El euro sigue cayendo en Colombia: así cerró la divisa europea este 8 de octubre

La tendencia bajista refleja la incertidumbre económica en Europa, la fortaleza del dólar y la estabilidad relativa del peso colombiano en medio de la volatilidad global

El euro cerró en Colombia a $4.508,72 el 8 de octubre de 2025, con una caída diaria de $2,38 - crédito Antonio Bronic/REUTERS

El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 8 de octubre de 2025 en un promedio de $4.508,72, lo que representó una caída de $2,38 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de -0,05%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.529,16 y un mínimo de $4.489,28, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.

Si bien no se registraron máximos históricos, la caída en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.

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La divisa europea mostró volatilidad moderada, con máximos de $4.529,16 y mínimos de $4.489,28 en la jornada - crédito Freepik

Con relación a los últimos siete días, el euro marca una bajada 0,45%, por lo que desde hace un año todavía mantiene una bajada del 3,57%.

Respecto a días pasados, con este valor interrumpió la racha negativa que marcaba en las dos jornadas anteriores. En cuanto a la volatilidad de estos siete días, se aprecia que es sutilmente inferior a los números conseguidos para el último año (14,9%), de modo que está teniendo un comportamiento más estable de lo previsible en este momento.

Narrativa del mercado

El euro continúa atrapado en un escenario de vulnerabilidad frente a un entorno global que combina tensiones fiscales, desaceleración económica y divergencias políticas dentro de la Unión Europea. Francia, epicentro de la incertidumbre, no logra consolidar un gobierno estable, lo que retrasa decisiones sobre el ajuste presupuestal en un país que enfrenta desequilibrios fiscales crecientes. Alemania, por su parte, sigue mostrando una actividad industrial debilitada y un consumo interno que no repunta, afectado por la pérdida de competitividad y el menor dinamismo del comercio global.

Aunque los diferenciales soberanos se estabilizaron, el clima financiero europeo sigue siendo frágil, y el euro refleja esa inquietud con una tendencia a la depreciación frente a las principales divisas, presionado por la falta de cohesión política y la limitada capacidad de reacción del Banco Central Europeo ante la desaceleración.

El debilitamiento del euro se produce en un contexto internacional donde el dólar estadounidense conserva su papel de refugio. La prolongada parálisis del Gobierno en Washington ha provocado un “apagón de datos” que deja a los analistas sin referencias clave para anticipar los próximos pasos de la Reserva Federal. Aun así, la fortaleza del dólar persiste gracias a la percepción de estabilidad institucional y a la búsqueda global de activos seguros. Mientras tanto, los indicadores de manufactura y consumo en Estados Unidos confirman un ritmo económico más lento, lo que plantea dudas sobre la duración del actual ciclo restrictivo de la Fed y su posible impacto en los mercados emergentes.

Factores internacionales y locales influyeron en la baja del euro, incluyendo expectativas sobre la política monetaria de EE.UU. y la inestabilidad global - crédito Europa Press

En ese panorama, el peso colombiano se mueve con una mezcla de cautela y resistencia. La inflación volvió a tomar fuerza en septiembre, con una variación anual de 5,18% y mensual de 0,32%, superando con holgura el rango meta del Banco de la República. Esta tendencia obliga a mantener una política monetaria prudente y limita la posibilidad de recortes en las tasas de interés, lo que, paradójicamente, contribuye a sostener al peso frente al dólar.

Los flujos de inversión extranjera, atraídos por rendimientos relativamente altos, y una moderada estabilidad fiscal sirvieron de ancla temporal para la moneda, aunque la volatilidad global continúa siendo un factor de riesgo. En paralelo, el nuevo sistema de pagos inmediato del Banco de la República, conocido como Bre-B, inició operaciones con más de 84 millones de llaves registradas, marcando un avance relevante en la modernización financiera del país y en la digitalización de las transacciones nacionales.

En Asia, el contraste entre Japón y China añade complejidad al tablero global. El Banco de Japón mantiene su política monetaria expansiva a pesar de la depreciación del yen y las presiones sobre la balanza comercial, mientras que el gigante chino apuesta por estímulos selectivos para reactivar el crédito y sostener la inversión ante la debilidad del sector exportador.

En la última semana, el euro cayó 0,45% y acumula una baja anual del 3,57% frente al peso colombiano - crédito Antonio Bronic/REUTERS

América Latina, en general, enfrenta presiones similares, inflación persistente, volatilidad cambiaria y fragilidad fiscal. En Brasil, la discusión sobre el gasto público domina la agenda y frena una mayor relajación monetaria. En este entramado de tensiones globales, el euro sigue cediendo terreno y el peso colombiano busca equilibrio entre la disciplina monetaria interna y la turbulencia financiera internacional.

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