La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció un inusual homenaje a Diego Maradona, a un año exacto de la muerte del que muchos consideran el futbolista más grande de la historia: bautizó una estrella con su nombre.
“Esa estrella inigualable que fue Diego tiene ahora su justa representación en el cielo”, dijo la Conmebol en un comunicado a dos días de la final de la Copa Libertadores que Palmeiras y Flamengo jugarán en Montevideo.
“Maradona ya brilla en el cielo”, tituló el comunicado la Conmebol, que siguió jugando con metáforas estelares en el texto y definió al argentino como un “astro” que “iluminó” las canchas en las que jugó.
La estrella “Maradona” fue registrada en la plataforma Star Registration bajo el número 1307-87268-2718878.
Campeón mundial en México 86, Maradona murió el 25 de noviembre de 2020 por una insuficiencia cardíaca.
De hecho, el corazón de Maradona fue objeto de la atención de los medios informativos argentinos en los últimos días. El periodista
Juan Manuel Lombardero reveló en la señal de noticias TN que la barra brava (aficionados violentos) de Gimnasia y Esgrima La Plata, el último club que dirigió Maradona, planeó hacerse con el órgano del campeón mundial de México 86 una vez muerto.
“El 1 de diciembre de 2020 a las 9 de la mañana, seis días después de la muerte del astro, las muestras de hígado, riñón, tarjetas de ADN y el corazón entero, que habían sido extraídas en la autopsia, fueron trasladadas a La Plata para ser estudiadas y puestas en conservación. Poco se supo de un operativo que involucró a Inteligencia Criminal, Policía Científica, Bomberos y más de 50 efectivos de la Policía Bonaerense, que fue montado para evitar el posible secuestro del corazón por parte de la barra brava de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Maradona fue enterrado sin su corazón, que pasó a ser el símbolo más preciado de Diego en la Tierra para los fanáticos”, señaló Lombardero.
No sería una novedad en Argentina. A Juan Domingo Perón, tres veces presidente, le robaron las manos 13 años después de su muerte. Sucedió en 1987, un grupo que reclamó ocho millones de dólares de “rescate” por las manos ingresó a la bóveda en el cementerio de La Chacarita y se llevó las manos. Treinta y cuatro años después, la justicia argentina sigue sin poder establecer qué sucedió. Las manos nunca aparecieron.
La autopsia confirmó que el corazón de Maradona pesaba 500 gramos, casi el doble de lo normal, consecuencia de una vida de excesos y al límite. El corazón de Maradona está guardado y custodiado por orden judicial, ya que es una prueba valiosa para el juicio que debe dilucidar las razones de su muerte.