Frente a la fachada original del restaurante Pozzeto, en el barrio Chapinero de Bogotá, un pino de grueso tronco permanece en pie desde antes de la tragedia ocurrida el 4 de diciembre de 1986.
Este árbol, que hoy alcanza casi tres pisos de altura, según Red+Noticias, ha sobrevivido a la masacre perpetrada por Campo Elías Delgado, al paso del tiempo y a los cambios urbanos, convirtiéndose en un testigo silencioso de uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de la ciudad,
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El árbol se encuentra justo frente a la entrada que durante años fue el acceso principal al Pozzeto, un restaurante emblemático de Chapinero. Desde antes de la tragedia, el pino formaba parte del paisaje urbano, acompañado de las tradicionales tabletas cafés que caracterizan la geografía del sector.
A lo largo de los años, ha presenciado el ir y venir de los habitantes del barrio, la actividad cotidiana del restaurante y, sobre todo, la noche que marcó un antes y un después en la memoria colectiva de Bogotá.
La noche de la masacre, Campo Elías Delgado, veterano de la guerra de Vietnam, ingresó al restaurante como un cliente más.
Tras pedir pasta y una botella de vino, se dirigió al baño y, al regresar, desenfundó un revólver con el que asesinó a 21 personas a quemarropa.
Entre las víctimas se encontraban figuras reconocidas como Jairo Enrique Gómez Remolina, periodista y director de la Revista Vea; Diana Cuevas, ejecutiva de la revista Cromos; Carlos Alfredo Cabal Cabal, líder del Nuevo Liberalismo en el Valle; y Álvaro Pérez Buitrago, mayor del ejército.
La tragedia no solo enlutó a los comensales de esa noche, sino también a las familias de otras víctimas que Delgado había atacado previamente en diferentes puntos de la ciudad.
Actualmente, dicho árbol es testigo de como hay personas que han entrado por curiosidad a las instalaciones de aquel restaurante, como jóvenes de las universidades cercanas o como habitantes de calle han encontrado refugio para pasar las noches frías o un espacio para consumir sustancias.
El entorno del árbol también ha sido testigo de los cambios urbanísticos y del abandono progresivo del lugar. Tras la masacre, el restaurante Pozzeto continuó funcionando en la misma sede hasta el fin de semana del 5 al 7 de julio de 2019, cuando se anunció su traslado a la Calle 69a # 6-19.
Sin embargo, el 2 de febrero de 2020, la familia fundadora comunicó el cierre definitivo del local, motivado por el fallecimiento del fundador, la muerte de uno de sus hijos y las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia de covid-19.
Desde entonces, el edificio original permanece vacío, cubierto de grafitis y publicidad ilegal, sin que se haya materializado el proyecto de apartamentos que se había anunciado. El árbol, en contraste, sigue en pie, ajeno al deterioro y a la incertidumbre que rodea al predio.
Youtuber explora el antiguo restaurante Pozzeto en Bogotá
En 2024, el youtuber Diego Andariego realizó una exploración del antiguo restaurante Pozzeto en Bogotá, escenario de una de las masacres más recordadas de la historia reciente de Colombia.
Durante el recorrido, el equipo accedió al salón principal, el espacio donde ocurrió la tragedia. “Este es el salón principal. Aquí es donde ocurrió todo”, relató el youtuber mientras mostraba el lugar vacío, señalando las áreas donde antes se ubicaban las mesas.
En la visita, también encontraron documentos y recibos que datan de la época en que el restaurante aún funcionaba, como una mora de $416.000 pesos registrada el 1 de noviembre de 2019.
El grupo, compuesto por Andariego, su amigo Óscar y su primo Luigi, ingresó por una ventana del segundo piso, llegando a una tarima donde, según relataron, solía haber un piano de cola. En el interior, observaron baldosas clásicas, alfombras y estanterías originales, aunque el deterioro y la presencia de grafitis y botellas vacías evidencian el abandono y la ocupación ocasional por habitantes de calle.
“La cocina es grandísima”, comentó Andariego al recorrer una de las áreas principales, mientras que en el segundo piso destacó que “el baño está completo”, pese a los daños por humedad.
El restaurante, ubicado en la carrera Séptima, intentó reabrir tras la masacre, pero finalmente cerró sus puertas y se consideró vender el predio a una constructora. En la zona del parqueadero y otras áreas, el equipo identificó espacios que parecían residenciales, con habitaciones y cortinas desgastadas, lo que sugiere usos posteriores a la clausura del local.
El Pozzeto permanece como un testimonio de la violencia que marcó a Bogotá en los años 80, conservando vestigios de su pasado y recordando el impacto de la masacre perpetrada por Campo Elías Delgado.