Dólar, brecha cambiaria y cepo a las importaciones: un panorama de incertidumbre para el campo todavía vigente pese al arribo de Batakis

La flamante ministra de Economía deslizó en los primeros días al frente de la cartera nacional conceptos sobre el dólar, importaciones e inflación. Especialistas no esperan un cambio de rumbo y la incertidumbre por los insumos crece entre los productores

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Sigue la incertidumbre en el mundo agropecuario tras los cambios en el ministerio de Economía. ( REUTERS/Agustin Marcarian)
Sigue la incertidumbre en el mundo agropecuario tras los cambios en el ministerio de Economía. ( REUTERS/Agustin Marcarian)

La renuncia intempestiva del ahora ex ministro de Economía, Martín Guzmán, el sábado por la tarde, no solo significó un duro golpe para el Presidente Alberto Fernández, que hasta hace poco defendía al titular de la cartera nacional ante los ataques del kirchnerismo, sino que que también agudizó la fuerte crisis económica que sufre el país, impactando de lleno en las ya endebles variables macroeconómicas de Argentina.

Lo cierto es que los primeros efectos que tuvo la salida de Guzmán y la posterior designación al frente del Palacio de Hacienda de Silvina Batakis fue una disparada de los dólares bursátiles y de la cotización del informal (más conocido como “blue”), una caída de la Bolsa porteña y el derrumbe de los títulos nacionales a nivel local e internacional, acompañado de una contundente baja de las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street.

En el caso del campo, este tembladeral profundizó algunos de los principales problemas del sector, como es el agrandamiento de la brecha cambiaria, que ya es superior al 100%, pero también la declaraciones de la flamante ministra respecto a variables como el precio del dólar o la administración del comercio internacional auguran que más allá del cambio de nombre las políticas hacia el sector continuarán de igual manera.

Es por eso que el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, consideró que más allá del estado preocupante de la economía argentina, la designación de Batakis frente a la cartera nacional dio “certidumbre” sobre que “el camino va a terminar siendo que no va haber reducción del gasto, que se va a seguir emitiendo y eso se termina reflejando en el nuevo valor de dólar y un menor precio de los bonos. O sea, no hay una incertidumbre de no saber qué va a pasar, pero el problema es que esa certidumbre no es buena en términos de la pérdida de valor del peso y en la sustentabilidad fiscal. Entiendo que el mercado está diciendo eso”.

Por supuesto que el sector agropecuario no es ajeno a esta situación y el mayor impacto se dará, teniendo en cuenta las políticas gubernamentales que llevaría adelante Batakis, en cuestiones relacionadas al dólar y a la inflación, con efectos directos sobre el campo. En primer lugar, Miazzo considera que la “comodidad” de la ministra con el valor del dólar, como ella manifestó para la actividad agrícola mayormente exportadora “es una definición clave, porque tuvimos un atraso cambiario muy importante el año pasado, lo que produjo que los costos de cosecha, siembra y flete subieran al ritmo de la inflación (50%), pero los ingresos subieron al valor del dólar oficial (27%), lo que deteriora la competitividad cambiaria, que hoy no se nota tanto por los precios internacionales”.

Los productores argentinos sufren el impacto de las retenciones y la brecha cambiaria, al momento de comercializar la cosecha agrícola.
Los productores argentinos sufren el impacto de las retenciones y la brecha cambiaria, al momento de comercializar la cosecha agrícola.

En este aspecto, Miazzo destacó que la decisión de no modificar el tipo de cambio “es un mensaje negativo para las actividades exportadoras, más en un contexto de brecha del 100%, lo que genera mayor expectativa devaluatoria”. Esta diferencia entre el dólar oficial y los bursátiles, genera una suerte de “retención encubierta” a los productores agropecuarios del país.

Para tomar como referencia, el Distrito Entre Ríos de la Sociedad Rural Argentina (SRA) realizó un informe que da cuenta de esta situación. Según el trabajo, de un total de exportaciones agrícolas entrerrianas de USD 2.072 millones durante 2021, sus productores le transfirieron de más al fisco central USD 816 millones en concepto de brecha cambiaría y USD 441 millones por derechos de exportación no avalados por el Congreso Nacional. Así, la economía productiva provincial perdió en su conjunto USD 1.258 millones, a raíz de que “un productor de soja entrerriano percibe el 29% de su precio real internacional y uno de maíz el 38% “.

En este sentido, el Delegado de la SRA e impulsor de este trabajo, Eduardo Choren, expresó que el mencionado estudio “deja a la vista la distorsión generada por el desdoblamiento del tipo de cambio y sus efectos nocivos para el conjunto de la actividad productiva argentina. Esta deformación económica, afecta no solo a la sustentabilidad del campo, sino también su patrimonio y capacidad de reinversión”.

Importaciones, inflación y un “barco hacia el abismo”

La cuestión del dólar no solo va por el lado de la de las exportaciones y la brecha cambiaria, sino que también interviene la disponibilidad de la divisa para poder importar aquellos insumos claves para la producción. Y las definiciones de Batakis no fueron por el lado de facilitar el acceso a la moneda norteamericana, sino que “habló de cuidar los dólares, lo que significa un mayor cepo exportador”.

En referente de FADA, aseguró que “el agro no tiene un festival de importaciones, porque es un generador de dólares netos, pero un mayor ajuste del cepo termina afectando de manera directa a la importación y despierta temores en la cuestión de fertilizantes, gasoil, autopartes de maquinaria agrícola, cubiertas y demás productos. Esto se termina traduciendo en mayores costos y mayores dificultades para las actividades productivas”.

El faltante de gasoil es una problemática que afecta a gran parte del país.
El faltante de gasoil es una problemática que afecta a gran parte del país.

Respecto a la lucha contra la inflación que el Gobierno viene dando, sin resultados hasta el momento, las cuestión del control de precios que podría continuar esta nueva gestión avizora una “política más intervencionista, que genera temores sobre las exportaciones de carne, en los precios del mercado lácteo, entre otros. Hay que ver qué termina sucediendo, pero leemos que es una ministra proclive a ese tipo de medidas”, finalizó Miazzo.

Para el presidente de la Asociación de Productores del Norte (APRONOR), Augusto Battig, la incertidumbre que vive el productor ante este escenario que se plantea hoy “ha llegado a su punto máximo”. En este sentido, sostuvo que si bien hay insumos, lo cobran a “un ‘blue’ de 300 pesos y hoy (el precio de) los granos está empezando a bajar, está pesificado y con retenciones, y con fletes que, desde el norte hasta el puerto, te llevan el 25% de su producción. Se está haciendo muy cuesta arriba la producción”.

Por eso Battig entiende que lo que está haciendo el Gobierno es “cambiar los nombres, pero las políticas siguen siendo las mismas. El barco va hacia el abismo, pero el rumbo no se modifica y eso no da ningún tipo de esperanza. El horizonte es más oscuro hoy y el productor está saliendo desesperado a buscar los insumos con anticipación para la próxima campaña. Si hemos tenido problemas tan básico con un insumo como el gasoil, no queremos pensar qué va a pasar con los fitosanitarios. Están saliendo a comprar ya, al precio que sea, para poder tener los insumos para producir”.

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