Desde la madrugada del domingo 7 de septiembre de 2025, la principal vía que conecta a Bogotá con el Llano afronta un cierre total, como consecuencia de un deslizamiento de material registrado entre los kilómetros 18+300 y 18+600, en jurisdicción de Chipaque, Cundinamarca.
El hecho fue confirmado oficialmente por Coviandina, concesionaria encargada del corredor vial, que junto con el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey Ángel, alertaron sobre la gravedad de la situación y advirtieron que el restablecimiento del paso solo será posible una vez concluidas las labores de remoción de escombros y limpieza.
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Frente a ello, en la tarde del domingo 7 de septiembre de 2025, desde Coviandina dieron a conocer medidas específicas para los usuarios.
La concesionaria encargada del corredor vial informó que se activó un cierre preventivo total en ambos sentidos y sin hora estimada de apertura, en el trayecto afectado entre los kilómetros señalados.
Además, la crisis se agravó por el persistente mal clima que dificulta el avance de las cuadrillas técnicas, obligadas a esperar condiciones más estables para actuar con seguridad.
Ante esta situación, se solicitó a los viajeros abstenerse de intentar transitar por el corredor y mantenerse atentos a los canales de comunicación oficiales, así como también a los ofrecimientos del gobierno departamental.
Solo se permite el paso a quienes vayan a estos municipios
Sumado a esto, el cierre del peaje de Pipiral se hizo efectivo como parte de las restricciones vigentes. La medida permite el paso únicamente a quienes se movilicen desde Villavicencio con destino a los municipios de Guayabetal, Quetame y Cáqueza.
Tal verificación se lleva a cabo directamente en el peaje, donde las autoridades revisan la información suministrada por cada viajero y determinan si su desplazamiento cumple los criterios permitidos.
Además, Coviandina recordó que, si el destino es Bogotá o Chipaque, no está garantizada la transitabilidad por vías veredales, por lo que recomendó como alternativa la Transversal del Sisga, la cual puede ofrecer una ruta más segura y viable entre Villavicencio y la capital.
Y es que este nuevo derrumbe se registró dentro de una temporada donde el corredor Bogotá–Villavicencio ha sufrido varias interrupciones por causas climáticas y geológicas. Por ejemplo, a principios de julio de 2025, deslizamientos similares obligaron al cierre total del peaje Pipiral y otros tramos clave de la vía, evidenciando la vulnerabilidad de la ruta ante lluvias intensas.
En esta ocasión, el punto crítico en Chipaque, conocido como “cuatro carriles”, representa un sector particularmente inestable, por lo que Coviandina enfatizó en su comunicado que la remoción de material solo se lleva a cabo cuando las condiciones lo permiten y siempre con prioridad en la seguridad del personal y los usuarios.
Aunque no se reportan accidentes personales como consecuencia directa del deslizamiento, el cierre ha generado un fuerte impacto en la movilidad y en la logística de transporte de bienes y personas entre Bogotá y el oriente del país.
Las autoridades reiteraron la importancia de consultar constantemente los canales oficiales —especialmente las redes sociales de Coviandina y las cuentas institucionales del gobierno departamental— para recibir alertas en tiempo real sobre la evolución de la emergencia y cualquier eventual reapertura parcial.
Frente a las dificultades que presenta el corredor principal, Coviandina enfatizó en la necesidad de evitar desplazamientos innecesarios y en la conveniencia de optar por rutas alternas solo si es absolutamente urgente.
Así las cosas, la oferta de la Transversal del Sisga se presenta como una opción viable, aunque no exenta de riesgos, puesto que la infraestructura secundaria también podría verse afectada por el contexto climático.
Por su parte, desde la Gobernación de Cundinamarca confirmaron que las labores de limpieza continuarán en el sector afectado, pero solo en condiciones climáticas y de seguridad adecuadas.