La novela de Enrique Decarli, un mecanismo viral con ecos de Borges y Onetti

“Tokio”, premio Premio Tristana 2020, está atravesada por múltiples referencias a la literatura rioplatense que inducen, desde el comienzo, a varias hipótesis de lectura y con un desenlace imprevisible

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"Tokio", de Enrique Decarli, ganó la XIII edición del Premio Tristana de novela, en 2020
"Tokio", de Enrique Decarli, ganó la XIII edición del Premio Tristana de novela, en 2020

Tuvimos que esperar dos años para que Tokio, la novela con la que Enrique Decarli ganó la XIII edición del Premio Tristana de novela, en España, saliera en Argentina publicada por Editorial Dualidad. En ella, las literaturas de la zona, como la Yoknapatawpha de Faulkner, el Macondo de García Márquez o, en las letras rioplatenses, la Santa María de Onetti y el Delta Panorámico de Marcelo Cohen, se conjugan con una operación borgeana.

Como en Tlön, algo enrarece, desde una ficción interior al texto, la realidad en la que vive el narrador: el nombre de María, su expareja, ya no se deja pronunciar ni escribir. Las Marías de la guía telefónica son ahora Faroas, pero esa modificación de lo que hasta entonces había sido la normalidad cotidiana, y que durante una buena parte de la novela parece ser producto de la locura del protagonista, tiene también efectos materiales. No quedan rastros de María ni de su mundo. La vida que alguna vez tuvo se ha quedado sin registros de ella, y no sabemos qué le pasó.

"Tokio", de Enrique Decarli, fue publicada en Argentina durante 2023 por Editorial Dualidad
"Tokio", de Enrique Decarli, fue publicada en Argentina durante 2023 por Editorial Dualidad

Un dato que vuelve aún más inquietante la novela es que la María que recuerda el narrador era fanática de un escritor uruguayo que había fundado una ciudad llamada Santa María. Por supuesto, ese autor es J.M. Brausen, el personaje de Juan Carlos Onetti. Acá hay que agregar que para el lector, si es, como uno, fanático de Onetti, Borges y la intertextualidad, las hipótesis de lectura que se elaboran desde las primeras páginas terminan confirmándose. La ficción de los escritores y escritoras más admirados se apropia de la realidad, pero invadiendo primero otras ficciones. El proceso de colonización ya es irreversible. La novela de Decarli es otro de los indicios de cómo funciona este mecanismo viral.

Piglia, él mismo amante de los autores mencionados, escribió en más de una ocasión sobre lo que llamó ficción paranoica. Quizá pueda pensarse a Tokio desde esa clave. La paranoia se cifra acá en la posibilidad de una realidad lábil, fácilmente infiltrable, desde el lado de acá o desde el lado de allá, como las partes en las que Cortázar dividió Rayuela.

Y esta otra referencia –llevamos varias, todas insinuadas en Tokio– no es en vano, porque a lo largo de toda la novela flota una pregunta similar a la primera frase de Rayuela: ¿encontraría a María?

Enrique Decarli durante la presentación en Buenos Aires de su novela "Tokio", en diciembre de 2023
Enrique Decarli durante la presentación en Buenos Aires de su novela "Tokio", en diciembre de 2023

La novela de Decarli es brillante no por las referencias que cualquier conocedor de la literatura rioplatense puede trazar, sino, sobre todo, por el enorme y notorio trabajo que el autor se tomó para velar esas referencias, logrando así una novela accesible para todo tipo de lector.

Con una escritura contenida, pero que genera mucha tensión, la historia no crece hacia el desenlace lógico y esperable, sino que se mueve hacia el núcleo mismo del problema, que solo resulta tolerable cuando el protagonista decide escapar de su órbita.

[Fotos: gentileza prensa Dualidad-Big Sur]

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