La Bolsa porteña volvió a operar con fuertes quebrantos el lunes ante persistentes ventas de inversores que buscan cobertura, en una plaza financiera que muestra marcada aversión al riesgo por cuestiones locales y externas.
La desaceleración de la economía doméstica, las presiones cambiarias y un marcado desconcierto entre los inversores en un contexto de elevada inflación se suman a un contexto global bajista ante temores a una guerra comercial entre Estados Unidos y sus socios.
Los activos domésticos "extienden la debilidad dado que continúan sufriendo una posición técnica desfavorable ante la indiscriminada liquidación de posiciones de operadores -principalmente del exterior- ya que los flujos matan a los fundamentals y las valuaciones", dijo Gustavo Ber, economista de Estudio Ber.
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El índice bursátil Merval de Buenos Aires bajó un 2,8%, al cierre de 25.298 unidades, luego de marcar un piso de caída del 5% durante la jornada. Este mercado viene de desplomarse un 14,1% la semana previa.
"Son factores locales los que vienen perjudicando al mercado argentino. Y uno de los factores que más movieron al mercado tuvo que ver con la abrupta suba del dólar", indicó un reporte la sociedad de bolsa Rava.
Los bonos soberanos en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) cayeron en promedio 0,3%, liderados por las emisiones dolarizadas, y el riesgo país restó cuatro unidades a 607 puntos básicos.