Otra expropiación K cuestionada: el célebre mural de Siqueiros y un juicio contra el Estado por USD 200 millones

En 2010, el gobierno de Cristina Kirchner inauguró la obra que pintó el muralista mexicano y un “dream team” de artista locales en un sótano, en 1933. Está en el Museo del Bicentenario luego de que el Congreso lo expropiara. La empresa dueña del genial trabajo quiere que se lo devuelvan, o le paguen; litiga hace casi 30 años en la Justicia y ahora el caso está en la Corte Suprema

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El mural en el Museo del Bicentenario, donde se exhibe hace 13 años
El mural en el Museo del Bicentenario, donde se exhibe hace 13 años

Loretta Preska, la jueza de la Corte del Distrito Sur de Manhattan, dio por cerrado el viernes pasado el juicio por la expropiación de YPF, que votó el Congreso argentino en 2012, luego de un proyecto que impulsó la entonces presidenta Cristina Kirchner.

Preska ya decidió que el Estado argentino expropió mal la petrolera y lo condenó a pagar. Ahora, luego de tres días de juicio, deberá determinar cuánto: entre USD 4.900 millones y USD 16.000 millones. Habrá apelaciones y no está claro aún cuándo, pero la Argentina deberá pagarle a Burford Capital, el bufete inglés que compró el caso.

Este juicio, que lleva hasta ahora unos ocho años y será la mayor condena económica para una nación soberana en los estrados comerciales de EEUU, no es el único por el cuál el Estado argentino está acusado de mala praxis. Y el señalamiento también es para una expropiación que se hizo durante uno de los mandatos de la actual Vicepresidenta.

El protagonista de este verdadero entuerto judicial es Ejercicio plástico, una de las obras emblemáticas del arte latinoamericano del siglo XX. Se trata de un mural que el genial David Siqueiros pintó hace 90 años en el sótano de una quinta del norte del conurbano bonaerense, y que hoy se exhibe en el Museo del Bicentenario, detrás de la propia Casa Rosada y bajo la Plaza Colón, en lo que fue la Aduana Taylor.

La demanda, estiman los querellantes que batallan en la justicia hace unos 30 años, podría llegar a 200 millones de dólares. Hay una gran diferencia con el juicio de YPF: en este caso el conflicto se dirime en un tribunal argentino y la Justicia local ya falló dos veces a favor del Estado.

Envolvente

Siqueiros fue uno de los muralistas legendarios de México junto a Diego Rivera y José Orozco. No sólo eso, fue activista, diplomático, militar y escritor; fue parte de la Revolución Mexicana y miembro del Partido Comunista.

En 1933, a los 37 años, llegó a la Argentina luego de estar preso en su país y de exiliarse en Uruguay. Vino a dar una serie de conferencias, pero su primera presentación generó algo de revuelo por sus provocaciones, tanto que el gobierno de Agustín P. Justo ordenó detenerlo por unos días.

David Alfaro Siqueiros (Foto: Twitter@Chdzine)
David Alfaro Siqueiros (Foto: Twitter@Chdzine)

Había llegado junto a su esposa, la poetisa uruguaya Blanca Luz Brum, y muy rápido se convirtió en una figura relevante de la escena artística. Na­ta­lio Bo­ta­na, el excéntrico creador del exitoso diario Crítica, fue su mecenas y ofició de anfitrión local junto a un grupo de notables artistas, como Oli­ve­rio Gi­ron­do y Vic­to­ria Ocam­po. Siqueiros fue columnista del suplemento de cultura de Crítica y ese mismo año pintó Ejercicio Plástico en el sótano de la casona “Los Gra­na­dos”, la quinta que Bo­ta­na tenía en Don Torcuato. Tuvo la ayuda de otros geniales artistas argentinos como Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino (quien restauró la obra en la década del 60) y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro, un verdadero dream team de pintores locales que acompañaron al mexicano.

Se trata de una magistral obra envolvente, pintada hasta en el piso, que cuenta la historia del propio Siqueiros en la que Blanca Luz es protagonista entre peces, plantas y cuerpos femeninos desnudos. Finalmente, Siqueiros fue expulsado por el gobierno: se fue a Nueva York, pero su esposa se quedó en Los Granados. El mexicano murió en 1974, a los 77 años. Botana falleció en 1941, como consecuencia de un accidente en Jujuy manejando uno de sus Rolls Royce.

“La empresa no quiere la expropiación, quiere el mural. Pero si la Justicia decide que hay que expropiar, el Estado tiene que pagar” (Porcelli)

El increíble mural quedó en el centro de infidelidades que eran el runrún de la high society porteña de entonces, hasta fue pintado con cal y terminó abandonado por más de cinco décadas. La quinta de Botana cambió de manos varias veces: tuvo como dueño a Alvaro Alsogaray y hasta fue prisión domiciliaria de Carlos Menem, en 2001. En rigor el ex presidente se alojó en una quinta gemela, que en algún momento estuvieron unificadas y que también perteneció a los Botana, pero que se llamaba Karavan y cuya propiedad se le atribuyó a Armando Gostanian, ex jefe de la Casa de la Moneda y amigo del riojano.

A fines de los 80 la obra fue restaurada y se la guardó en contenedores. Fue a la empresa Se­vi­lle, que luego se llamó Fine Arts y perteneció a Héctor Mendizabal, el empresario que rescató el mural y destinó todo su dinero, hasta fundirse, a la obra. Su última dueña privada es una empresa uruguaya, Dencanor, de supuestos dueños argentinos, que compró el mural en 1994 por 820.000 dólares, el valor más alto hasta el momento para una obra en la Argentina (entonces, además, había un decreto que impedía la exportación de arte). Una muy extensa batalla legal pareció terminar en 2009, cuando el Estado argentino expropió el mural luego de una ley del Congreso que impulsó el Ejecutivo.

“No hay nada terminado aún”, dijo Luis Porcelli, abogado y apoderado de Dencanor, en diálogo con Infobae.

Visitantes aprecian un mural del artista David Alfaro Siqueiros en el Museo Casa Rosada
Visitantes aprecian un mural del artista David Alfaro Siqueiros en el Museo Casa Rosada

“Hay dos juicios. Uno debe determinar si la expropiación es procedente. Si es así hay que fijar el monto que tiene que pagar el Estado. A lo largo de 30 años, el mural fue objeto de medidas arbitrarias que lo inmovilizaron y le prohibieron a su dueña el objetivo por el cual se lo compró: que viaje por los museos del mundo y el usufructo de su renta”, detalló el letrado.

El mural fue declarado de interés nacional por Fernando De la Rúa, pero la ley fue vetada por Eduardo Duhalde. Llovieron las cautelares hasta que Néstor Kirchner lo declaró de interés nacional por decreto y se firmó un acuerdo de cooperación con la empresa dueña. “El decreto lo firmaron Néstor, Alberto Fernández y Aníbal Fernández. Dencanor lo prestó de forma gratuita para su exhibición en los festejos del Bicentenario, ya con Cristina presidenta”, detalló Porcelli. La actual vicepresidenta inauguró la obra junto al presidente mexicano Felipe Calderón, en diciembre de 2010.

“Fue un comodato con promesa de devolución y, luego un permiso de exportación temporaria para que la obra viajara por el mundo. No pasó y se dictó la expropiación, algo que según la empresa es inconstitucional. Ese juicio tuvo dos fallos en contra y ahora está en la Corte Suprema. La empresa no quiere la expropiación, quiere el mural. Pero si la Justicia decide que hay que expropiar, el Estado tiene que pagar. El monto se está definiendo en otra demanda que lleva un Tribunal de Tasación. El mural se exhibe hace años sin contraprestación a sus dueños”, aseguró Porcelli.

Dencanor prefiere no dar números, pero en el mercado aseguran que entre el valor de la obra y el lucro cesante, la cifra rondaría los USD 200 millones. Quizás sea mucho, pero sí hay consenso es en que el depósito de USD 3 millones que el Estado hizo al momento de la expropiación y que la empresa nunca lo aceptó, es simbólico. En el mercado del arte aseguran también que Porcelli, además de apoderado, es accionista de la empresa. “No, lamento no tener participación, pero no la tengo. La empresa no habla de números, si se expropia eso lo debe determinar el Estado”, dijo el abogado, quien publicó este año “Ejercicio plástico, conflictividad por el dominio del mural de Siqueiros. Entre la burocracia y las quiebras” (Astrea), un extenso libro de casi 1.000 páginas sobre la obra y los vaivenes judiciales que aún hoy cruzan su historia.

Natalio Botana, en cuya casona Siqueiros pintó el mural de la discordia
Natalio Botana, en cuya casona Siqueiros pintó el mural de la discordia

Daniel Schávelzon es arquitecto, restaurador, experto en arqueología urbana y fundador y director del Centro de Arqueología Urbana de la UBA, entre otros cargos. También escribió varios libros sobre el tema, entre ellos “El mural de Siqueiros en Argentina, la historia de Ejercicio plástico” (2013). Después de años de investigar el derrotero de la obra cree, directamente, que este “es otro caso más de mala praxis expropiatoria del kirchnerismo”.

“El tema es que nunca pagaron: lo pidieron prestado y sigue en la Casa Rosada, se lo apropiaron”, opinó Schávelzon y afirmó que la declaratoria de patrimonio nacional y el acuerdo con el privado son improcedentes. “Se hicieron las dos cosas a la vez, por eso la ley no tiene valor y sigue el juicio de inconstitucionalidad. Como ya expropiaron el tema se cajoneó, pero nunca pagaron. Y ya pasaron casi 30 años. Hicieron un acuerdo con un privado, no lo respetaron ni devolvieron el mural, y en el medio lo expropiaron”, dijo.

"Ejercicio plástico", el mural que Siqueiros pintó en el sótano de la casa del periodista Natalio Botana y hoy se encuentra en el Museo del Bicentenario de Buenos Aires. A la izq. Brum con el gran muralista mexicano
"Ejercicio plástico", el mural que Siqueiros pintó en el sótano de la casa del periodista Natalio Botana y hoy se encuentra en el Museo del Bicentenario de Buenos Aires. A la izq. Brum con el gran muralista mexicano

Sobre la obra, el experto cree que es excepcional y que su valor es “incalculable”. “Además, logró cambiar el arte argentino, politizando el discurso de los artistas. La plana mayor del arte del momento estuvo involucrada. Años después tuvo un trabajo de recuperación extraordinario. En un momento se iba a vender como escombros: está el aviso en los diarios de la época. La idea de Mendizábal de sacarlo al mundo era espectacular, pero quebró y nunca pudo recuperar su inversión. El mural estuvo enterrado y a nadie le importaba; cuando lo sacaron todos lo querían”, resumió Schávelzon.

Ahora la causa la tiene la Corte Suprema. La Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, al confirmar la sentencia de primera instancia, rechazó la demanda de Dencanor, quien dice que la ley 26.537, con la que se expropió la obra, es inconstitucional.

“Contra la decisión de la Cámara, la empresa actora interpuso recurso extraordinario federal, el cual fue concedido por encontrarse en juego la interpretación de una norma federal”, dicen en el máximo tribunal. Allí, por ahora sólo figura el registro de ingreso: la demanda entró el 13 de junio a la Corte y se tramita en la Secretaría N° 4 del Tribunal. “Es todo muy reciente”, aseguran allí.

Nueve décadas después habrá que seguir esperando para saber cuál será el destino de Ejercicio plástico del Siqueiros. Por lo pronto se lo puede visitar en el Museo del Bicentenario, donde se exhibe hace 13 años. Allí fue emplazado de manera provisoria por expreso pedido de la Justicia. Por las dudas, por si hay que sacarlo otra vez.

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