Salen a la luz pruebas de posible alianza entre militares y disidencias en Arauca: oficial habría “soplado” datos de desmovilizados

Chats interceptados por la Fiscalía General destaparon una presunta red en la que un oficial de inteligencia habría vendido armas e información confidencial a cabecillas de las disidencias de las Farc en Arauca

Un oficial de inteligencia del Ejército Nacional habría vendido armas e información secreta a cabecillas de las disidencias Farc en Arauca - crédito Ejército Nacional de Colombia / Facebook

Las evidencias recabadas por la Fiscalía General tras el procesamiento de chats y transferencias bancarias mostrarían un patrón prolongado de pagos dirigidos a la cuenta de Néstor Orlando Ricaurte, presunto testaferro y pieza clave financiera dentro del esquema de corrupción que vincula a miembros del Ejército Nacional con cabecillas de las disidencias Farc.

Según información conocida por Caracol Radio, esta relación habría permitido, a través de intermediarios como Ricaurte, el flujo encubierto de dinero desde las actividades criminales hasta el teniente Juan Sebastián Tangua, oficial de inteligencia asignado al departamento de Arauca.

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Las pesquisas surgieron tras la incautación de 15 celulares, cuatro USB y una tableta durante una operación militar realizada a finales de 2024 en zona rural de Tame, Arauca.

Dichos dispositivos pertenecían a altos mandos de la subestructura 28 de las disidencias Farc, liderada por alias Antonio Medina, y en su interior se encontraron múltiples conversaciones que comprometen al oficial de inteligencia del ejército, teniente Juan Sebastián Tangua.

Las investigaciones de las autoridades revelaron que el militar habría facilitado información confidencial, entre otros actos, para permitir a las disidencias de las Farc evadir las operaciones militares. Asimismo, se le atribuye el suministro de material de guerra a la estructura criminal, facilitando los ataques contra la fuerza pública en el oriente del país.

El contenido de los chats recuperado por las autoridades, y conocido por Caracol Radio, dejó en evidencia la comunicación directa y frecuente entre el oficial y Hernando Forero Mosquera, alias Ruso, segundo cabecilla de la subestructura 28.

La Fiscalía identificó que en uno de los teléfonos incautados, alias Ruso tenía guardado el contacto “Entelijensia”, nombre que sería una referencia codificada al teniente Tangua. En este intercambio, ambos utilizaban claves para referirse al material bélico, por ejemplo el término “empanadas” para denominar a las granadas.

Una de las conversaciones, fechada en noviembre de 2024, ejemplificaría la modalidad: alias Ruso pregunta cuándo se hará la entrega del armamento, a lo que el militar responde, refiriéndose al escondite de las armas, “yo las dejo en el árbol del camino por donde pasan las tropas”.

La Fiscalía verificó las coordenadas facilitadas por Tangua, quienes eran precisas para recoger las municiones en un punto a 2,4 kilómetros del Batallón de Ingenieros Rafael Navas Pardo.

Estos intercambios revelaron además la probable participación de oficiales con mayor rango. Según interpretaciones del chat, Tangua habría solicitado a alias Ruso contactarse con “el jefe” para levantar la orden de acuartelamiento estricto en el batallón, y así facilitar la extracción del armamento.

El cabecilla responde que el superior pide más dinero y que no puede cumplir la exigencia, ante lo que Tangua replica: “¿Le está pidiendo mucho? Si no, pues yo busco prestado y los envío para que yo pueda sacar eso”.

El caso se agrava ante la detección de que el teniente informaba no solo sobre movimientos, sino también sobre identidades y presencia de desmovilizados en instalaciones militares.

Un intercambio en diciembre de 2024 muestra que Tangua compartió información y fotografías de dos excombatientes, identificados como ‘Billy’ y ‘Julián’. Incluso, habría informado en el momento que Carlos Andrés Preciado (‘Julián’) llegó a declarar, incluyendo una fotografía que fue tomada mientras estaba desprevenido en una de las oficinas del Batallón de Ingenieros, corroborando la implicación del teniente durante su proceso de sometimiento a la justicia.

Las rutas financieras de los pagos detectados por la Fiscalía también apuntan a la utilización de cuentas a nombre de terceros para eludir pesquisas. Néstor Orlando Ricaurte, originario de Sogamoso, Boyacá, figura como receptor de depósitos destinados a Tangua.

Ricaurte, exempleado en un casino que no paga impuestos, habría recibido 14 millones de pesos en transferencias derivadas de esta alianza y otros ocho millones por parte de alias Antonio Medina, dinero que provenía de extorsiones.

El análisis de las transacciones llevó a la conclusión de que “existen situaciones sistemáticas en el tiempo de giros y pagos a la cuenta de Néstor Ricaurte que no son coincidencia y hacen que él se adhiera a la organización criminal como un conducto para generar pagos a terceras personas”, según el informe de la Fiscalía conocido por el medio radial.

La operación resultó en la captura, en julio de 2025, del teniente Tangua y Ricaurte, junto a Otoniel Forero Mosquera (‘el gallero’), hermano de alias ‘Ruso’, y John Alexander Ortiz (‘el ingeniero’), señalado proveedor de armamento para la estructura ilegal. Todos enfrentan medidas de aseguramiento en centro carcelario.

Las autoridades investigan si hay más uniformados implicados y la posible existencia de una red interna dentro del Ejército que facilitaba el traslado de disidentes Farc desde el Cauca hasta Arauca, en connivencia con miembros de la fuerza pública.

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