Subsidio al precio de la gasolina está mal asignado: ¿por qué los colombianos pagan por algo que contamina?

El presidente del Consejo Gremial Nacional, Germán Arce, afirmó que soy se subsidia el combustible a quien lo necesita y a quien no lo necesita

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El precio promedio del galón de gasolina corriente a nivel nacional es de $13.964 para septiembre - crédito  Colprensa
El precio promedio del galón de gasolina corriente a nivel nacional es de $13.964 para septiembre - crédito Colprensa

El Gobierno de Gustavo Petro volvió a establecer un alza en el precio del galón de gasolina corriente. Esta vez, resultó de $400 para septiembre y con esto continúa la seguidilla de aumentos para contrarrestar el déficit de cerca de $30 billones en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc).

Con esta nueva alza, el precio promedio del líquido a nivel nacional ya es de $13.964 y hay varias ciudades donde el precio promedio empieza a acercarse a los $15.000. Por ejemplo, el precio promedio en Bogotá es de $14.373.

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Por supuesto, la situación cada vez es menos llevadera, tanto para las empresas como para el resto de colombianos, que ven que cada vez todo es más costoso, pese a que la inflación cedió un poco en los últimos meses y cerró julio en 11,78% interanual.

Sobre esto, Infobae Colombia habló con el presidente del Consejo Gremial Nacional (CGN), Germán Arce, quien aceptó que hay serias preocupaciones y culpó al Gobierno de Iván Duque por no haber intervenido los precios de los combustibles cuando debió hacerlo, hecho que se volvió algo muy costoso para lo sociedad.

Error fiscal

Arce, también exministro de Minas y Energía, anotó que haber dejado que el déficit del Fepc haya llegado a los niveles que llegó es un error monumental, desde el punto de vista fiscal porque es un subsidio mal asignado, son recursos que los terminan pagando los colombianos y que lo dedican para subsidiarle la gasolina a quien lo necesita y a quien no lo necesita.

“Ese es un subsidio mal aplicado. Tiene un agravante y es que manda las señales contrarias en torno a la discusión de reducción de emisiones de gases efecto invernadero, es decir, que subsidiamos un producto que contamina, lo cual no hace mucho sentido con todo el discurso de transición energética y de asumir nuestra responsabilidades en los compromisos climáticos”, explicó Arce.

Anotó que ese problema viejo que el Gobierno de Gustavo Petro heredó ha sido bien contrarrestado por el Ministerio de Hacienda, que con las alzas se hizo responsable en cubrir ese riesgo. Según él, es una de las decisiones fiscales más responsables tomadas por la actual administración.

Germán Arce, presidente del Consejo Gremial Nacional - crédito Asofiduciarias
Germán Arce, presidente del Consejo Gremial Nacional - crédito Asofiduciarias

Sin embargo, dejó claro que eso se debe ir calibrando, porque eso no se puede ajustar de un día a otro.

“Los impactos han sido grandes. Obviamente, hay un impacto en la inflación, exactamente en los costos del transporte. Se suma esto al invierno, los derrumbes, el puente que se cae, las manifestaciones y bloqueos en las regiones. Todo ese caldo de cultivos se vuelve un problema mucho más grande que la mera decisión de los precios a los combustibles”, enfatizó el dirigente gremial.

Recalcó que hay un proyecto de ley que buscar darles un giro a estas alzas. El mismo, tiene que ver con un compromiso que hizo el Gobierno, relacionado sobre cómo se resuelve o cómo se puede cubrir parte de ese déficit del Fepc, entendiendo que la fórmula de precios tiene otros factores que se pueden revisar, como costos de transporte, costos de almacenamiento, impuestos territoriales que están puestos sobre el precio que pagan los consumidores, pero que no se vio todavía porque no presentaron aún los avances en la discusión de manera pública.

Al respecto, dijo que esa revisión se debe hacer, como suele ser en términos de política pública, de una manera mucho más comprensiva, porque cada acción genera una reacción.

“Un incremento desmesurado de los costos en una situación inflacionaria va a tener unos impactos. Lo que sucede es que no ajustar el precio tiene unos efectos fiscales que al final del día los pagamos todos los colombianos. Es menos inversión pública, menos recursos para la salud, menos recursos para educación y otras necesidades que tienen los ciudadanos, entonces eso es parte de lo que es gobernar, que es entender cómo es ese balance y ese equilibrio y cómo se pueden ir haciendo los ajustes”, agregó el presidente del Consejo Gremial Nacional

También adujo que no hay una única causa y solución y, por lo tanto, hay que pensar en estos problemas de manera integral.

Tiempos difíciles para la economía

Además, enfatizó que vienen tiempos difíciles para la economía, debido a que este es un año complejo, porque “todo el viento de costado que se traía después de la pandemia del covid-19″, un poco por la expansión monetaria y la expansión fiscal, y entonces lo razonable era que las autoridades empezaran a recoger ese estímulo y eso se va a ver en la economía.

“El año pintaba mal desde finales del año pasado. Los resultados han sido un poquito mejores, pero no son como para hacer fiestas Este país necesita crecer de manera estable a niveles mucho más altos, entre otras razones, para generar más empleo, más impuestos y mayor capacidad de resolver y atender los problemas sociales de la ciudadanía”, argumentó.

Reconoció que no es una buena noticia crecer poco (el PIB de Colombia creció 0,3% en el segundo trimestre del 2023). Por eso, insistió que es necesario crecer así sea unas décimas por encima de las expectativas y generar señales para que las tasas de crecimiento se mantengan en el largo plazo, pues requieren un trabajo de coordinación entre lo público y lo privado, que es esencial para garantizar que el país aumente la capacidad de producción y que los estímulos se alineen de manera adecuada.