El gobierno porteño presentó el protocolo para reabrir las escuelas desde el 31 de agosto como espacios digitales

Ante el rechazo de Nación, por ahora postergará la vuelta a clases de los 6.500 chicos que no tuvieron contacto con sus docentes. Para ellos, ya analizan extender el calendario e incluso lecciones los sábados

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170 secundarias porteñas reabrirán como gabinetes informáticos (Lihue Althabe)
170 secundarias porteñas reabrirán como gabinetes informáticos (Lihue Althabe)

Este miércoles por la tarde el gobierno porteño presentó en el Ministerio de Educación nacional el protocolo para reabrir las escuelas que serán utilizadas sólo como espacios digitales. En cambio, la iniciativa de que los chicos más vulnerables vuelvan a clases en septiembre por ahora quedó en suspenso.

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, tuvo una reunión con su par de Nación, Nicolás Trotta. Allí conversaron sobre los detalles de la propuesta de reapertura de, en principio, 634 escuelas (464 primarias y 170 secundarias) desde el lunes 31 de agosto para que los alumnos que no cuentan con dispositivos o Internet puedan ir a conectarse allí. Nación tiene cinco días hábiles para expedirse. De aceptarse, la reapertura será gradual.

Según supo Infobae, el protocolo permite un máximo de 15 chicos a la vez usando las computadoras. En cada escuela se habilitarán tres aulas, que no podrán tener más de cinco alumnos.

En una primera instancia, el plan “Conectate en la escuela” incluye solo a establecimientos estatales, pero el gobierno porteño también invitará a los privados a sumarse. Según fuentes oficiales, la iniciativa requiere poco despliegue de personal: un portero y un adulto por aula, que serán representantes del ministerio de Educación.

Hay distintas pautas que se deberán cumplir. Los espacios destinados a esta actividad tendrán un coeficiente de ocupación de una persona cada 15 metros cuadrados. Será el uso de tapaboca en todo momento. Antes de ingresar, se le tomará la temperatura tanto a chicos como a personal. Solo se permitirá el ingreso de estudiantes con turno previamente asignado. En el caso de los menores de 15 años, podrán ir acompañados por un adulto conviviente o, en su defecto, con autorización. Los turnos se otorgarán escalonando los horarios de entrada y salida y, agregan, todas las computadoras serán desinfectadas luego de cada turno.

Los espacios digitales estarán habilitados cuatro horas por día, de 10 a 14. Los turnos se otorgarán de acuerdo a la capacidad de los espacios y con un máximo de permanencia de dos horas. Según los cálculos oficiales, por turno el tope será de 9.450 alumnos sumando todas las escuelas.

“Esta es una primera etapa de muchas. Tenemos que transitar un camino lento, cuidadoso y responsable para aumentar los niveles de presencialidad, darles seguridad a las familias y permitir que los chicos puedan volver a aprender, jugar y divertirse en la escuela”, explicó Acuña.

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña
La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña

La otra propuesta de Larreta era volver a clases desde septiembre con los 6.500 chicos que identificaron como los que no tuvieron ningún contacto con la escuela desde la suspensión en marzo. En el primer corte, antes de las vacaciones de invierno, habían nominalizado 5.100 estudiantes de escuelas públicas. Ahora sumaron otros 1.400.

El anuncio provocó ruido. Primero fueron los gremios docentes los que manifestaron su repudio, plantearon que los ponían en riesgo, y luego el gobierno nacional rechazó la propuesta. “No están dadas las condiciones epidemiológicas para la vuelta a las aulas en la Ciudad de Buenos Aires”, sentenció el ministro Trotta, quien reafirmó que “la prioridad es el cuidado de la salud de la comunidad educativa”.

Para no tensar el conflicto con Nación, el gobierno porteño decidió postergar la vuelta a clases, que aún no tiene fecha. De igual modo, advierten, desde esta semana irán a buscar a los chicos que perdieron el contacto con la escuela y corren riesgo de abandonar el sistema.

Desde ayer, comenzó el trabajo para reentablar el vínculo con esos alumnos. Primero llaman por teléfono a cada familia para entablar un diálogo, conocer las razones por las que el chico no pudo sostener la educación a distancia. En el ministerio porteño creen que, más allá de los problemas evidentes de conectividad en los sectores vulnerables, interfieren otras variables como dificultades para que un adulto los acompañe o mismo conflictos en el hogar.

Luego, junto a organizaciones barriales, al Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat prometen ir a buscarlos a sus casas. El objetivo, afirman, será diagramar estrategias de acuerdo a las necesidades de cada chico.

Hay distintas ideas en el radar para ampliar los espacios educativos con los alumnos más vulnerables como foco. Ya se piensa en extender el calendario lectivo, en que los 6.500 chicos puedan asistir durante el verano, cuando se supone la situación epidemiológica estará más controlada, e incluso ofrecer clases de apoyo los sábados.

Con la postergación, el regreso de las clases presenciales en la Ciudad vuelve a ser incierto. Cerca de Larreta ya dan por descontado que este año transcurrirá casi por completo en forma virtual. Solo se espera que, además de los chicos desconectados, retornen la actividad los alumnos de los últimos cursos de cada nivel antes de fin de año.

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