El inicio de un nuevo año suele estar marcado por intenciones, rituales y el deseo de transformaciones personales.
Para muchas personas, uno de los principales objetivos de 2026 será la llegada de un hijo.
Por esto, la transición de calendario establece el momento perfecto para enfocar la energía en ese propósito.
En ese contexto, el ritual de fin de año orientado a quedar embarazada consolida la práctica de alinear deseos personales con el conocimiento sobre los ciclos de fertilidad, permitiendo conectar de manera deliberada con el cuerpo, el tiempo y los objetivos familiares.
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Comprender el ciclo fértil se volvió un eje central para quienes buscan aumentar las probabilidades de embarazo en 2026.
La ovulación constituye el momento clave del ciclo, ya que se trata del instante en que el ovario libera un óvulo, el cual podrá ser fecundado.
Si se es regular, esto ocurre en la mitad del ciclo, es decir, que en un periodo de 28 días, la ovulación sucede alrededor del día 14.
La ventana fértil, abarca cinco días previos a la ovulación y el mismo día. Este rango está determinado por la supervivencia de los espermatozoides, que pueden permanecer viables dentro del cuerpo femenino hasta por cinco días, a diferencia del óvulo, que solo vive entre 12 y 24 horas tras su liberación.
Por lo que los mejores días para quedar en embarazo son cinco días antes de la ovulación y el mismo día.
El cálculo de los días fértiles implica, además, conocer la propia regularidad. Hay qur tener en cuenta que si los ciclos son más cortos o largos, la fertilidad cambia. Una forma sencilla de calcularlo en cualquier mes de 2026 es identificar cuándo se espera la siguiente regla y restarle 14 días. Dicha técnica se justifica porque la fase lútea, posterior a la ovulación, suele tener una duración de 14 días.
Asimismo, el cuerpo revela señales que pueden ayudar en la identificación. En los días fértiles se detectarán algunos cambios en el moco cervical, que se vuelve más líquido y elástico (similar a la clara de huevo), y sentir un ligero aumento en la libido o sensibilidad en el vientre.
Existen diferentes métodos para predecir la fertilidad. Entre los más usados se encuentran el cálculo del día de ovulación, la medición de la temperatura basal y el empleo de pruebas de ovulación. Estos métodos pueden ser utilizados de forma individual o combinados para obtener un mayor grado de precisión al identificar los días fértiles de la mujer.
La medición de la temperatura basal complementa este panorama. La temperatura basal es la temperatura corporal más baja que se registra al despertar por la mañana, antes de realizar cualquier actividad, explican expertos.
Durante la ovulación, el cuerpo eleva dicha temperatura debido al incremento de progesterona. Este método permite confirmar que la ovulación ya ocurrió, pero no anticiparla: Este método no es predictivo, es decir, no se puede anticipar con precisión cuándo ocurrirá la ovulación, ya que solo se puede saber después de que haya ocurrido, por eso hay que estar pendiente de los cambios mínimos.
El impacto del estado mental tampoco queda fuera de las recomendaciones. Es por eso que para manifestar o ritualizar el proceso, el enfoque positivo es clave.
Para esto se pueden hacer afirmaciones positivas empezando el año nuevo. Se puede repetir de manera constante: “Mi cuerpo es fuerte y sabe qué hacer” y combinar esto con el manejo del estrés a través de meditación, yoga o descanso, junto a metas concretas en alimentación y actividad física.
Se trata de enfocarse en lo que sí se puede controlar, cultivar la calma y confiar en el proceso, mientras se cuidas de la salud.