El 4×1000 es un viejo conocido de los colombianos. Aunque nació como una medida transitoria en plena crisis financiera de finales de los noventa, el Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF) se quedó para siempre y hoy representa una fuente de ingresos estable para el Estado. Sus recursos, según lo establecido, se destinan a financiar sectores clave como la salud, la seguridad y varios programas sociales.
Sin embargo, no todo el mundo paga este impuesto de la misma forma. Desde 2025 entró en vigor una nueva reglamentación que fija un límite mensual de operaciones exentas, calculado en función de la Unidad de Valor Tributario (UVT), un indicador que se actualiza anualmente. Para 2025, la Dian estableció la UVT en $49.799, lo que significa que el tope libre de cobro quedó en 350 UVT, es decir, $17.429.650 al mes.
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En términos sencillos, mientras una persona no supere esa cifra con la suma de sus retiros, transferencias, pagos y demás débitos, no verá descontados los $4 por cada $1.000 que caracteriza al 4×1000. La clave está en entender que el beneficio actúa como un umbral protector, hasta ese punto, todo movimiento bancario queda libre de la tarifa. Sin embargo, en cuanto el monto mensual exceda los $17,4 millones, el impuesto empieza a operar únicamente sobre el valor que sobrepasa ese límite, sin afectar lo que ya estaba cobijado por la exención.
El ejemplo más claro es el de quienes manejan varias cuentas. Si alguien divide sus movimientos entre Bancolombia y Davivienda, y en total gasta $12 millones en un mes, no paga el gravamen. Pero si en ese mismo periodo alcanza los $20 millones, los primeros $17,4 millones estarán exentos y solo sobre los $2,6 millones adicionales se aplicará el descuento.
El caso de las billeteras digitales
El auge de plataformas como Nequi, Daviplata, Powwi o Lulo abrió un nuevo capítulo en la aplicación del impuesto. Estas billeteras funcionan como cuentas de depósito de bajo monto, lo que implica que en muchos casos tienen reglas más estrictas y topes distintos a los tradicionales.
En Nequi, por ejemplo, el cobro del 4×1000 puede comenzar a aplicarse desde los $3,2 millones mensuales si la cuenta está registrada como de bajo monto, una condición que muchos usuarios desconocen inicialmente. Para quienes actualicen su perfil y la conviertan en una cuenta estándar, el beneficio se ajusta al límite general de 350 UVT establecido actualmente en Colombia.
Ese detalle, aunque parezca menor, puede marcar una gran diferencia en los bolsillos de los usuarios. Por eso, expertos recomiendan revisar periódicamente la categoría de las cuentas digitales y asegurarse de que la exención se aplique correctamente. De lo contrario, el cobro podría aparecer sin previo aviso.
Un impuesto polémico pero indispensable
A pesar de las críticas, por considerarse un tributo que castiga el uso del sistema financiero, el 4×1000 sigue siendo una pieza clave en las finanzas públicas de Colombia. Su permanencia refleja la dificultad de desmontar un impuesto que, aunque nació como temporal, terminó convertido en uno de los recaudos más seguros y constantes para el Gobierno, consolidándose como un mecanismo que aporta estabilidad fiscal en épocas de alta incertidumbre económica y política.
En la práctica, entender cómo funciona y hasta qué punto aplica la exención es hoy indispensable para quienes mueven dinero en bancos y billeteras digitales. Saber dónde está el límite puede ayudar a evitar cobros innecesarios y a planear mejor las finanzas personales en medio de un panorama económico cada vez más retador, marcado por reformas, nuevos tributos y cambios en los hábitos de consumo.