La escuela del futuro que transformó la vida de los niños de un pueblo mexicano

De lunes a viernes, la Escuela Técnica Roberto Rocca abre sus puertas para que los alumnos de Pesquería estudien Mecatrónica y Electromecánica con el objetivo de proveer soluciones para su localidad. En primera persona, la historia de Pablo y Alma

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Pesquería es una localidad que compone uno de los 51 municipios del estado de Nuevo León y se ubica a 47 kilómetros del municipio más rico de México: San Pedro Garza García.

Allí, habitan un poco menos de 100.000 personas, entre ellos Pablo Isaías Hernández Salazar y Alma Elena González Elizondo, dos alumnos de la Escuela Técnica Roberto Rocca, una de las instituciones de vanguardia de Latinoamérica donde la especialidad es la Mecatrónica y Electromecánica.

La escuela fue fundada en una de las comunidades más marginadas del estado -en medio de una zona donde solo hay industrias y pocos comercios.

"Ellos vienen de un área que tiene muchas carencias y por eso tienen esa sensibilidad para ver cuáles son los problemas que tiene la sociedad para poder darles una solución", asegura Alberto Castañeda Sánchez, profesor del segundo bachillerato técnico más importante en América.

En Pesquería, solo el 12% de la población accede a la preparatoria debido a cuestiones económicas

Pablo actualmente está cursando el cuarto semestre del Bachillerato Técnico en Mecatrónica y con orgullo le cuenta a Infobae que están tratando de crear un biodigestor -una cámara hermética donde se acumulan residuos orgánicos mediante un proceso natural de bacterias-.

Su historia no fue fácil. Cuando cumplió 9 años se tuvo que mudar con su abuela. Varios años después, le comunicaron la noticia de que iba a ser uno de los alumnos que ingresaba a la Roberto Rocca: "Si no estuviera en esta escuela, la verdad que yo sería un desastre de persona".

En la misma escuela, pero cursando el sexto semestre de la carrera Bachillerato Técnico en Mecatrónica, se encuentra Alma Elena González Elizondo.

La alumna relata que su familia nunca hubiese podido pagarle la escuela por la falta de recursos económicos. A pesar de esta situación, afirma que tiene una gran influencia de su padre: "El siempre me inculcó que la base del éxito es no salirse, hacer la tarea y por eso desde muy pequeña siempre hice todo sola".

Al igual que Pablo, Alma resalta constantemente la maravillosa experiencia que está viviendo: “Con mis estudios se que puedo hacer algo favorable y más avanzado para mi municipio”, finaliza.