Quiso despejar con un taco y terminó lesionado: la llamativa jugada que sacó de la cancha a Jonathan Galván en el clásico de Argentinos y Platense

El ex defensor de Racing y Huracán protagonizó una situación insólita en el duelo entre el Bicho y el Calamar en La Paternal. las imágenes

Guardar

Nuevo

Hay una regla básica en el fútbol que deben implementar todos los intérpretes a la hora de salir a la cancha. Se trata de un axioma universal que permite elevar la producción de cada protagonista. Y la misma se ampara en que cada jugador debe ser consciente de sus propias limitaciones para no comprometer a su equipo. A pesar de la escuela que instalaron grandes estrategas como Johan Cruyff, Pep Guardiola, el Flaco Menotti, Marcelo Bielsa o Ángel Cappa, si las características del futbolista no contribuyen en la idea inicial, en la mayoría de los casos es mejor descartar la opción más estética por la más eficaz. Por ejemplo, a un defensor rústico es preferible no pedirle una salida limpia y lujosa desde el fondo; sino que es más conveniente que se limite a despejar el peligro que puedan generar sus rivales.

Una situación así ocurrió en La Paternal. En el mítico Diego Armando Maradona, donde Argentinos recibió a Platense en el encuentro correspondiente a la séptima fecha de la Copa de la Liga, Jonathan Galván atravesó una escena insólita que derivó en una lesión. Cuando el clásico estaba a favor del Bicho por 1 a 0, gracias al gol de Alan Lescano, el ex defensor de Huracán intentó reducir a un rival con un lujo que terminó de la peor manera. El taco que improvisó el defensor central no encontró el destino deseado y en lugar de impactar contra la pelota, su movimiento lo único que entregó fue una lesión en su rodilla izquierda.

De inmediato, Pablo Guede tuvo que reemplazar al zaguero por Francisco Álvarez y las imágenes que se vieron de Galván abandonando el Semillero del Mundo en la camilla fue otro argumento para afirmar que el fútbol es simple.

Para la tranquilidad de los fanáticos locales, Thiago Santamaría extendió la diferencia antes del descanso con un golazo que dejó sin posibilidades a Juan Pablo Cozzani. Con el 2 a 0, el Bicho se encargó de manejar los tiempos de un compromiso que ya estaba liquidado. Incluso en el complemento Nicolás Oroz abasteció a Santiago Montiel para que el ex River transforme el triunfo en goleada. Aunque Mateo Pellegrino marcó el descuento para decorar el resultado.

Jonathan Galván también dejó un mal recuerdo en Racing, donde estuvo la pasada temporada y vivió uno de los sinsabores más grandes que atravesó la institución de Avellaneda. En la recordada Superliga que se definió en la última fecha entre la Academia y River en el Cilindro, el conjunto que por ese entonces dirigía Fernando Gago tenía la chance de arrebatarle el título a Boca, que al mismo tiempo estaba empatando con Independiente en La Bombonera.

El defensor central, que habitualmente era suplente de Leonardo Sigali, Gonzalo Piovi o Emiliano Insúa, fue el encargado de pararse frente a Franco Armani en el minuto 44 del segundo tiempo para darle la gloria a un equipo que tenía el objetivo en sus manos. Sin embargo, el sueño se transformó en pesadilla. Fueron momentos de desconcierto e incertidumbre. Y para analizar lo sucedido, vale la pena recordar que para esas alturas el entrenador ya había sacado de la cancha a Matías Rojas (autor del primer gol con un brillante disparo desde los doce pasos), a Charly Alcaraz (encargado de la pelota parada, desde donde sumó varios goles desde su debut en Primera) y Johan Carbonero, quien había demostrado un gran nivel durante el primer tiempo liderando la ofensiva local por las bandas.

La reunión improvisada en el área grande del Millonario fue una muestra de ausencia de liderazgo del DT. Enzo Copetti no se sentía con confianza por los últimos dos penales que había fallado (ante Boca en las semifinales de la Copa de la Liga y en el clásico contra Independiente). El delantero y goleador del ciclo de Gago participó del meeting para brindarle su apoyo a Galván, quien con firmeza dejó en claro que nadie le iba a sacar la pelota: “¡Lo pateó yo!”

Fueron los once metros de la desgracia. El central pasó de protagonizar la tapa del diario o el poster del campeón a dejar su imagen como el rostro de la derrota. Como lo cantó Andrés Ciro Martínez en sus conciertos en Vélez, podés ser el rey, pero al día siguiente un bufón sin piel. De todos modos, él no fue el único responsable del fracaso. Como ocurrió con River Plate de Uruguay en la Copa Sudamericana, con Agropecuario en la Copa Argentina o con Boca en la Copa de la Liga, cuando el Racing de Gago tenía que ganar, no lo consiguió. Por fortuna para la Academia, aquello quedó atrás y hoy sueña con dar la vuelta de la mano de Gustavo Costas.

Guardar

Nuevo