La historia de “Chanchi” Riquelme, hermano de Román, allanado en la causa por reventa de entradas

Cristian quedó bajo la lupa de la Justicia en el marco de una causa vinculada al expendio de tickets falsos

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Cristian Riquelme, mano derecha de Román en el día a día de Boca
Cristian Riquelme, mano derecha de Román en el día a día de Boca

El Mundo Boca se vio convulsionado este jueves por la mañana cuando un grupo de efectivos de la Gendarmería Nacional se presentó en la Bombonera para llevar a cabo un allanamiento en el marco de una causa por asociación ilícita, defraudación al club y reventa de entradas que implicó a varios personajes vinculados a la institución. Entre ellos, Cristian Riquelme, hermano menor de Juan Román.

¿A qué se dedica Chanchi, tal como lo conoce su círculo íntimo? ¿Por qué es tan importante en la diaria para Román? ¿Cuáles son sus vínculos con Boca? ¿Cómo es su historia personal?

La primera referencia pública que existió de Cristian fue en el año 2002, justo antes de que Román fuera transferido al Barcelona de España por una cifra millonaria. El hermano menor, que en ese entonces jugaba en las divisiones inferiores de Platense y había sido figura de su categoría en un torneo internacional que se había disputado en Sudáfrica con la casaca del Calamar, fue secuestrado por un grupo de delincuentes que negoció la entrega a cambio de medio millón de dólares.

La familia Riquelme decidió no elevar la denuncia a la Policía -haciendo caso a las exigencias requeridas por los maleantes- y el juez federal Roberto Marquevich, responsable del juzgado 1 de San Isidro, tuvo que intervenir de oficio. El 10 se puso al hombro las negociaciones. No trascendió cuál fue el monto de su liberación, pero se estimó en unos 200 mil dólares. Luego de más de 24 horas de cautiverio, a Chanchi lo soltaron en Ramos Mejía (a más de 20 kilómetros de donde lo raptaron), de madrugada.

Cristian Riquelme viendo un entrenamiento de Boca a principios del 2000, época en la que sufrió un secuestro exprés (Foto Baires)
Cristian Riquelme viendo un entrenamiento de Boca a principios del 2000, época en la que sufrió un secuestro exprés (Foto Baires)

Previo a tocar la Primera División de Platense había gozado de una experiencia en Almirante Brown de Arrecifes (también en la B Nacional) en 2001, apadrinado por Enrique Hrabina; y justo después del secuestro, al unísono con la transferencia del 10 al Barcelona, tuvo una breve estadía en las juveniles de Racing de Avellaneda, antes de tomar una de las decisiones más importantes de su vida. Los hermanos mayores convivían casi todo el día con excepción de los momentos en que Juan Román entrenaba en Argentinos Juniors, Boca o las juveniles de la selección argentina. Por ese motivo fue muy duro tenerlo a tantos kilómetros de distancia, sin el contacto directo que brinda la tecnología de hoy, al irse a jugar al Barça. Allí fue cuando empezó a madurar la idea de mudarse con él, algo que finalmente concretó al poco tiempo.

Chanchi armó las valijas y decidió cambiar de vida por su hermano mayor. Maduró a su lado, lo acompañó en las buenas y en las malas. Se convirtió paulatinamente en su mano derecha, su confidente y apoyo psicológico permanente. Y luego de su regreso a Boca en 2008 (ya había estado a préstamo en el primer semestre del año anterior para alzar la Libertadores) empezó a trabajar a la par de Daniel Bolotnicoff, agente que manejó a Riquelme después de cortar su vínculo con Marcos Franchi. Asistió a reuniones con directivos de clubes, gestionó contratos por publicidad y hasta le manejó los números. Y, a través de las redes sociales, también adoptó tareas de vocero.

En 2014, Riquelme protagonizó un fuego cruzado por la renovación de su contrato con el por entonces presidente de Boca Daniel Angelici. Siempre hermético con la prensa, Román dio vía libre a Cristian para expresarse públicamente con mensajes que no traían buenos augurios, a días de que expirara el vínculo: “Podrido de la novela que hacen siempre con mi hermano. Que la plata, el tiempo, bla bla... Si le importara tanto la plata no volvía a los 28 años. Se quedaba en Europa hasta pasados los 30 años, no devolvía los sueldos por una lesión ni jugaría un año gratis... Cuánta mentira, ya cansan. Basta de entretener al hincha con tanta mentira por favor”.

Cristian se considera hermano, pero también amigo íntimo de Román (@criquelme83)
Cristian se considera hermano, pero también amigo íntimo de Román (@criquelme83)

Con el contrato ya vencido, Cristian arremetió otra vez: “Estoy escuchando al presidente (Angelici) y comunico que hace 20 días mi hermano ya respondió que sí. Seis meses tuvieron que pensar si le renovaran al ídolo. No sé cómo bancás todo esto, amigo. Pensá si vale la pena seguir... dejen de confundir al hincha, sean serios. Mirá cómo confunden y qué poco serios son que el 30 quedó libre y llamaron para pedir que se presente a entrenar sin contrato jaja”.

El destino depositó a Román en la institución en la que se formó como futbolista: Argentinos Juniors. Fue un semestre de gloria con el Bicho, que volvió a Primera con los hermanos Juan y Sebastián (hoy en Almirante Brown) Riquelme dentro del plantel. Angelici ganaría las elecciones a fines de 2015, once meses después del retiro del ídolo. Los hermanos Riquelme fueron a votar pero el reciente ex jugador optó por no involucrarse políticamente con ninguna de las listas opositoras de Angelici. “Nunca muñeco de nadie”, disparó Cristian en Instagram. La guerra estaba declarada pero no era momento de tomar las armas. “Nadie me quita la ilusión de que algún día vas a conducir el club por el mejor camino”, fue el presagio que le dedicó al 10 antes de los comicios de hace cinco años.

Durante los cuatro años entre las dos últimas elecciones Román le devolvió todo el tiempo que le debía a su familia de la época en la que era futbolista. Y su hermano estuvo al lado día y noche. Abundaron las tardes de mates mirando fútbol, los picados y asados con amigos, alguna salida nocturna en La Noche Disco (boliche que administra Cristian) y vacaciones para descansar y que su hijo Agustín conociera El Madrigal (estadio del Villarreal), el Camp Nou y hasta el Santiago Bernabéu, canchas donde no había podido registrar el brillo de su papá por su corta edad.

Román siempre mira los partidos de Boca en su palco de la Bombonera al lado de su hermano, Chanchi (@fotobairesarg)
Román siempre mira los partidos de Boca en su palco de la Bombonera al lado de su hermano, Chanchi (@fotobairesarg)

Previo a las elecciones de 2019, Román coqueteó con las nóminas lideradas por Jorge Ameal, Christian Gribaudo (impulsado por Angelici) y José Beraldi, aunque tenía claro que por su enemistad histórica con el Tano y su disenso en cuanto a pensamiento no sería posible unirse al ex oficialismo. Al final decidió acompañar a Ameal y Pergolini como vice segundo y empezó una campaña que lo mantuvo ante los flashes en las semanas previas a la votación. Cristian acudió a cada reunión con los candidatos y, junto a Bolotnicoff, negoció las condiciones de sus labores en su nuevo trabajo como directivo y fue su sombra en cada acto político.

Los socios boquenses, con el envión de la figura de Riquelme, apostaron por la propuesta de Ameal y lo llevaron al triunfo. Ese caluroso domingo en el que el Boca de Alfaro cayó 1-0 con Central en Rosario, Román estuvo rodeado de Cristian, el resto de su familia y amigos en el búnker montado en la estación de la línea de colectivos 53.

Desde diciembre 19/enero 20, Chanchi pasó a formar parte estable del grupo de gente que trabaja diariamente en el Centro de Entrenamiento que Boca posee en Ezeiza, más conocido como Boca Predio. Es, a grandes rasgos, mano derecha del vicepresidente al que asiste con diversos temas. Desde los que están vinculados al plantel profesional, ya que suele viajar adonde le toque jugar al equipo y tiene una estrecha relación con el Consejo de Fútbol integrado por Jorge Bermúdez, Chicho Serna, el Chelo Delgado y Raúl Cascini, hasta los institucionales. Puede oficiar de nexo con los directivos que se afincan en Brandsen 805, encargarse de la organización de un evento paralelo a la agenda del club como fue el partido homenaje a Juan Román o involucrarse en las invitaciones de las personalidades que desfilan por el palco de la familia Riquelme en cada partido de Boca.

Desde el entorno de los Riquelme creen que detrás hay saña contra el ídolo porque se avecinan las elecciones en diciembre, algo que ya habían denunciado cuando se abrió una causa por la presencia del hijo de Román, Agustín, durante un encuentro que se disputó en la Bombonera a puertas cerradas durante la pandemia. Señalan a la oposición macrista-angelicista porque saben que Cristian es el punto débil del vice. Este episodio parece ser uno de los primeros en la batalla política que recrudecerá en este fin de 2023.

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