Durante el desarrollo de la Operación Perseo II, desplegada por las Fuerzas Militares en el Cañón del Micay, departamento del Cauca, se registró una asonada que terminó con el secuestro de 12 uniformados del Ejército Nacional: diez soldados y dos suboficiales. Así lo confirmó el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, que calificó el hecho como un ataque directo contra el Estado colombiano.
El operativo militar, que inició en horas de la madrugada del martes 19 de agosto, tenía como objetivo consolidar la recuperación del control territorial del Cañón del Micay, una zona estratégica del suroccidente colombiano que, durante más de una década, estuvo bajo el dominio de grupos armados ilegales, especialmente dedicados al narcotráfico.
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“Perseo representa la recuperación del Cañón del Micay. Es un cañón que llevaba más de diez años sin presencia estatal constante. Esta es una operación supremamente importante que lidera el general Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército”, aseguró Sánchez desde Bogotá.
Con una extensión superior a los 100 kilómetros, el Cañón del Micay ha sido un corredor estratégico para el cultivo, procesamiento y tránsito de cocaína. Su compleja geografía, marcada por montañas abruptas y estrechos pasos, ha facilitado durante años el accionar de grupos armados ilegales, entre ellos disidencias de las Farc y estructuras de crimen organizado.
El ministro explicó que, aunque en 2024 se habían logrado acciones militares en sectores como Honduras y El Plateado, solo hasta ahora las tropas pudieron ingresar y mantener control en puntos críticos del cañón, especialmente en la ruta hacia López de Micay, un paso clave para la movilidad de estructuras ilegales.
“Este año logramos consolidar el ingreso del Ejército a zonas donde antes solo operaban los ilegales. Yo mismo estuve allá, como comandante de operaciones especiales, liderando acciones con apoyo aéreo. Hoy, gracias a Perseo II, el Ejército Nacional está presente en sitios donde nunca antes había podido establecerse de manera permanente”, afirmó el ministro.
Los militares secuestrados
Sin embargo, el avance de la operación fue interrumpido por una asonada perpetrada por miembros de la comunidad, presuntamente presionados o manipulados por estructuras armadas ilegales, lo que derivó en el secuestro de los 12 militares. De acuerdo con Sánchez, los uniformados ya están siendo evacuados del área tras gestiones de diálogo.
“Esto no es una retención. Nadie puede atacar a un miembro de la fuerza pública. Quien lo hace, está atacando a Colombia. Y eso no lo vamos a tolerar”, subrayó el jefe de la cartera de Defensa, haciendo un llamado enérgico a la legalidad y a rechazar cualquier forma de violencia contra la institucionalidad.
El ministro también envió un mensaje directo a la población campesina del sector, instándola a romper vínculos con la economía ilegal del narcotráfico y apostar por la legalidad como camino para la paz y el desarrollo.
“Sembrar coca no trae prosperidad. No trae educación, ni bienestar. La cocaína trae muerte, dolor, violencia. Invitamos a los ciudadanos del Cañón del Micay a que se unan al lado de la legalidad. Estamos aquí para apoyarlos y recuperar juntos este territorio”, agregó.
Perseo II: una ofensiva con más de 300 soldados
La operación Perseo II hace parte de una estrategia del Gobierno nacional para recuperar territorios afectados por el narcotráfico y la violencia armada. En esta fase, más de 300 soldados, con apoyo de unidades de la Policía Nacional, fueron desplegados en los corregimientos de Huisitó y San Juan de Micay, en el municipio de El Tambo (Cauca).
Además de fortalecer la presencia militar, el plan incluye acciones integrales de recuperación social, inversión en infraestructura y programas de sustitución de cultivos ilícitos, en articulación con entidades como la Agencia Nacional de Tierras y el Ministerio de Agricultura.