San Miguel, el gigante de los limones, tras los pasos de Ternium y Arcor: "Queremos ser la otra gran multinacional argentina"

Romain Corneille, CEO del mayor exportador de cítricos del hemisferio sur, habla de los planes de la compañía que pertenece a las familias Miguens-Bemberg y Otero Monsegur

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Es la compañía emblema de la producción argentina de limones, protagonista de una puja de varios años para que se pudiera volver a exportar ese cítrico a EEUU, algo que terminó de resolverse este año, entre otras cosas, como consecuencia de conversaciones directas entre los presidentes Mauricio Macri y Donald Trump.

Citrícola San Miguel tiene más de 60 años de vida. Es referente en la exportación de cítricos y el principal exportador de limón del Hemisferio Sur. En 2017 tuvo ventas por unos $2.550 millones y este año planea facturar unos $5.000 millones, producto de adquisiciones de empresas en Perú: se quedó con la frutihortícola Agrícola Hoja Redonda por USD 64 millones y se asoció con La Calera, para administrar Andean Sun Produce, una distribuidora en EEUU que potenciará sus negocios en el norte. Además, su presencia en Perú le permite anexar uva y palta a sus productos.

Tiene unas 10.000 hectáreas de producción en Argentina, Uruguay, Perú y Sudáfrica y le exporta a 200 clientes en 80 países. El 53,1% de la compañía le pertenece a las familias Miguens-Bemberg (ex dueños de Quilmes) y a los Otero Monsegur, ambas controlantes del negocio; hay un 26,1% en manos de Anses; y el resto (20,8%) cotiza en la Bolsa de Buenos Aires.

El limón era el principal producto, pero ya no lo es más. Representaba el 95% del volumen y ahora es menos del 50%

"Estamos buscando convertirnos en una empresa argentina multinacional. Los movimientos que hemos tenido en los últimos años van en esa dirección. Si queremos salir adelante, si realmente queremos progresar, tener talento y generar oportunidades para los profesionales del país, necesitamos tomar un perfil como el que estamos tomando nosotros. El desafío es grande, pero estamos entusiasmados con los resultados que estamos viendo", le dice a Infobae, Romain Corneille, CEO de San Miguel.

Romain Corneille es el CEO de San Miguel (Crédito: Santiago Saferstein)
Romain Corneille es el CEO de San Miguel (Crédito: Santiago Saferstein)

– Están muy identificados con el limón, ¿es el principal producto que exportan?

Así nos percibe el mercado. El limón era el principal producto, pero ya no lo es más. Representaba el 95% del volumen y ahora es menos del 50%. Igual, es muy significativo para nosotros. En el rubro cítrico dulce tenemos mandarinas y naranjas, tanto de mesa como las de jugo. Ahora sumamos palta y uva.

– ¿Cómo deciden en qué productos enfocarse?

– Somos una compañía que mira lo que pasa en el mercado y las tendencias en consumos perecederos, como frutas y verduras. El foco es cítrico, es verdad, pero vemos las oportunidades que hay y desde ahí vamos para atrás, hasta la producción primaria. Incluso tenemos nuestros viveros, con genética propia. Hay mucho potencial. Con la adquisición en Perú incorporamos palta y uva y eso nos da conocimiento de otros mercados, con acceso a ciclos y flujos distintos.

Tiene unas 10.000 hectáreas de producción en Argentina, Uruguay, Perú y Sudáfrica y le exporta a 200 clientes en 80 países

– ¿Dónde producen?

– Cítricos en Tucumán, con una producción importante de limón: una parte va fresco y otra se procesa. En Uruguay y Sudáfrica, limón, mandarina y naranja. Y en Perú, mandarina, palta y uva.

– ¿Qué representan los negocios que concretaron en Perú para la estrategia de crecimiento de la empresa?

A Perú lo veníamos mirando hace tiempo. Nos daba la salida al Pacífico, que nos interesa sobre todo por el mercado asiático. Es un país productor con condiciones particulares: es un clima desértico, se planta directamente en la arena, pero tiene mucho potencial. También nos da acceso al mercado estadounidense, al cual ya llegábamos desde Uruguay y Sudáfrica. Esperábamos que se abriera el mercado para el limón argentino, cosa que ocurrió y este año hicimos los primeros embarques. Además, Perú complementa ese ingreso a EEUU: donde este año vamos a tener un volumen siete veces más grande que el año pasado. Teníamos que acercarnos en la cadena de valor hacia los puntos de venta. Por eso anunciamos la entrada a una empresa comercializadora en EEUU, a la que vamos a agregarle nuestro management y que manejamos con nuestros socios. Tenemos el co-control y vamos a aplicar nuestro modelo de negocios.

Uno de los campos limoneros de la empresa en Tucumán
Uno de los campos limoneros de la empresa en Tucumán

– ¿A donde exportan?

A partir de este año, que EEUU tomará un peso preponderante, será 30% allí; 30% en Europa; 15% en Rusia y Medio Oriente, y el resto a China y algo a Japón.

– ¿Por qué la exportación a China no es más grande, siendo la meca para los exportadores?

– Nos falta tiempo. China es un mercado al que accedimos hace unos cinco años, cuando llegamos a Sudáfrica. Perú nos va a ayudar a potenciar Oriente. Desde el Río de la Plata tenemos la dificultad de la logística y de los tiempos de tránsito, algo que conversamos con las navieras: los riesgos son grandes con productos perecederos y tanto tiempo de tránsito. Pero si mejoramos esta deficiencia también podemos llegar a China desde acá.

Si queremos salir adelante, si queremos progresar, tener talento y generar oportunidades para los profesionales del país necesitamos tomar un perfil como el nuestro

– ¿Puede resumir cómo se resolvió "la novela" del limón?

– Fue un desafió interesantísimo. Éramos un grupo reducido de lunáticos que creían que era posible acceder. Nos habíamos golpeado contra todas las puertas. Pero se probó que si hay participación activa del gobierno nacional, el provincial y las cámaras, o sea de las instituciones, más el sector privado, todo se puede conseguir. Hay que alinear los objetivos y así se pudo. Independientemente, creo que EEUU ya tenía respondidas todas la preguntas y las objeciones: no tenían motivos para seguir diciendo que no. El cambio de gobierno generó dudas en un primer momento, pero sabíamos que la apertura iba a ocurrir.

– ¿Qué medidas faltan para darle más impulso la sector?

Hay un tema crítico, que son las enfermedades, sobre todo una que es devastadora para los cítricos. Ahí necesitamos apoyo del Gobierno y del Senasa, en particular. Desde el sector privado también tenemos que hacer nuestro aporte.

El CEO está en la compañía desde 2006 y en su cargo actual desde 2014 (Crédito: Santiago Saferstein)
El CEO está en la compañía desde 2006 y en su cargo actual desde 2014 (Crédito: Santiago Saferstein)

– ¿Algún otro tema, además de la cuestión sanitaria?

– El gobierno está trabajando fuerte en la apertura de mercados. Conseguimos la reapertura en Brasil y EEUU y llegar a México, país al que nunca habíamos podido exportar. Están haciendo los deberes y ahora el sector privado tiene que trabajar fuerte en la sanidad de las plantaciones para beneficiarse del trabajo que se está haciendo

– ¿Cómo están las economía regionales?

– En general, cuando se habla de las economías regionales parece todo circunscribirse a un tema cambiario, algo que desde nuestra actividad no vemos como un factor determinante. Una crítica es la informalidad, algo que trae años de historia y que cuesta mucho corregir. Si todos compitiéramos con la mismas reglas este problema en parte comenzaría a resolverse. Necesitamos infraestructura: caminos, ferrocarriles y también puertos, depósitos y condiciones de dragado en los ríos que permitan mover las cargas. Con esas dos cosas, informalidad e infraestructura, las economías regionales darían un gran paso.

Con la adquisición en Perú incorporamos palta y uva y eso nos da conocimiento de otros mercados, con acceso a ciclos y flujos distintos.

– ¿Y el campo, en general, como está?

– Son negocios separados. Los americanos hablan de cultivos permanentes y de temporada. El campo en general es de temporada, tienen más flexibilidad, la posibilidad de cambiar todos los años. No tienen decisiones de largo plazo. Cambiar en los cultivos de las economías regionales, que son permanentes, no es nada fácil: son plantas que dan producción por 30 años, como el limón. Es difícil entrar, pero más difícil aún es salir.

– Hace poco se volcaron al mercado de capitales, ¿por qué?

Éramos una empresa pública que no habíamos usado el mercado de capitales. Los accionista le querían dar un voto de confianza al país y por eso tomaron la decisión arriesgada de hacer una emisión, un follow on, como lo llaman en el mercado, sólo a nivel local. Salió muy bien.

Pack de exportación de limones para EEUU
Pack de exportación de limones para EEUU

– ¿Piensan cotizar en el exterior?

– Por el momento, no. Este mecanismo resultó atractivo y hay otros. No descartamos ir afuera, pero hoy apostamos por la Argentina.

– ¿Cómo ve a San Miguel en cinco año?

– La veo como una multinacional, queremos serlo. Acá tenemos dos ejemplos típicos: Ternium y Arcor. Por tamaño y presencia, nos vemos mucho más parecidos a Arcor. Vamos a desarrollar la presencia local, en los mercados en los que estamos y en otros que sean atractivos para el modelo de negocios. Vamos a crecer muy soportados en ese modelo que ya fue validado en distintos ámbitos y que da resultados. Eso nos va a permitir posicionarnos como la otra gran multinacional Argentina.

Planta de procesamiento de mandarinas en Perú
Planta de procesamiento de mandarinas en Perú

– ¿Están pensando en sumar nuevos cultivos?

Con Perú, la palta y la uva tenemos el plato lleno en cuanto a desafíos. Serán dos productos que vamos a profundizar. Buscaremos acercarnos todo lo posible en la cadena de valor hacia el punto de venta y los consumidores.

– ¿Cómo ve la economía local?

– Cuando se está en una actividad en la que se toman decisiones para los próximos 30 años, en general se tiene más optimismo que la media de la población. En mi caso, veo muy positivos los cambios que se están haciendo. En el corto plazo siempre hay problemas, pero se pueden transformar en oportunidades. Ese es el gran desafío. Hacia adelante soy muy optimista con lo que está pasando.