Una mañana de 2021, Gloria Mejía, oriunda del corregimiento El Concilio en Salgar (Antioquia), salió a caminar como parte del tratamiento médico que seguía tras una preeclampsia.
Sin embargo, lo que debía ser una rutina para su recuperación la llevó a enfrentar a uno de los hombres más buscados por feminicidios en el país en los últimos años, un caso que narró en entrevista con el pódcast Conducta Delictiva.
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Mejía contó que desde hacía meses la tranquilidad habitual de su pueblo cafetero se había visto amenazada por una serie de ataques y homicidios a mujeres en la zona rural.
“Salgar es un pueblo cafetero muy tranquilo, la gente de allá toda es formal”, relató Mejía, pero añadió que entre 2019 y 2024 ocurrieron hechos violentos contra mujeres, incluyendo asesinatos cuyas circunstancias permanecían impunes, lo que desató rumores y temor entre las habitantes locales.
Narró que la comunidad implementó medidas preventivas, como salir acompañadas y organizarse para protegerse, pero las labores agrícolas obligaban a muchas mujeres a exponerse diariamente.
La situación, según describió en el pódcast, se volvió insostenible tras el asesinato de al menos tres mujeres bajo circunstancias similares: “Las mujeres ya no podían salir a hacer ejercicio, los esposos no permiten; todas asustadas (sic)”.
Gloria Mejía estuvo a punto de convertirse en víctima
El día del ataque que sobrevivió, Mejía salió sola a cumplir con la rutina ordenada por su nefrólogo. Notó olores y presencias extrañas en el camino, pero continuó confiada en la cercanía de la comunidad y la luz del día.
De un momento a otro, fue sorprendida por un hombre encapuchado, de aproximadamente 42 años, armado con un garrote. “Cuando él llegó hacia donde yo estaba, él me mandó el garrotazo, pero yo de una reaccioné”, recordó.
Mejía se defendió, forcejeó y logró finalmente escapar tras tomarlo de la camisa, que llevaba como capucha para ocultar su rostro, y desorientarlo. Llegó hasta una vivienda cercana y, aun en shock, denunció lo sucedido.
“Empezamos a forcejear. Hubo un momento en el que yo me quedé a lo oscuro, como que el mundo se me fue. En ese momento no tengo una declaración exacta qué pasó. Yo lo tenía abrazado por detrás. Lo empuñaba con una fuerza que no era mía y trataba de levantarlo de para arriba. (...) Pero, no era posible porque él era mucho más alto que yo”, dijo la mujer.
Tras sobrevivir, Mejía emprendió una investigación personal, reconstruyendo información sobre su agresor a través de testimonios en el corregimiento y cotejando detalles de otros ataques en la zona.
Aportó datos y un retrato hablado a las autoridades, que posteriormente vincularon su relato con el que sería conocido como el “Monstruo de Tabio”, capturado en mayo de 2024 y señalado por la Fiscalía de la muerte de al menos ocho mujeres en diferentes municipios del país.
La identificación de su atacante se confirmó cuando lo vio posteriormente en una noticia por Facebook: “Vi que lo habían atrapado en Tabio, Cundinamarca, que había asesinado a una señora. Cuando vi la foto, supe que era él”, afirmó Mejía. Las autoridades le notificaron poco después que era una de las pocas sobrevivientes y la llamaron a declarar.
Sin embargo, la resolución judicial de su caso y otras agresiones quedó inconclusa. “Él está pagando solamente una condena por una sola persona; por las otras no está pagando”, relató Mejía a Conducta Delictiva, agregando que denuncias y pruebas aportadas por otras víctimas habrían sido archivadas.
La mujer aprovechó el espacio para cuestionar el proceder de la Fiscalía y reclamó la falta de justicia para ella y las familias afectadas: “Con 11 casos, él solo está pagando por uno… ¿En dónde está la justicia?”, dijo puntualmente.