Por qué es tan difícil acordar en educación

Las principales ideas que surgieron de una serie de encuentros con referentes del mundo educativo

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Foto de archivo. EFE/Carlos Cermele
Foto de archivo. EFE/Carlos Cermele

En un contexto socio-económico complicado, las brechas se agrandan, las desigualdades se normalizan y la educación queda rezagada en la fila de las demandas.

Atrapados en el acertijo de los acuerdos en busca de consensos sociales, educativos y políticos, estamos paralizados en el dilema intelectual de cómo salir del peor escenario que el sistema educativo atraviesa desde hace décadas.

Resuena en las redes y en la comunicación masiva: se impone la necesidad de acuerdos y de hacer frente a la emergencia educativa. Algunos de los temas que nos convocan son conocidos y repetidos: los bajos resultados en las evaluaciones, el abandono, la repitencia, la falta de infraestructura, los recursos escasos y la consecuente exigencia de priorizar en dónde se invierten. Frente a este escenario de incertidumbre y con el peor pronóstico, desde Tramared se pensó en convocar a referentes del ámbito académico, escolar y político para analizar y entender por qué es tan difícil acodar soluciones a problemas tan acuciantes.

Tramared es una revista que comparte y construye desde la pluralidad de voces, buscando iluminar los debates más actuales para potenciar la tarea de los diversos actores que trabajamos por la educación en la Argentina. Estamos atentos a la agenda educativa y nos hacemos eco de los conflictos que la aquejan; a partir de ese relevamiento diseñamos encuentros con el objetivo de comunicar y construir conocimiento.

¿Por qué es tan difícil acordar? A partir de esta pregunta nació un ciclo de tres encuentros #hilarlatrama para entender cómo se construyen los acuerdos y develar su entramado.

La pregunta encierra una afirmación y es donde entra la idea de acertijo. Al parecer, es posible acordar y acordamos más de lo que creemos, hasta en lo que no acordamos. Aunque esta afirmación parece un silogismo, no lo es; pero sin dudas, llegar a un acuerdo conlleva complejidades y tiene un costo.

La complejidad de llegar a acuerdos se concentra en cómo articular:

-entre los distintos actores de la educación,

-entre la política y la gestión,

-entre la evaluación y la lectura de los datos,

-entre las propuestas y la técnica,

-entre la información de que disponemos y en la decisión sobre dónde ponemos el acento.

Preguntas fundamentales:

1. ¿Por qué es tan difícil acordar?

2. ¿A todos nos importa lo mismo A su vez, al preguntarnos sobre las dificultades para llegar a acuerdos, surgen algunas?

3. ¿Dónde priorizar?

4. ¿Cómo se construyen los acuerdos?

Definamos primero qué es acordar: acordar es establecer un pacto entre un grupo de personas a través de negociaciones y convenios. No siempre es imprescindible la unanimidad, pero sí la mayoría.

A partir del intercambio surgido en los encuentros #hilarlatrama se pudo ver con claridad cómo las asimetrías desproporcionadas en relación con la tarea en los diferentes escenarios (políticos, de gestión y en el aula) entorpecen tanto la toma de decisiones como la articulación de las propuestas con la realidad del día a día. A partir de esta observación, quedó claro para los distintos participantes que hay que priorizar el diálogo, a fin de facilitar la conexión entre los distintos ámbitos donde se juega la tarea educativa. Para acercarse a este objetivo, los académicos, los docentes y políticos acordaron en la necesidad/importancia de:

-Articular la política con la gestión: no tienen que ir por caminos paralelos. Los que están a cargo de las decisiones políticas deberían escuchar las demandas de aquellos que trabajan en la gestión, a fin de afianzar la toma de decisiones.

-Reforzar la evaluación y relevar datos objetivos, que permitan partir de un contexto más claro.

-No es una cuestión de ideologías: los datos permiten observar con objetividad cuáles son las falencias, y construir posibles soluciones.

-La escuela no es la culpable de todos los males. No se la escucha a pesar de que los docentes están en lo cotidiano y, muchas veces, tienen que hacer malabares para combinar las propuestas con la realidad.

-Es imprescindible reestablecer la confianza de la comunidad en el sistema educativo para poder construir entre todos, un sistema educativo que realmente funcione.

Desde estas premisas comunes existe la posibilidad de consolidar los acuerdos y las prioridades.

¿Dónde poner el foco?

A su vez, en los encuentros #hilarlatrama se identificaron cuatro puntos que deberían estar en la agenda y ser prioridad:

En el modelo académico/pedagógico: conocimiento en los procesos cognitivos

Lo urgente: rendimiento académico/modelo escolar/ trayectorias

En financiamiento: recursos volcados especialmente a mejorar la infraestructura

En la formación docente: carrera que impulse el reconocimiento

En evaluación: resultados observables a través de datos

¿Cómo se construyen los acuerdos?

Cada una de estas prioridades encierra un amplio abanico de tareas. El trabajo es mucho y en un sistema fragmentado parecería que nos empuja a quedarnos detenidos con poca capacidad de maniobrabilidad y, otra vez, retroceder. Sin embargo, el mayor obstáculo no sería una cuestión ideológica, sino más bien operativa.

En la resolución del conflicto así abordado hay un acto de democracia: el esfuerzo radica en ponerse en el lugar del otro y en la voluntad de cada actor partícipe en este proceso de negociación, porque acordar también implica aprender a ceder por un bien en común. Estamos muy acostumbrados a trabajar desde nuestra zona de confort, sin embargo, en los encuentros se observó que cada uno de los panelistas se animó a salir de su zona y dialogó, defendiendo sus propuestas y escuchando las del otro. Se dejaron los egos de lado y se reafirmó la importancia de evaluar para relevar datos objetivos como punto de partida. Por un ratito se pensó más allá de las propias creencias y se pudo empezar a pensar en un cómo.

Romper ese patrón de conductas repetitivas es complejo, pero a partir de estos intercambios y de las respuestas conseguidas ¡se pudo! Como bien se expresó, es una cuestión de voluntad:

-En el diálogo

-Con mucho trabajo

-Y con honestidad intelectual

Un cambio como el que tenemos que abordar lleva mucho tiempo y trabajo. Una primera opción es plantearse metas a corto plazo, concretas y alcanzables, que constituyan a su vez un motor para impulsar nuevas metas. Parafraseando a Drucker, planificar a corto plazo con los ojos en el futuro.

La labor es ardua, teniendo en cuenta que es necesario priorizar desde los acuerdos, y extremadamente compleja, porque las pequeñas mejoras son difíciles de visibilizar, pero esos esfuerzos serán los primeros indicios en pos de un cambio y podemos vivenciarlos dentro del escenario actual como un camino hacia el progreso y la mejora del modelo.

¿Nos importa a todos lo mismo?: creo que sí, nos importa la educación de calidad y la equidad, y esto quedó más que claro. La pasión y el interés por defender propuestas y dar respuesta a la pregunta que los convocó fueron significativos. Seguiremos trabajando en acordar el cómo.