En Bogotá, la idea de vivir solo puede sonar emocionante, pero cuando se revisan los números, el panorama cambia. Entre arriendo, servicios y amueblar el espacio, el costo inicial para independizarse en zonas centrales o del norte de la ciudad puede superar los $5 millones, según un estudio de la Universidad Manuela Beltrán.
La investigación se centró en barrios como Chapinero, Teusaquillo y Cedritos, reconocidos por su ubicación estratégica, oferta cultural y relativa seguridad. Allí, los arriendos rondan entre $1,5 y $2 millones al mes, aunque hay casos que superan ampliamente esas cifras.
En Chapinero, por ejemplo, el promedio está en $1.750.000, mientras que en Teusaquillo se ubica en $1.700.000, con inmuebles que pueden alcanzar hasta $3,5 millones. En Cedritos, el metro cuadrado se cotiza alrededor de $55.700.
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Pero el arriendo es apenas una parte de la ecuación. Independizarse significa asumir pagos que en casa de los padres suelen pasar inadvertidos. En estratos 3 y 4, los servicios públicos —agua, luz, gas, internet y aseo— oscilan entre $280.000 y $420.000 mensuales. Solo el internet de 200 megas cuesta cerca de $110.000. Y a esto se suma la compra de muebles y electrodomésticos. Un equipamiento básico puede costar desde $1.500.000, pero un mobiliario estándar puede superar los $3.000.000.
La economista Maricela Botero, de la Universidad Manuela Beltrán, advirtió que “los jóvenes deben entender que, más allá del arriendo, existen gastos recurrentes —como servicios públicos o alimentación— y otros que se presentan una sola vez, pero son elevados, como amueblar un apartamento. Lo ideal es contar con al menos el equivalente a tres meses de arriendo ahorrados antes de dar el paso”.
En Colombia, la edad promedio para dejar la casa de los padres es de 28 años. Sin embargo, el estudio sugiere que el momento adecuado no depende solo de la edad, sino de la estabilidad financiera y la capacidad de proyectar gastos a mediano plazo. Sin un plan claro, el sueño de la independencia puede terminar en endeudamiento o frustración.
Planificar con detalle, ajustar expectativas y priorizar necesidades son claves para que mudarse no se convierta en un salto al vacío, sino en el inicio de una nueva etapa con bases sólidas.
Tenga en cuenta las recomendaciones
Dar el paso hacia la independencia no es solo mudarse a un nuevo espacio; es asumir una serie de responsabilidades financieras, logísticas y emocionales que requieren preparación. Antes de tomar la decisión, es clave que usted evalúe de forma realista su capacidad económica y su estabilidad laboral. Un contrato indefinido o ingresos constantes le darán mayor seguridad para cubrir gastos fijos sin poner en riesgo su calidad de vida.
El primer consejo es elaborar un presupuesto detallado que incluya no solo el arriendo, también servicios públicos, alimentación, transporte, imprevistos y ahorro. Recuerde que el costo inicial suele ser más alto por gastos únicos como muebles, electrodomésticos o adecuaciones. Tener un fondo de emergencia equivalente a tres meses de arriendo y servicios puede ser la diferencia entre resolver un contratiempo o caer en deudas.
Analice la ubicación del inmueble que le interesa. Un barrio con buena oferta de transporte, seguridad y comercios cercanos puede ahorrarle tiempo y dinero a largo plazo. No se deje llevar únicamente por la apariencia del lugar; revise el contrato de arrendamiento con atención y, si es posible, solicite asesoría para evitar cláusulas desfavorables.
En cuanto al equipamiento, empiece por lo esencial: cama, nevera, cocina y algunos utensilios básicos. Con el tiempo podrá ir incorporando otros elementos sin presionar su presupuesto. Evite compras impulsivas y compare precios en distintas plataformas.
Finalmente, asuma que vivir solo implica disciplina. Usted será responsable de pagar puntualmente sus cuentas, administrar sus recursos y mantener el orden en su hogar. La independencia es una oportunidad para crecer, pero también una prueba de organización y compromiso.
Si planifica con cuidado y se prepara financieramente, este cambio no solo será sostenible, sino que le permitirá disfrutar plenamente de la experiencia de tener un espacio propio.