquí no hay suerte ni milagros, hay mucha preparación” que la presentadora de televisión tuiteó para generar un tornado de respuestas no se le apareció a Sara durante sus primeras semanas como madre, en las que dormir eran un verbo que le resultaba lejano y desconocido: “Mi hijo no dormía más de media hora durante el primer año, ni más de dos o tres durante el segundo año, le decía a mi marido que me iba a morir”, recuerda la mujer, que tuvo un posparto complicado y no compra las facilidades que mostraba Pedroche a través de Twitter.

El posparto de una mujer es un momento delicado donde no caben demasiadas interpretaciones generales. Cada caso es particular, apuntan las fuentes consultadas por Infobae España, además de las condiciones materiales que rodean a la madre y el recién nacido. No cabe lugar a debate el agravio comparativo que supondría el posparto en una mujer de clase trabajadora respecto con el de otra mujer de altas posibilidades económicas.

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Técnicamente, el posparto alcanza los cuarenta días después de dar a luz, aproximadamente unas seis semanas. “Es el tiempo de la primera recuperación de los cambios propios del parto: que termine el sangrado, que disminuya el útero... los cambios básicos, pero luego hay más cosas en volver a la normalidad y tardan más”, relata Itziar García Ruiz de Gordejuela, adjunta del servicio de ginecología y obstetricia en el Hospital del Vall d’Hebron Hebron. “El posparto es un tiempo de cambio absoluto físico. Todo lo que ha cambiado en nueve meses tiene que volver a su sitio. Hay cambios mecánicos, hay cambios hormonales...”, apunta la doctora.

La auténtica cara de un posparto

Eliminar el porcentaje de “suerte ni milagros”, como pretendía Pedroche, genera relatos injustos e incompletos: “La normalidad de Cristina Pedroche igual no es la de todas las mujeres. Depende de la preparación física de antes, qué parto tienes y cómo te recuperas. Eso marca la diferencia. La recuperación de todas las mujeres no es la misma”, reconoce la ginecóloga García.

Cristina Pedroche horas antes de dar a luz. (instagram.com/cristipedroche)

Beatriz Gimeno, que fue directora del Instituto de la Mujer entre 2020 y 2021 identifica que “el problema es que las mujeres que acaban de parir están especialmente sensibles a los juicios de todo tipo en los que se les presiona al mismo tiempo tanto sobre su propio aspecto como sobre sus competencias como madres”, aunque el trasfondo es algo que perdura y no termina de erradicarse: la presión estética sobre las mujeres.

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La imagen y la perfección que se exige a las mujeres mantiene su vigencia y sale a relucir en momentos como este: “El problema de la presión estética sobre los cuerpos de las mujeres se da todo el tiempo desde muchísimos ámbitos, y no solo la reciben las mujeres que acaban de parir. Y no solo desde personas particulares, sino desde la publicidad y el mercado con sus productos. Actrices, modelos, influencers..., muestran constantemente desde las redes y la publicidad cuerpos que se supone que son perfectos y que son, al mismo tiempo, inaccesibles para la mayoría”, analiza Gimeno.

Diferentes tipos de posparto

Hay factores que definen un buen o un mal posparto que se escapan completamente a la capacidad de decisión de la mujer que acaba de dar a luz. Eximiendo aquellos casos en los que todo transcurre con cierta normalidad, donde la mujer incluso desde la primera semana puede iniciar cierta rehabilitación del suelo pélvico, hay cosas que cambian si el nacimiento del niño ha sido algo más complicada.

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“Una mujer con una complicación en el parto, con más sangrado, tiene que retrasar esa recuperación, igual que una mujer que ha tenido cesárea. Hay factores que se escapan a la decisión de la mujer”, explica la ginecóloga Itziar García, que además identifica complicaciones en la salud mental que también pueden entrar en juego y retrasar una recuperación tan idílica como la que aparenta tener Cristina Pedroche.

La salud mental siempre tiene un grado de importancia para encontrar la plenitud física y en el caso de las mujeres que han parido no es diferente: “Por un lado, está la tristeza posparto, que entra dentro de la normalidad y no es patológica, pero también puede entrar en juego la depresión posparto, puede alcanzar una de cada diez mujeres y que puede prolongarse todo el año. Es un porcentaje a valorar y para que no quede silenciado”, zanja García.

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