Cuánto cuesta el Lamborghini del que presumió Jenny Ambuila y por el que su padre terminó detenido por la DEA

Su vida de excesos incluía bolsos de lujo, autos deportivos, cursos en Harvard y accesorios de grandes marcas como Hublot y Louis Vuitton

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Los lujos excéntricos que Jenny Ambuila Chará publicaba en sus redes sociales fueron la pista para descubrir la red de corrupción en el puerto de Buenaventura - crédito vía redes sociales
Los lujos excéntricos que Jenny Ambuila Chará publicaba en sus redes sociales fueron la pista para descubrir la red de corrupción en el puerto de Buenaventura - crédito vía redes sociales

A propósito de la extradición de Omar Ambuila, quien hasta hace unos años ocupaba un cargo medio en la Dirección de Impuestos y Aduanas (Dian), pero aun así lograba costear la vida de excesos que su hija Jenny llevaba en los Estados Unidos, recordamos la lista de gastos que Ambuila debía asumir mensualmente, con su salario que, en ese entonces, rondaba los seis millones de pesos.

La lista incluye bolsos de lujo, autos deportivos, cursos en Harvard, accesorios de grandes marcas como Hublot y Louis Vuitton y el pago de un condominio en el que Jenny vivía en Miami.

Su obsesión por compartir en redes sociales cada viaje, artículo y gran inversión que la familia Ambuila realizaba fue lo que, en un primer momento, metió a su padre en aprietos cuando en 2019 empezaron a cuestionar de qué manera costeaba sus gastos.

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Y es que, en suma, Omar parecía invertir miles de dólares en la manutención de su hija, empezando por el vehículo en el que se desplazaba, un Lamborghini Huracán EVO de 819.000.000 pesos. Según un informe realizado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, el vehículo “provino de la venta de una casa, ubicada en el barrio Ciudad Jardín de Cali, realizada por su padre, quien transfirió 1.000 millones de pesos colombianos al concesionario Lamborghini desde una compañía colombiana propiedad de su primo. Además, se pagó un depósito de otros 20.000 dólares con una transferencia bancaria hecha por su madre”.

Los objetos de diseñador de Jenny Ambuila - crédito vía redes sociales
Los objetos de diseñador de Jenny Ambuila - crédito vía redes sociales

Pero la lista de gastos no termina ahí, pues para cuando estalló el escándalo Ambuila realizaba un curso en Harvard por 7.900.000 pesos, llevaba en su muñeca un reloj marca Hublot de 94.300.000 pesos y solía comprar bolsos Louis Vuitton, cada uno por 5.000.000 pesos.

En audiencia, Jenny admitió que su vida de excesos respondía a episodios de depresión que lograba enfrentar con la compra de artículos de lujo y un estilo de vida, cuando menos, opulento. Sin un trabajo o alguna fuente de ingresos que le permitiera llevar el estilo de vida que tanto presumía en redes sociales, su padre le aconsejó disminuir gastos.

Mi papá me dijo que necesitaba conseguir trabajo y me aconsejó que no comprara el Lamborghini, él hubiera preferido que invirtiera el dinero, pero yo le dije que quería el Lamborghini porque quería vivir la experiencia. Le expliqué que en Miami se necesita demostrar que tienes dinero para ganar dinero”, explicó en su momento.

Omar Ambuila llegó hasta el aeropuerto El Dorado - crédito Dijín
Omar Ambuila llegó hasta el aeropuerto El Dorado - crédito Dijín

De ahí que viviera en una zona privilegiada de Miami: “Los padres de la señorita Ambuila pagan 5.000 (dólares) mensuales por concepto del arriendo en un condominio ubicado en Trump Royale. Transfieren el dinero a la cuenta de la señorita Ambuila en el Chase Bank y ella paga el arriendo en cheque o en forma electrónica”, detalla el informe del Departamento del Tesoro.

Sus dos vehículos, un Porsche y un Lamborghini, “la salvaron”, o al menos eso fue lo que dijo en audiencia cuando el juez le preguntó sobre los motivos de su compra: “Estaba muy deprimida en ese momento y quería el Lamborghini, me salvaron la vida (...) mis padres van a la iglesia todas las semanas y son supersantos”.

De acuerdo con el informe entregado por las autoridades norteamericanas, “los sustitutos de Ambuila utilizaron varios métodos de lavado de dinero para entregar los 1,3 millones de dólares al cómplice, incluido pagar por la compra de artículos costosos, como vehículos de lujo. También coordinaron para que el efectivo se depositara en las cuentas del banco estadounidense del cómplice y pagaron el alquiler mensual del apartamento de lujo de este”.