Consolidado en Hollywood como un referente del cine australiano, Joel Edgerton compartió con Esquire detalles sobre su participación en la adaptación cinematográfica de la novela “Sueños de trenes”, recientemente estrenada en Netflix.
En su entrevista, el reconocido actor de 51 años profundizó en su interpretación del personaje principal y replanteó cuestiones en torno a la creatividad humana ante el avance de la inteligencia artificial, colocando el foco en los desafíos y paradojas del cine contemporáneo.
Adaptación de “Sueños de trenes” y experiencia personal
Edgerton comentó que su interés por “Sueños de trenes”, obra de Denis Johnson, surgió en 2018, cuando evaluó adquirir sus derechos. Reconoció que el salto al guion fue especialmente exigente. “Sí y no. Pregunté por los derechos del libro en 2018, pero era consciente de que la tarea iba a ser realmente complicada y desafiante porque no es una adaptación sencilla”, explicó.
En la misma línea, valoró el trabajo del director y guionista Clint Bentley, quien “logró capturar la esencia fragmentada de la memoria presente en la obra original, al tiempo que construyó una narrativa más lineal para el público”.
El intérprete confesó haberse sentido aliviado de no haber adquirido finalmente los derechos. Debido a esto, afirmó: “Digo esto con total sinceridad, me alegra que los derechos no hayan caído en mis manos. La distancia que tuve que recorrer con mi imaginación para algunas cosas en la película fue mucho más corta que si no hubieran estado en mi vida”, subrayando cómo su paternidad impactó en la preparación.
Su propia situación personal enriqueció la interpretación. “Estoy enamorado, soy padre, tengo preocupaciones similares sobre qué tipo de papá soy. Antes de que nacieran, por mi propia paranoia y por las complicaciones de tener gemelos prematuros, en mis peores días temía que no llegaran a nuestras vidas“, relató. Y además, agregó: “La alegría y el dolor de la película se sentían mucho más cercanos a mi experiencia”.
Reflexiones sobre masculinidad y conexión con la naturaleza
Profundizando en los temas de la novela, abordó la representación de la masculinidad en el cine. “Creo que los hombres se han malinterpretado en el cine al sobredimensionar la masculinidad. La definición de lo que se considera masculino suele ser una visión muy limitada de los aspectos más duros de lo que puede ser un hombre completo”, señaló.
La conexión con el entorno natural, presente en “Sueños de trenes”, representó otro eje de la conversación. El actor australiano citó una línea significativa de la película: “Solo cortamos árboles que han estado aquí durante 500 años. Eso afecta el alma de un hombre, lo reconozca o no”.
En relación a la naturaleza, subrayó: “Algo que realmente me conmueve es la amabilidad de los desconocidos, estar al servicio de otros; personas dispuestas a ayudar a alguien con quien no tienen un futuro compartido”.
Paradojas del progreso tecnológico con la inteligencia artificial
En cuanto al paralelismo entre progreso tecnológico y transformación social, Edgerton asoció el ferrocarril –tema central en la película– con los actuales debates sobre la inteligencia artificial. Debido a esto, explicó: “Ese momento en el que intento arrancar la motosierra y el otro tipo lo logra, y yo lo observo, es una analogía muy fuerte para mí y la IA. No solo ‘¿Cómo uso esto?’, sino ‘¿Cómo va a afectar esto a mi industria?’”.
Además evocó recuerdos personales para ilustrar la rapidez de los cambios tecnológicos. “Ahora míranos: siento que ahora soy como mi abuela”, comentó, aludiendo a cómo la tecnología transformó la vida cotidiana y la percepción generacional del cambio.
Uso de IA en el cine y futuro de la creatividad
Con respecto al lugar de la inteligencia artificial en el cine, se mostró abierto pero cauto. “No, no advertiría necesariamente a un joven cineasta sobre el uso de la IA, porque ¿quiénes somos nosotros para decir que tenemos razón solo porque vivimos a la antigua?“, aclaró.
Aunque igualmente, remarcó: “Tengo fe en que, por cada joven que haga una película con IA, también veo a muchos jóvenes que están volviendo a hacer cine tradicional”. Fue así que citó ejemplos de directores que experimentan con formatos analógicos, como el renacimiento del rodaje en 35 mm y laboratorios de Kodak.
Sobre el proceso creativo, enfatizó la necesidad de fortalecer la creatividad humana frente al avance de la tecnología. “Cuando pienso positivamente en esto —cuando no imagino el apocalipsis robótico y no me dejo llevar por el doomscrolling, que suelo hacer—“, afirmó. Mientras que confesó: ”Solo quiero desafiar mi propia forma de encontrar un punto de vista que sea interesante y difícil de predecir para los ceros y unos”.
Desde su filosofía hacia la empatía, reflexionó: “Los seres humanos entienden a los seres humanos. Podemos encontrar un punto de vista diferente para contar una historia. Y luego la IA aprenderá eso y tendremos que empujar el límite aún más lejos”.
Para Joel Edgerton, aceptar el avance tecnológico sin renunciar al espíritu creativo es fundamental. “La parte optimista de mí ve eso como un desafío, pero no criticaría a los jóvenes ni a nadie por usar las herramientas. Sigo a algunas personas en Instagram que están haciendo cosas visualmente radicales. No quiero darles la espalda. Pero creo que voy a saltarme TikTok”, concluyó sobre la visión que encamina su estilo.