El muñeco de tu vida: las historias detrás de los juguetes personalizados más sorprendentes

Artistas argentinos hacen realidad sus sueños de infancia, entre lo mágico y lo bizarro. Infobae Cultura ingresa a los talleres en los que Kosmo Toys, Milonga Customs, Camote Toys y Mediodescocido-Art Dolls realizan sus originales creaciones, que van desde He Man a Ricardo Fort

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La adultez es una revancha para tener esas cosas que no pudimos tener de niños. Y si no existen, hay que inventarlas. De soñar con la ñata contra el vidrio de la juguetería con poseer todas esas figuras de acción a ensuciarse las manos con resina y pintura de colores para crear ese muñeco especial que no responde a ninguna franquicia multinacional, sino a la fantasía de un autor. Fusionando fantasías infantiles y pasiones artísticas con nuevas formas de emprender proyectos laborales, la pequeña industria de los juguetes custom (personalizados) y las figuras de acción de edición limitada y artesanal crece. Y ocupa cada vez más espacio en los estantes de los coleccionistas, así como en las listas de regalos.

Una figura de acción de diseño precolombino, un muñeco de tela que representa al padre del psicoanálisis, cosmonautas que brillan en la oscuridad y hasta el meme de moda hecho objeto pueblan los mundos y las tiendas virtuales de estos artesanos jugueteros del siglo XXI. Una figura de acción de Alberto Samid. Un tanque de guerra con forma de gorila. Una muñeca con el rostro de Robert Smith. Un Mario Bros azteca. Juguetes impensados hasta que llegaron ellos. Con perfiles muy distintos, pero compartiendo la misma obsesión, Infobae Cultura dialogó con Jeremías Janikow (Kosmo Toys), Denis Paradis (Camote Toys), Ieie (Milonga Customs) y Uriel Valentín (Mediodescocido-Art Dolls), quienes revelan su amor por un oficio que se volvió no solo una forma de expresión sino también un medio de vida.

Robots fluorescentes y cartas de amor a la infancia

Jeremías Janikow tiene 39 años. Es diseñador gráfico con formación en Bellas Artes y trabajó mucho tiempo como ilustrador de libros infantiles, hasta que un día se le ocurrió crear un singular Art Toy: un gemelo trucho de Robocop (conocido como bootleg en el lenguaje de los juguetes) con una gráfica muy chistosa. “Una robocopia”, me explica Jeremías, quien recuerda a ese primer juguete con mucho cariño. No lo hizo con fines comerciales; sin embargo, ese puñado de muñecos que homenajeaban al policía de metal ochentoso se vendió en menos de lo que dura un suspiro. Fue entonces cuando Jeremías pensó en dedicarse a lo que más le gusta: los juguetes. Lo que comenzó en una pequeña mesa que tenía en el balcón de su anterior departamento se transformó en un taller laboratorio en Villa Crespo. Con una impresora 3D, máquinas, resinas y un sinfín de muñecos a medio desarmar. El deseo frustrado de las personas que no pudieron tener la “robocopia”, por agotarse enseguida, impulsó a Jeremías a fundar hace unos años su propia marca: Kosmo Toys. “Esta aventura me dio muchas alegrías. Conocer gente, viajar a convenciones internacionales y enviar mis creaciones a Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón, y muchos lugares más alrededor del mundo”, cuenta.

Jeremias Janikow, creador de Kosmo Toys
Jeremias Janikow, creador de Kosmo Toys

En el presente, Jeremías tiene estantes repletos de figuras de acción. Sin embargo, de niño tuvo muy pocos juguetes y esa falta hizo que pusiera en juego su creatividad desde sus primeros años de vida. Armando juguetes con lo que tenía a mano en la casa familiar. “Recuerdo haber hecho vehículos con bandejas de margarina vacías para las muñecas de mi hermana, monstruos de alambre y cientos de robots con cajas de remedios o el cartón que encontrara. Creo que nunca dejé de hacerlo, customizando figuras ya de más grande, armando maquetas y modificándolas a mi gusto. Hasta se me dio, en un momento, por restaurar juguetes antiguos”.

Aquellos robots que de niño construyó con cajas de remedios hoy se convirtieron en monstruos fosforescentes de resina que hacen felices a personas de Argentina y otros países. ¿Cuántos robots son suficientes para alguien que creció deslumbrado por los autómatas japoneses de lata? “Las figuras suelen ser ediciones limitadas de 20 unidades, lo que les da un valor especial, pero también disfruto mucho mezclar de las artes y hacer cartones ilustrados, o cajas en acuarela para otras figuras que son únicas y que podés quedarte con el original. El precio varía mucho y depende de la edición, si es nacional o internacional, por el envío. Pero se trata de precios accesibles, sobre todo para Argentina. Además siempre acompaño las cajas con regalos extra, pines, stickers y otras cosas para que la experiencia de abrir una caja Kosmo sea especial y lo más parecida posible a esas grandes alegrías que tenías en la niñez, reencontrarnos con eso”, expresa Jeremías. Quien, cuando tiene resuelto el molde, puede fabricar un muñeco cada 24 horas.

Kosmo Toys
Kosmo Toys

En el Instagram de Kosmo Toys desfilan un ejército de muñecos de todo tipo: desde una Frutillitas con destellos de glitter hasta seres de otro planeta con cuerpos que transparentan sus esqueletos. “El diseño que sigue es siempre el que me mantiene soñando, el que quiero que sea ´el mejor´. Y, cuando sale, desplazo esa ansiedad al siguiente”. El hacer y/o comprar muñecos es también una manera de viajar en el tiempo, a perfumes familiares y lugares donde no solo nos sentimos seguros sino que fuimos felices.

El hacer y/o comprar muñecos es también una manera de viajar en el tiempo, a perfumes familiares y lugares donde no solo nos sentimos seguros sino que fuimos felices

Jeremías también crea objetos únicos para volver tridimensional un recuerdo. Así fue que hizo el muñeco del alfajor Capitán del espacio. “Lo hice por amor. Me crié en Quilmes, y mi escuela primaria estaba a unas cuadras de la fábrica. Esa es otra inspiración espacial, quizás tan fuerte como las otras, ya que el envoltorio del alfajor tenía astronautas, lunas, cohetes... y siempre me rompió la cabeza de chico”. Aquel juguete encontró al adoptante indicado: otro quilmeño que creció comiendo esos alfajores.

Jeremías Janikow, de Kosmo Toys
Jeremías Janikow, de Kosmo Toys

Juguetes para conocer otras culturas

¿Quién dice que los juguetes no educan? Denis Paradis, de 33 años, es un investigador en Ciencias Sociales que volcó su interés por la cultura latinoamericana y precolombina en juguetes moldeados con el objetivo de acercar la herencia y saberes de los pueblos originarios a través de un formato lúdico para revalorizar la identidad latinoamericana. Así nació, hace dos años, Camote Toys, su línea de muñecos que traspasó las fronteras, llegando a muchos países lejanos, entre compradores y diversas exposiciones.

Denis Paradis posando junto a sus creaciones de Camote Toys
Denis Paradis posando junto a sus creaciones de Camote Toys

En solo 24 meses, Denis ha construido muñecos originales e hipnóticos que jamás encontraríamos en una juguetería: desde una Kitty precolombina hasta un Pequeño Pony chamánico, pasando por un kaiju latino. Para Denis, una buena figura de acción no se relaciona con las articulaciones o la cantidad de accesorios, sino con que el objeto transmita aquello que nos representa. “La diferencia está en que la figura lleve una parte nuestra, que sea como una extensión. Si es el caso, tendrá el amor que pusimos en el proceso de creación y buscará transmitir algo desde nuestro interior, aún si no es necesariamente un mensaje específico y es por cuestiones estéticas. Hay aspectos técnicos que pueden mejorar el acabado de la figura, pero considero que transformar los materiales con nuestro ser le agrega el verdadero valor”, cuenta Denis, quien todavía guarda una buena cantidad de juguetes de cuando era niño, pero hoy disfruta más haciendo que coleccionando.

Sus juguetes preferidos de chico eran las Tortugas Ninja. “Crecí a finales de los 90s con influencia de los dibujos animados, cómics, skate, punk, y las Tortugas Ninja tenían un poco de todo eso. Ya como escultor supe quién había modelado varias de ellas, Scott Hensey, y descubrí que varios de mis juguetes de la infancia fueron hechos por él”. Sin embargo, hoy, a la hora de diseñar sus propios juguetes, se inspira en trabajos antropológicos y arqueológicos sobre las costumbres y cosmovisión de los pueblos originarios, incorporando la simbología, estética y técnicas a su proceso creativo.

Camote Toys
Camote Toys

“Recorrí bastante el continente, visitando museos, reservas naturales y sitios arqueológicos. Conversando con los locales para conocer su forma de ver el mundo. Encontré que varias fotos que hice en viajes, antes de saber que me dedicaría a hacer juguetes, me sirvieron para crear mis piezas”, dice Denis. El primer acercamiento que tuvo al mundo de los Art Toys fue por la escena del surrealismo pop, de la mano de Gary Baseman y Tim Biskup, a quienes conoció personalmente. En el presente, Denis vive de sus juguetes y trabajos de escultura a pedido. Tiene por delante el desafío constante de incorporar herramientas de comunicación y marketing para acercar sus obras a las personas que aman lo mismo que él. Sus juguetes cuestan entre $600 y $3000, dependiendo de la pieza.

El proceso artesanal de fabricación es extenso, cada objeto lleva un mes de trabajo. Denis lleva siempre consigo un anotador para plasmar las ideas que irrumpen en su cabeza. “No las materializo enseguida porque me gusta darles su espacio y tiempo para que vayan tomando forma. Cuando me parece que están listas, o exploto de ganas por hacerlas, realizo un boceto en lápiz para ayudarme en el diseño y tamaño. O paso directo a la masilla para modelar lo que tengo en mente”, relata entusiasmado. “Una vez terminado el modelado, paso a hacer el molde en caucho de silicona. Es una etapa fundamental y detallada para obtener un buen resultado. A partir del molde se puede reproducir la pieza original en resina. Luego es el momento de la pintura donde utilizo aerosoles, aerógrafo o pincel”. El último paso es diseñar el empaque para la figura, donde Denis combina dibujos a mano en tinta o acuarelas y retoques digitales. A través de los muñecos de Camote Toys uno puede conocer la historia y costumbres de otras culturas, sin necesidad de hacer valijas y tomarse un avión.

Denise Paradis y uno de sus muñecos
Denise Paradis y uno de sus muñecos

Figuras de acción de la televisión basura

Ieie Milonga (así lo conocen en el barrio de Florencio Varela), de 32 años, le da vida eterna a aquello que para mucha gente no tiene valor: la cultura trash de la TV argentina de los años 90-2000 y el feísmo pasajero de los memes que circulan en redes sociales. “Todo escultor que haga cosas copadas es referente, pero no significa que yo haga esa clase de figuras. Me gustaría, pero me lleva mucho tiempo hacerlo. En lo que más me destaco es en lo bizarro. Por eso mis referentes son Mauro Viale y Alberto Samid”, cuenta Ieie, quien convirtió a la pelea más icónica de la TV, ocurrida ya hace 18 años en los estudios de América TV, en figuras de acción que se venden como pan caliente. No son las únicas: entre los diversos hits, se destacan el muñeco de Ricardo Fort, personajes salidos de Policías en acción y Crónica TV, y homenajes en plástico a Flavio Pedemonti, Horacio Guarany y Antonio Ríos.

El equipo de Milonga Customs
El equipo de Milonga Customs

El último hit, subido hace unos pocos días, es el meme de los dos perritos convertido en juguete. La imagen tardó pocas horas en viralizarse. Milonga Customs nació hace cuatro años. Ieie empezó con este proyecto junto a su amigo Rocko. Al poco tiempo, se sumaron cuatro personas más a la banda, a quienes Ieie los presenta como “Juan Vique Milonga, Adriano Milonga, Franco Milonga y Tati Milonga”. Se conocieron exponiendo en la famosa Feria ciruja, y hoy cada uno trabaja multiplicando los muñecos de Milonga Customs desde sus casas. Ieie desde Florencio Varela, Rocko en Boulogne, Franco y Tati en Torcuato, Juan en Ezpeleta y Adriano desde Villa Crespo.

“Trabajamos personajes nacionales y memes porque es lo que nos gusta, pero también porque Milonga se trata de eso: de hacer bizarreadas argentinas. El primer juguete que hice de este estilo fue el Gauchito Gil Z (Goku con la ropita del Gauchito Gil). Hacemos también músicos, actores, pero lo que más me interesa son los personajes argentinos salidos de la televisión de los años 90-2000.”

Milonga Customs es una celebración de la nostalgia. Sin embargo, esa idolatría a un pasado reciente no los nubla de abrazar y aplaudir al consumo trash del momento: desde el video viral sobre la tradición de funeral en Ghana hasta el humor político en época de elecciones, pasando por los lingotes del juego del programa de Guido Kaszka. La esencia de Milonga Costumes es volver tesoro un chiste fugaz, demostrando que las modas no son pasajeras al transformarse en juguetes.

Gauchito Gil Z, Evita y el meme de los perros (arriba) y la dupla Viale-Samid (abajo)
Gauchito Gil Z, Evita y el meme de los perros (arriba) y la dupla Viale-Samid (abajo)

Ieie hoy tiene todas esas figuras de acción que no pudo tener en la infancia, y ni siquiera tiene que visitar una juguetería. Las hace con sus propias manos. “Re triste, pero no tuve muchos juguetes de chico. Los pocos juguetes que tenía fueron regalos que me hicieron en el trabajo de mi mamá. Los juguetes copados los tenía un amigo, así que yo iba a la casa para jugar con él, y sus juguetes de He-Man. El juguete que me rompió la cabeza fue un Spider-Man bootleg de Toys Biz. Ahora sé que eso se llama “bootleg”. Me acuerdo de haberle hecho ropita con medias y retazos de tela para convertirlo en Peter Parker”, me cuenta. Pero Ieie también piensa en que otros puedan tener sus juguetes, reflejar sus gustos populares en el precio de los muñecos de acción que construye. “Los muñecos de Milonga Costumes tienen precios accesibles. Entre 300 y 400 pesos. Hacer muñecos siempre lo vi como algo artístico con una buena capacidad de venta. Yo traté de que me de algo lucrativo, pero tampoco vender una figura de acción a un precio que unos pagarían, pero yo no”.

El proceso de realización de los muñecos de Milonga Customs es muy distinto al de otros artesanos porque esta marca creada entre amigos trabaja sobre ese consumo de urgencia. Personajes que explotan y pueden volverse cenizas en pocos días. Una carroza que no tarda en convertirse en calabaza. Los tiempos de armado deben ser tan fugaces e intensos como el estrellato de un blooper filmado que circula por Twitter. “Trato de que el proceso sea productivo y muy rápido porque muchas de las cosas que hago son algo del momento. Un meme que pasa de temporada. Por eso, siempre cuento con una base que ya hice de un muñeco, y tengo dos valijas de muñecos para modificar. Para arrancar desde ahí. Puedo hacerlo entre 40 minutos y 2 horas, y en ese tiempo hago todo: la burbuja, el cartón, el diseño, el dibujo”, explica Ieie. El portero que aquel mítico 10 de enero de 2002 pateó en el piso, frente a millones de televidentes, a Mauro Viale jamás se imaginó ser un juguete de colección. Milonga Customs lo hizo.

Los muñecos de Milonga Costums y sus hacedores
Los muñecos de Milonga Costums y sus hacedores

Coser amores pop

¿Qué tienen en común David Bowie, Lucrecia Martel y Marty McFly? Que los tres se han convertido en muñecas de tela y guata que forman parte de la colección de Mediodescocido-Art Dolls. Creada por Uriel Valentín, de 38 años, el proyecto busca acercar a los adultos a sus gustos pop o figuras que, por distintos motivos, le regalan un poco de felicidad. Músicos, escritores, pintores, personajes de películas o series animadas, y hasta el mismísimo Sigmund Freud.

Uriel Valentín , de Mediodescocido Art Dolls
Uriel Valentín , de Mediodescocido Art Dolls

Uriel aprendió a coser solo, en su infancia, por necesidad. “Me quedé sin mamá de chico, y la verdad que si no me arreglaba las cosas, no me duraban nada”, cuenta. A mediados de los años 90 cursó el Magisterio en Bellas Artes, donde se recibió de Maestro Nacional de Dibujo. Pasó por el IUNA y también por el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, aprendiendo a usar las herramientas de la caracterización teatral. Hoy todas esas enseñanzas las vuelca en la confección de muñecos que tienen rostros famosos.

“El oficio lo aprendí con prueba y error, todo de forma autodidacta. Con el tiempo las figuras y formas fueron “evolucionando” conmigo, voy conociendo los límites de los materiales y los acomodo a mis gustos. Demoro en realizarlos un día, si es algún personaje conocido quizá es más fácil hacerlo porque tengo esa imágen asociada en mi cabeza”.

Jareth (Bowie),  Cerati, los protagonistas de la película "Call me by your name" y Francis Bacon
Jareth (Bowie), Cerati, los protagonistas de la película "Call me by your name" y Francis Bacon

La primera figura que hizo Uriel fue hace 19 años, en plena crisis del 2001. “Era un personaje inventado punk (muy alejado a la evolución que tuvieron los muñecos con el tiempo). Recuerdo la época del corralito y las complicaciones económicas. El arte siempre es un empujón para la creatividad en las épocas difíciles”, reflexiona. Las Art Dolls de Uriel se volvieron tan conocidas con el boca en boca que hoy es muy común encontrar una figura confeccionada por Uriel en la casa de un amigo o en el consultorio de una psicoanalista.

Por encargo o salidas de su propia imaginación, las figuras de Mediodescocido-Art Dolls se convirtieron con el paso del tiempo en su trabajo principal. “Hace varios años, cuando empecé, no lo veía como una actividad comercial 100%. Pero con las devoluciones de los compradores de ese momento fui comprometiéndome con esta actividad y dándome cuenta de que las cosas no pasan porque sí. Tenía una oportunidad y no quería perderla. Siempre apuntando a generar un trabajo digno y de calidad. Tenía en claro que el arte es para todos y de esta forma les acercaba un poquito de mi arte. Las figuras rondan un costo de 1000 pesos, dependiendo detalles. “Cada día intento dar lo mejor de mí y a través de mi trabajo dar felicidad y arte”.

Esto confirma, una vez más, que nunca se es demasiado grande como para necesitar apretujar una muñeca de tela si tenemos miedo o estamos tristes.

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