En medio de una creciente espiral de violencia en el sur del país, la Compañía Urías Rondón del Bloque Magdalena Medio de las Farc-EP anunció oficialmente el inicio de una ofensiva militar contra la guerrilla del ELN.
La decisión marca un preocupante escalamiento en la guerra fratricida entre grupos insurgentes, una disputa que ya deja víctimas mortales, desplazamientos masivos y una población civil atrapada en medio del fuego cruzado.
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La declaración de las disidencias de las Farc-EP, conocida en las últimas horas, acusa al ELN de haber iniciado hostilidades desde enero de 2025, por órdenes de sus jefes conocidos con los alias de “Silvana Guerrero” y “Ricardo”.
Según el medio Punto Crítico, la ofensiva responde a una serie de ataques que incluyen asesinatos de civiles, emboscadas a milicianos, control armado sobre territorios estratégicos y el rechazo sistemático del ELN a cualquier intento de diálogo entre ambas facciones.
“Cuando la violencia se justifica como defensa, la paz se ahoga en trincheras de orgullo”, señaló un fragmento del mensaje difundido por las Farc-EP, de acuerdo con el medio citado..
Combates en Almaguer: dos muertos y tensión creciente
La ofensiva se materializó con especial crudeza en el municipio de Almaguer, al sur del departamento del Cauca, una zona afectada por la presencia de actores armados ilegales. Líderes campesinos confirmaron que en los últimos días se intensificaron los enfrentamientos armados entre las disidencias y el ELN en sectores como La Primavera y La Carbonera.
En medio de uno de estos choques, dos personas fallecieron. Según reportes preliminares de las autoridades, se trataría de combatientes de uno de los grupos armados, aunque aún no ha sido determinado a cuál pertenecían.
Las víctimas, ambas de género masculino, fueron evacuadas por los propios habitantes hacia la morgue de un hospital cercano, ante la ausencia de presencia institucional en la zona. Las características de sus prendas —pantalón negro y botas pantaneras— y sus heridas por arma de fuego evidencian el contexto en el que murieron: un combate directo entre facciones insurgentes.
Funcionarios judiciales que asumieron la investigación indicaron que están buscando a los familiares de los fallecidos para confirmar sus identidades y esclarecer su vinculación con las guerrillas.
Macizo Colombiano, en el centro del conflicto
El Macizo Colombiano, una región clave por su geografía montañosa, biodiversidad y abundancia de rutas estratégicas para el tráfico de armas, drogas y recursos, se convirtió en el epicentro de esta nueva guerra entre insurgentes. Municipios como Almaguer, La Vega y Bolívar son señalados como puntos críticos de confrontación tras el ingreso del frente disidente Andrés Patiño de las Farc-EP.
“Vivimos bajo una marcada expectativa porque son inminentes los combates. El miedo ha vuelto a las veredas y la gente se prepara para lo peor”, denunció un líder comunitario de la zona.
Desde el 1 de julio, cuando se reportaron los primeros enfrentamientos en La Carbonera, la situación ha ido escalando hasta convertirse en una amenaza real para la estabilidad de toda la región. Las comunidades denuncian restricciones de movilidad, amenazas, cortes en el abastecimiento de alimentos y un aumento en el reclutamiento forzado de jóvenes y menores.
La paz, más lejos que nunca
La escalada de hostilidades entre el ELN y las disidencias de las Farc ocurre en un momento crítico para el proceso de paz Impulsado por el Gobierno nacional. Mientras las mesas de negociación intentan avanzar con el ELN, los enfrentamientos en el Cauca y otras regiones del país evidencian la fragilidad del camino hacia la reconciliación.
El anuncio de esta ofensiva pone en jaque los esfuerzos de desescalamiento del conflicto armado y agrava aún más la situación humanitaria en zonas rurales donde el Estado aún no logra ejercer un control efectivo. Organizaciones sociales y de derechos humanos han hecho un llamado urgente al gobierno para que intervenga y evite un escenario de guerra prolongada entre guerrillas.