Impactante: un diminuto gusano volvió a la vida tras estar congelado 24.000 años en Siberia

Se sabe que el rotífero bdelloidea, un organismo multicelular que se encuentra en hábitats de agua dulce en todo el mundo, es capaz de resistir el frío extremo

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Vista aérea muestra los lagos termokársticos a las afueras de la ciudad de Chersky, en el noreste de Siberia, Rusia (REUTERS/Dmitry Solovyov)
Vista aérea muestra los lagos termokársticos a las afueras de la ciudad de Chersky, en el noreste de Siberia, Rusia (REUTERS/Dmitry Solovyov)

Un organismo microscópico revivió y se reprodujo asexualmente después de permanecer congelado en las vastas tierras de permafrost del noreste de Siberia durante 24.000 años.

Científicos rusos encontraron el diminuto y antiguo animal llamado rotífero bdelloidea en una muestra de suelo extraída del río Alazeya, en la región rusa de Yakutia, en el extremo norte del país.

Se sabe que el rotífero bdelloidea, un organismo multicelular que se encuentra en hábitats de agua dulce en todo el mundo, es capaz de resistir el frío extremo.

Investigaciones previas sugerían que podría sobrevivir durante una década cuando se congela a -20 grados Celsius.

Este nuevo caso, que se detalló en un estudio en la revista Current Biology, es por mucho el período de supervivencia más largo registrado de la criatura en estado congelado.

El organismo se recuperó de muestras tomadas a 3,5 metros bajo tierra. El material data de hace entre 23.960 y 24.485 años, según el estudio.

La tierra envuelta en permafrost, donde el suelo está congelado todo el año, ha arrojado durante años descubrimientos científicos sorprendentes.

Científicos revivieron anteriormente gusanos microscópicos llamados nematodos a partir de sedimentos en dos lugares en el norte de Siberia, que tenían más de 30.000 años de antigüedad.

Científicos revivieron anteriormente gusanos microscópicos llamados nematodos a partir de sedimentos en dos lugares en el norte de Siberia (EFE/EPA/TOMASZ WASZCZUK/Archivo)
Científicos revivieron anteriormente gusanos microscópicos llamados nematodos a partir de sedimentos en dos lugares en el norte de Siberia (EFE/EPA/TOMASZ WASZCZUK/Archivo)

La grave enfermedad que los perros pueden padecer a partir de los mosquitos

El cambio climático global acarrea la proliferación de enfermedades relacionadas con el aumento de la temperatura y la humedad del ambiente. Sin embargo, la filariasis, de reciente llegada a nuestro país, se puede prevenir.

Los mosquitos han sido desde siempre molestos cohabitantes de los ambientes de los mamíferos. Ancestrales compañeros de los seres humanos, también siguen a su mejor amigo en los devenires por la superficie del planeta.

Al mismo tiempo, muchas especies de mosquitos se tornan más que molestos, sumamente peligrosos.

Sobran ejemplos de enfermedades del hombre en las que el picudo insecto actúa como vector: paludismo, dengue, entre otros.

Del mismo modo, el perro tiene algunas enfermedades que utilizan al mosquito como vector.

Muchas de ellas han sido ajenas a nuestro medio por simples y sencillas razones climáticas, en nuestro medio, ciertas especies de mosquito no desarrollaban al nivel necesario como para transformarse en una amenaza para la salud de nuestros perros.

Pero, y siempre hay un pero, el cambio climático global que creíamos que era cosa de los diarios y que les pasaba a los otros, también nos pasa a nosotros y consigo acarrea la proliferación de enfermedades relacionadas con el aumento de la temperatura y la humedad del ambiente. Entre esas enfermedades se encuentra: la filariasis.

La filariasis, también llamada enfermedad del gusano del corazón, es una parasitosis causada por un gusano redondo, Dirofilaria inmitis, que utiliza como vector al mosquito de las especies Aedes, Anopheles y Culex.

Los mosquitos son portadores de la larva infestante. Esta larva surge de la maduración de las microfilarias contagiadas al picar a un perro enfermo. Al picar a un perro sano, la transportan a su sangre. En ese perro se termina la maduración y, al cabo de tres meses, tenemos individuos adultos maduros que, en tres o cuatro meses más, eliminarán una sustancia a la sangre que, en esa etapa, facilita su diagnóstico.

Los adultos se localizan en la arteria pulmonar y en el ventrículo derecho trayendo lesiones y trastornos cardíacos de diferente gravedad e intensidad, algunos de los cuales son de difícil y compleja recuperación.

En esta etapa, los gusanos adultos y maduros (de 15 a 30 centímetros de largo) eliminan al torrente sanguíneo larvas del estado inicial, microfilarias, que se pueden identificar en la sangre periférica por segunda vez en el ciclo (la primera vez ocurrió apenas realizado el contagio).

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