El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró en su cuenta en la red Truth Social que Coca-Cola comenzará a utilizar azúcar de caña en la fórmula de la bebida, reemplazando el jarabe de maíz de alta fructosa, que ha sido el endulzante principal en ese país durante décadas.
“Estuve hablando con Coca-Cola sobre el uso de AZÚCAR REAL de caña en los Estados Unidos, y han aceptado hacerlo. Agradezco a todos los responsables en Coca-Cola. Será un muy buen cambio -¡Ya verán! ¡Es simplemente mejor!”.
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La empresa, por su parte, respondió con cautela, evitando confirmar la afirmación de Trump. Un portavoz de Coca-Cola declaró a El Tiempo: “Agradecemos el entusiasmo del presidente Trump por nuestra icónica marca Coca-Cola. Pronto se compartirán más detalles sobre nuevas ofertas innovadoras dentro de nuestro portafolio de productos”.
La compañía reiteró en su cuenta oficial de X que el jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS) es “un endulzante hecho a base de maíz, seguro para el consumo, con un contenido calórico similar al del azúcar de mesa, y metabolizado de forma similar por el cuerpo humano”. También subrayó que todos sus productos cumplen con las leyes federales sobre seguridad alimentaria y se etiquetan en más de 200 países.
De confirmarse este cambio, los productores colombianos de caña de azúcar podrían experimentar un impacto positivo en sus exportaciones y en el precio internacional.
Actualmente, la empresa utiliza jarabe de maíz en unos 50 países, incluyendo Colombia, México y todos los miembros de la Unión Europea. Estados Unidos representa el principal mercado de Coca-Cola, con el 37 % de sus ventas anuales. Un cambio hacia el azúcar de caña en este país podría incrementar la demanda global de este insumo, elevando su cotización como mercancía en las bolsas internacionales y beneficiando a los exportadores, entre ellos los colombianos, que ocupan el puesto 15 en la producción mundial.
Colombia produce cerca de dos millones de toneladas métricas de azúcar al año, de las cuales 1,5 millones se destinan al consumo interno y 500.000 a la exportación. La mayor parte de la producción se concentra en el departamento del Valle del Cauca, aunque existen otras regiones productoras. Si el precio internacional del azúcar sube, las empresas colombianas podrían obtener mayores ingresos, incluso si las cuotas de exportación a Estados Unidos permanecen estables.
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), señaló al medio citado que “la noticia del incremento del uso de azúcar como endulzante puede terminar teniendo un efecto positivo muy importante sobre Colombia. Históricamente, el país ha sido un productor de caña de azúcar y azúcar refinada muy relevante, especialmente en la región del Valle del Cauca, pero en algunas otras regiones también. Un incremento en la demanda puede tener un efecto muy positivo sobre la agroindustria colombiana”.
A su turno, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, advirtió que si Estados Unidos no logra cubrir su demanda interna de azúcar tras un eventual cambio en la fórmula de Coca-Cola, el país podría verse obligado a importar hasta un 30 % más, lo que supondría cerca de dos millones de toneladas adicionales al año.
Esta posibilidad, según Bedoya, abriría una oportunidad para que Colombia incremente sus exportaciones, aunque matizó que la decisión final dependerá de factores como el déficit comercial y las relaciones políticas entre los países exportadores y la administración estadounidense.
A pesar de que el cambio representa una oportunidad de mercado para Colombia, cabe recordar que el gobierno estadounidense protege a su sector azucarero mediante subsidios y restricciones a las importaciones. El precio del azúcar en Estados Unidos supera el doble del valor internacional por libra. En el caso colombiano, Washington permite la entrada de unas 145.000 toneladas métricas anuales (60.000 por el TLC, 25.000 por cuota OMC y 60.000 adicionales pagando arancel), lo que representa 130 millones de dólares al año. Si el precio interno del azúcar aumenta por el cambio en la fórmula de Coca-Cola, los exportadores colombianos recibirían más ingresos por la misma cantidad exportada.