Jaime Saade llegó a Barranquilla: después de 30 años enfrentará a la justicia por el asesinato de Nancy Mestre

El equipo de seguridad que lo rodeó desde su llegada al aeropuerto ahora lo trasladará a la penitenciaría de El Bosque para garantizar que cumpla su condena

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La llegada de Jaime Saade a Barranquilla tras su extradición desde Brasil representa un paso crucial en la búsqueda de justicia para la familia Mestre - crédito redes sociales

Jaime Saade, el individuo condenado por el asesinato de Nancy Mestre hace 30 años, finalmente llegó a Barranquilla. El criminal, cuyo nombre quedó en la memoria colectiva de la ciudad como un símbolo de impunidad y horror, fue extraditado desde Brasil después de un prolongado proceso judicial que mantuvo en vilo a las autoridades y a la opinión pública durante años.

La llegada de Saade a Barranquilla marca el fin de una búsqueda que abarcó décadas, en un esfuerzo por hacer justicia para la familia Mestre y para la sociedad barranquillera que aún recuerda con dolor los trágicos eventos de esa fatídica noche de Año Nuevo en 1994. Martín Mestre, el padre de la joven víctima, encabezó una cruzada sin descanso para encontrar al asesino de su hija, una búsqueda que finalmente ha dado sus frutos con la captura y extradición de Saade.

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Jaime Saade llegó a Bogotá en las horas de la mañana acompañado por un equipo de la Interpol, portando esposas moradas, las cuales son empleadas en casos de feminicidio. Este individuo, condenado por el asesinato de Nancy Mestre en 1994, permaneció prófugo hasta su captura en Brasil en 2023.

El vuelo que transportaba al criminal aterrizó en el aeropuerto de Barranquilla en horas de la noche del jueves 11 de abril, en medio de estrictas medidas de seguridad, con un contingente policial que custodiaba cada movimiento de Saade desde el momento en que pisó suelo colombiano. El convoy que lo trasladó desde la pista de aterrizaje hasta la penitenciaría de El Bosque, donde cumplirá su condena, estuvo rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad para prevenir cualquier intento de fuga o incidente.

Jaime Saade llegó a Colombia luego de permanecer prófugo de la justicia por casi 30 años, luego de asesinar a Nancy Mestre, en una noche de Año Nuevo de 1994  crédito Migración Colombia
Jaime Saade llegó a Colombia luego de permanecer prófugo de la justicia por casi 30 años, luego de asesinar a Nancy Mestre, en una noche de Año Nuevo de 1994 crédito Migración Colombia

La extradición de Saade desde Brasil fue el resultado de una labor de cooperación entre las autoridades colombianas y brasileñas, que trabajaron en estrecha colaboración para ubicar y capturar al fugitivo después de su larga permanencia en el país sudamericano.

El hombre había adoptado una identidad falsa, Henrique Dos Santos, para evadir la justicia durante años, pero finalmente fue descubierto en la ciudad brasileña de Belo Horizonte en 2019, donde enfrentó cargos por falsificación de documentos y otros delitos.

Cabe señalar que finalmente fue detenido el 1 de mayo de 2023 en Brasil, tras haberse mantenido oculto de las autoridades colombianas desde que ocurrió el crimen contra Nancy Mestre. Saade fue llevado a juicio por los cargos de homicidio y acceso carnal violento, aunque su familia y su defensa argumentaban que la joven se había suicidado.

Así fue el crimen: el dolor de un padre que logró ganar justicia

El trágico asesinato de Nancy Mariana Mestre es un evento que conmueve a la sociedad, al mismo tiempo que dejó una huella indeleble en la memoria de quienes conocieron su historia. El relato desgarrador de su padre, Martín Mestre, para El Comercio de Perú, transportó a los últimos momentos compartidos con su hija, cuya vida fue segada de forma violenta y prematura.

La fatídica noche del 31 de diciembre de 1993, en medio de los festejos por la llegada del nuevo año, Nancy Mestre, una joven de apenas 18 años, partió de casa con el permiso de sus padres y se encaminó a continuar con la celebración junto a quien creía ser su pretendiente, Jaime Saade, sin sospechar el desenlace que les esperaba.

Las horas pasaron y la angustia de Martín creció cuando, al despertarse a las 6:00 a. m., descubrió que su hija no estaba en casa. Comenzó una búsqueda desesperada, al recorrer las calles y preguntando a cada persona que encontraba; sin embargo, cuando llegó a la casa de los padres de Saade y encontró a la madre limpiando el piso, ajena al horror que había ocurrido en su propia casa. Le informaron que la joven supuestamente había intentado quitarse la vida y que Jaime la había trasladado a la Clínica del Caribe.

La justicia brasileña inicialmente negó la extradición de Jaime Saade por prescripción del delito, pero las autoridades llegaron a un acuerdo y fue extraditado de Brasil a Colombia - crédito Colprensa
La justicia brasileña inicialmente negó la extradición de Jaime Saade por prescripción del delito, pero las autoridades llegaron a un acuerdo y fue extraditado de Brasil a Colombia - crédito Colprensa

La noticia de que Nancy había sido llevada al hospital en estado crítico dejó a Martín en un estado de shock y desesperación. Los médicos lucharon por salvar su vida durante ocho días, pero sus esfuerzos fueron en vano. El informe forense reveló la naturaleza brutal del crimen: Nancy había sido violada y asesinada por quien se suponía que era su pareja.

Los análisis forenses revelaron que en su cuerpo se detectaron rastros de cocaína, escopolamina y conavirol. Aunque presentaba una herida de bala en la sien derecha, las pruebas del guantelete indicaron que no había residuos de pólvora en su mano derecha.

Pero se encontraron estos residuos en el dorso de su mano izquierda, lo cual es consistente con el patrón de un tatuaje característico utilizado por aquellos que intentan protegerse de un disparo. Además, resultaba poco probable que una persona diestra como Nancy Mariana utilizara su mano izquierda para dispararse, de acuerdo con la investigación del periodista Daniel Coronell.

La búsqueda de justicia se convirtió en la misión de vida de Martín Mestre, que dedicó cada recurso disponible para encontrar al responsable. Durante 26 años, colaboró estrechamente con las autoridades colombianas y la Interpol, con el empleo incluso estrategias de infiltración en las redes sociales para recopilar información sobre el paradero de Jaime Saade.