¿Está cambiando de posición Estados Unidos en Gaza?

La política interna del país está generando un distanciamiento con Israel y hoy la Casa Blanca piensa que sus intereses se servirían mejor sin Netanyahu que con él

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Una silla se encuentra entre escombros en una casa quemada que ha sido abandonada durante dos meses después del mortal ataque del 7 de octubre por parte de hombres armados del grupo militante palestino Hamas de la Franja de Gaza, en el Kibbutz Beeri, al sur de Israel, el 7 de diciembre de 2023. REUTERS/Athit Perawongmetha
Una silla se encuentra entre escombros en una casa quemada que ha sido abandonada durante dos meses después del mortal ataque del 7 de octubre por parte de hombres armados del grupo militante palestino Hamas de la Franja de Gaza, en el Kibbutz Beeri, al sur de Israel, el 7 de diciembre de 2023. REUTERS/Athit Perawongmetha

Creo que sí. USA se ha movido desde el “derecho a la defensa de Israel” a una política de crecientes advertencias, donde el peligro es que lo termine responsabilizando por las consecuencias. La guerra la iniciaron Irán y Hamas y lo que no puede controlar Israel es donde Hamas combate, y a partir del 7 de octubre la elección de Hamas fue hacerlo en áreas pobladas de civiles, para aprovechar una red de túneles más extensa que el metro de Nueva York. Por su parte, la regulación de la guerra presente en los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales, señalan que la responsabilidad recae en quienes usan a civiles como escudos humanos (al respecto, los aliados no fueron culpados por los bombardeos a Alemania y Japón en la segunda guerra mundial).

También creo que, por razones de política interna, se está generando un distanciamiento con Israel y que hoy la Casa Blanca piensa que sus intereses se servirían mejor sin Netanyahu que con él. Por lo demás lo pensaban antes, pero ahora, en plena guerra, pueden haberse convencido de que mejor es vincular el enfrentamiento bélico a sus necesidades electorales, impulsando su salida, que de todas maneras se llevará a cabo con la Comisión de alto nivel que se formará después que termine la guerra. El hecho más público de esta nueva etapa seria -aunque no está probado- la entrega al New York Times de la información que Israel supo con un adelanto de varias semanas, lo que iría a pasar el 7 de octubre.

Por su parte, de Israel salen dos informaciones que no deben haber gustado en Washington. La primera es que los países árabes amigos habrían sido informados que después de Hamas, Jerusalén desea tener una presencia de seguridad en Gaza, lo que para mí tiene sentido, ya que de las alternativas, incluyendo la reocupación de Gaza por Israel y pasando por algunas rápidamente desechables como la ONU o la Unión Europea, la mejor es que sean países árabes como Egipto o Arabia Saudita los que se hagan cargo junto a la Autoridad Palestina, si es que esta última desea al fin cumplir con Oslo, aquellos acuerdos que en seguridad no ha honrado hasta ahora, por ej. en la represión de terrorismo en su territorio.

La segunda tiene un destinatario que, aunque no se mencione, parecer ser Joe Biden, al decirse y más de una vez, que no es “oportuno hablar por ahora” de los dos Estados, debido a lo que ha pasado a partir de la invasión de Israel por Hamas.

No alcanza el espacio para todos los indicios, pero es algo que se ha ido acumulando en el tiempo, ya que después del apoyo inmediato ante la forma como se mató, secuestró y violó con uso masivo de la violencia sexual como arma de guerra como también la cantidad de rehenes, la posición de Estados Unidos destacó junto a la de algunos europeos. Contrastó también con la actitud de políticos latinoamericanos y la judeofobia del secretario general de la ONU. Después de un prolongado silencio inicial Unicef, Unesco, y organizaciones de derechos humanos hablaron, pero destacó la notoria ausencia de organizaciones feministas entre quienes ni siquiera lamentaron la violencia contra otras mujeres.

Odio a los judíos, puro y duro. Tan fuerte, que hasta son anecdóticos aquellos lideres europeos que todavía no condenan en forma creíble lo que ocurrió el 7 de octubre, tales como los primeros ministros de la República de Irlanda o España.

Sin embargo, algo empezó a cambiar pasados los primeros días, lo que es evidente en conocidos medios de comunicación como la BBC, la CNN y el New York Times, quienes volvieron a confiar más en los informes de Hamas que en Israel, como tampoco dieron relevancia suficiente a como se probó lo que Israel siempre señaló en relación con el (mal) uso de hospitales por parte de Hamas con la colaboración de médicos, al igual que el uso de la infraestructura del organismo de refugiados de la ONU para esconder armamentos. También, con la existencia de agendas antisraelíes de instituciones de tan buen nombre como la Cruz Roja y Médicos sin Fronteras. En definitiva, que había solo un culpable y solo uno, Israel.

Mas aun, en medios de comunicación como los canales de TV internacionales o columnistas de prensa escrita del Washington Post y el New York Times que con la patente de corso que proporciona un nombre judío (al igual que aquellos religiosos que asisten vestidos de religiosos judíos a las marchas contra Israel) responsabilizan a un sector de Israel, en este caso la derecha que no les gusta, pidiendo algo muy parecido a que el control de la guerra lo tome nada menos que Estados Unidos y proponiendo una especie de voto de confianza mundial, nada menos que en la persona de Joe Biden, destacándose al respecto Thomas Friedman.

Ni siquiera es solo el choque de trenes de Netanyahu versus Biden, ya que ha sido muy publicitada una disidencia que existiría en el Departamento de Estado hacia las posiciones tomadas por la Casa Blanca, difusión que solo puede tener visto bueno de alguien relevante en las alturas del proceso de toma de decisiones, ya que se supone que los países, sobre todo en guerra, tienen una sola posición, además que Biden se había distinguido al inicio por la defensa valiente de Israel.

Los niños palestinos heridos en ataques israelíes esperan ser asistidos en el hospital Nasser en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el 7 de diciembre de 2023. REUTERS/Bassam Massoud
Los niños palestinos heridos en ataques israelíes esperan ser asistidos en el hospital Nasser en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el 7 de diciembre de 2023. REUTERS/Bassam Massoud

El caso de Netanyahu tiene antigüedad ya que se remonta a Obama, aunque hay críticos republicanos y en los medios de comunicación que insisten en algo no probado, como es que en política exterior de USA se estaría en Obama III, por la cantidad de exfuncionarios en puestos prominentes. En el pasado se llegó al extremo que, para torpedear el acuerdo con Irán, el 2015 Netanyahu habló en sesión formal del Congreso contra Obama, algo que jamás, y menos que nadie un primer ministro israelí debiera hacerle al presidente de USA, tema que no terminó allí, ya que, como exvicepresidente, apenas asumió la presidencia Biden congeló a Netanyahu, levantándole el castigo solo a partir de la tragedia del 7 de octubre.

En todo caso, Biden mostró liderazgo esos días y también comprensión y apoyo a Israel, lo que fue doblemente notorio debido a que estuvo casi solo. También fue llamativo el caso de países árabes sunitas con los que Israel tiene relaciones sean o no a nivel de embajador, ya que bloquearon todas las iniciativas de Irán en el encuentro de países musulmanes como también muchas de las más virulentas de la Liga Árabe, transformándose en amigos imprescindibles dada la situación de guerra, como también se han destacado a aquellos políticos árabes en la Knesset, el parlamento israelí, que han tenido la valentía de criticar lo que Hamas ha hecho, tales como Mansour Abbas. Sin embargo, lo que parecía ser una nueva etapa de total unidad entre ambos países, se ha ido resquebrajando, como lo indica una crítica cada vez más abierta a Israel, a la duración del conflicto, a las decisiones militares, a responsabilizarlo de lo que está pasando en Gaza, además que la crítica publica a Israel se ha visto acompañada por la utilización de Qatar para enviarse mensajes con Irán.

Los portaaviones fueron un eficaz mensaje para los ayatolas, y así evitar la regionalización del conflicto, pero se mantiene el hecho que Israel nunca ha pedido tropas de USA, ni ahora ni en ninguna guerra anterior. Donde USA podría ser imprescindible sigue sin hacerlo, como seria actuar como freno contra proxies iranies como hutíes en Yemen y milicias iraquíes o sirias que han sido usadas para atacar a tropas de USA, lo que solo se lograría responsabilizando cada vez a Irán.

Si Biden actuó con valentía ya que está desde hace tiempo en campaña electoral, ahora parece seguir un guion. Si es así ¿Qué explica el giro de la Casa Blanca?

Al respecto, más allá del conocido hecho que Washington es siempre notoriamente infiel en campaña electoral, en primer lugar, figuran las encuestas donde hay una división novedosa de tipo generacional, ya que los estadounidenses de mayor edad siguen siendo pro israelíes, pero la gente más joven es cada vez más pro palestina, segundo, tal como lo ha descubierto Ucrania, en USA las decisiones se dificultan cuando todas las prioridades apuntan a ganar una elección, además en un país muy polarizado, que por el peculiar sistema de Colegio Electoral de USA, no necesariamente gana el que obtiene más votos, sino el que gana en más estados, lo que en la práctica significa que la elección se decidirá el próximo año (al igual que el 2016 y el 2020) en no más de 6 a 8 estados muy disputados, ya que en el resto se conoce con mucha anticipación el ganador.

En la práctica, la preocupación proviene del hecho que, si se abstienen o votan en contra colectivos donde el apoyo se daba por descontado, tales como el voto joven, árabe y/o musulmán, las posibilidades demócratas disminuyen mucho. Por último, el partido Demócrata, anteriormente de fuerte apoyo a Israel está hoy muy dividido, evidenciado por la presencia de jóvenes de ese partido en las manifestaciones antijudías en universidades como también ha existido un aumento de diputados antisraelíes, previamente marginales, pero hoy con poder partidario y que una vez electos para la Cámara de Representantes, se han manifestado a favor que Biden pague un precio político. En definitiva, este tiene un serio problema con la izquierda de su partido, apoyo clave para evitar una primaria como también en general con la cultura woke o progresista en el país, lo que también tiene consecuencias económicas, dado el predominio de este progresismo en tradicionales votantes y donantes demócratas, tales como Hollywood y la industria de la entretención y, sobre todo, de las industrias de nuevas tecnologías, internet y similares. Y, por cierto, las multitudes en las calles voceando odio e ignorancia contra Israel, hacen aún más preocupante el cuadro.

Como se le mire, es un problema real, que en campaña electoral para la presidencial adquiere una importancia mayor, y que lleva a que la mantención o prolongación de la guerra sea un ataque a la línea de flotación y de supervivencia de las posibilidades de triunfo del Biden-candidato. Y para quienes gustan de las teorías conspirativas los números los desmienten, ya que muestran que los judíos son solo el 2,4% de los votantes, y con capacidad de influir en la elección de solo un estado, el de Nueva York, que está decidido de antemano para los demócratas, aun si no hacen campaña.

Indudablemente, perjudica a Israel como también a Estados Unidos como potencia que debe cumplir su rol para seguir enfrentando a China, que se limita a observar lo que está teniendo lugar. Es indudable que también favorece a enemigos de USA como Irán y los movimientos terroristas, de los cuales entre los activos hay unos 15 similares a Hamas, solo que actúan en otros escenarios y países, pero que en común tienen el odio a Estados Unidos y a Israel, sobre todo, por lo que representan en cuanto a la idea de occidente.

Lo que estamos presenciando a partir del 7 de octubre no es un conflicto entre árabes y judíos, no lo es al menos por ahora, lo que explica el apoyo a Israel entre algunos países árabes sunitas, aunque no lo puedan decir públicamente, y por ello, los hechos valen más que las palabras.

Un grupo de hombres judíos en una sinagoga. REUTERS/Angelika Warmuth
Un grupo de hombres judíos en una sinagoga. REUTERS/Angelika Warmuth

Es un conflicto más profundo en que está en juego la propia idea de lo que Occidente representa y ha representado para la civilización judeocristiana, aun desde antes. Lo es también entre modernidad y medioevo, entre civilización y barbarie. Y por lo mismo es lamentable el espectáculo de quienes marchan por las calles de Nueva York o Londres, en mayor número que quienes lo hacen en urbes árabes, aunque sea difícil de entender.

¿Qué necesita Israel de Estados Unidos?

Claridad, aquello que abundó en los primeros días, pero que se ha ido perdiendo, quizás como consecuencia de lo que Carl von Clausewitz llamó la “niebla de la guerra”. Hoy, a pesar de que sigue siendo quizás el único país en el que Israel puede confiar, sobre todo en relación con Irán, algunas de las declaraciones de la Casa Blanca sobre Gaza han terminado pareciéndose a Francia en este tema.

¿Cómo se recuperará la relación especial? Creo que, a través de una regla, y como todas aquellas de carácter ético, es simple, a la vez que de principios. Consiste en tratar a amigos y enemigos como te tratan a ti, pero separadamente y no mezclándolos como en el tango Cambalache. USA debiera actuar como la superpotencia que todavía es en cuanto quiera seguir siéndolo, lo que excluye decisiones como la de Obama, de creer que se podía “retirar” de Siria o del medio oriente. Pero actuar como superpotencia indica que debe hacerlo como tal y no seguir latino americanizándose, condicionando decisiones que son estratégicas por la evolución de encuestas en medio de una elección presidencial. Se equivocó la Casa Blanca cuando le pidió a Israel no ingresar a Gaza, exclusivamente por su mala experiencia con ISIS en Irak y Siria, aunque cuando decidió actuar como potencia logró vencerlos. Rara vez una guerra es lineal (y que lo diga Rusia al invadir Ucrania), y aunque Gaza no ha avanzado con la facilidad que se dio a entender, Israel estuvo en lo correcto al fijarse el desafío de erradicar a Hamas, por mucho que Macron piense que va a “demorar 10 años”. Israel no ha iniciado ninguna guerra en el medio oriente, pero las ha ganado todas, porque entiende la necesidad de adaptarse y que no hay ninguna guerra igual a la previa.

Un país que ha estado en tantas guerras como USA debiera entenderlo y apoyar sin vacilaciones. Todo lo que USA quiere del medio oriente tiene un solo presupuesto, la victoria militar de Israel. No tiene sentido criticarlo, solo por lo que ocurre con los civiles. Está bien para la irrelevancia de Europa y el abandono de su historia sin siquiera dar la lucha, pero no para Estados Unidos, que además no tiene el deplorable pasado colonial europeo como tampoco su tradición de culpar a los judíos. Lo de los civiles, al igual que la regulación de la guerra, está cubierto por los 4 Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales (1864, 1929, 1949), según los cuales, al igual que el 7-octubre al iniciar la guerra, la responsabilidad es de Hamas al utilizar civiles como escudos humanos. Quizás podría quedar para todos aclarado, si de ganar Israel somete a proceso al más alto dirigente de Hamas que capture, y con todas las garantías del debido proceso podría reeditar lo que fue en 1961 el juicio a Eichmann, el de la banalidad del mal.

Establecido el hecho que de acuerdo con la legislación que regula la guerra, el principal responsable no es Israel sino Hamas por estar utilizando a los civiles como escudos humanos, la verdadera comparación se establece únicamente en relación a las dificultades de combatir en escenarios donde hay mucha población urbana, y donde más allá de la aterradora catástrofe humana, las estadísticas comparativas muestran los esfuerzos que ha hecho Israel en una guerra que no provocó ni buscó, para pedirle a los civiles que abandonaran provisoriamente los lugares donde Hamas había decidido combatir, lo que no ha ocurrido en ninguna otra experiencia similar en el pasado, incluyendo a USA con el Estado Islámico.

Mejor haría USA en preguntarse ¿Por qué tuvo éxito Reagan? La respuesta es sencilla, ya que neutralizó a Gadafi como agente terrorista apuntando directamente a él y sus palacios, mientras que USA negocia con los ayatolas y les devuelve dinero, que al igual que otras veces, será usado en acciones desestabilizadoras. Y no es solo que se le haya perdido el respeto, ya que lo peor ha surgido al interior de USA con aquellos que en el Congreso y en el Departamento de Estado o en los medios de comunicación y en universidades hoy dudan de USA como potencia, lo que jamás existió en Estados Unidos durante la Guerra Fría. Y quizás por eso la ganó. Lo que no cambia es que a Estados Unidos se le exige que sea mejor que otras superpotencias. Quizás por eso USA tiene hoy problemas para confrontar un rival como China, aunque difícilmente va a motivar a otros, si está llena de dudas, de avances y retrocesos. Hay quienes no confían en USA, y si no fuera confiable para Israel ¿para quién entonces?, considerando que todavía pesan las decisiones de abandonar guerras que no podía ganar, como Vietnam y Afganistán.

¿Es eso lo que pienso de Israel y Gaza?

No. Ni por un segundo lo pienso como tampoco, y a diferencia de demasiados estadounidenses, tengo duda alguna a quien apoyar entre USA y China. De lo que hoy pienso que está ocurriendo, incluyendo lo de la publicación en el New York Times (NYT), clara operación de inteligencia donde a pesar de la presencia de un destacado periodista israelí, ni por asomo pienso que la información salió de Israel, ya que eso sería pura y simplemente delito de traición.

Creo que entregar al NYT un documento que intentaría probar que Israel tuvo conocimiento previo de la invasión del 7 de octubre, pero que es tan general que podría ser todo o no ser nada, donde además se trata de un país en que el uso que se da a la inteligencia depende no de los políticos sino de profesionales, tiene más bien el propósito de sacar del camino a un político que ya no gusta, pero que no debiera usarse contra amigos, a no ser que se quiera que se alejen.

En lo personal, lo que más me molesta es la total falta de trasparencia, quizás porque saben lo impopular que seria, indicación de lo confundido que aparece hoy USA, ya que en guerra y una como la de Gaza, donde Israel es solo el primer frente de batalla, y por ahora, el único con convicción y ganas para enfrentar a quienes no creen en fronteras, sino en el califato mundial, de partida aquel que reclama todo territorio donde alguna vez pasaron las tropas de la yihad islámica. Que alguien le informe a Pedro Sánchez en Madrid que después de los países árabes que consideran “infieles”, el siguiente en la lista, tanto para Al Qaeda como para Hamas es Al- Ándalus, ya que allí, en Andalucía estuvieron siete siglos.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. EFE/EPA/YURI GRIPAS/Pool
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. EFE/EPA/YURI GRIPAS/Pool

Se está equivocando USA, al menos su variante woke, en lo relativo al uso de la fuerza, Acaba de morir Kissinger quien enseñó que había uso legítimo e ilegitimo, y el utilizó los dos. En el medio oriente, no usarla solo incentiva la agresión y la percepción de declinación. Le pasó en su oportunidad a otomanos y británicos. Y en la realidad actual, aún peor que usar el poder del que todavía se dispone, es presionar a Israel para que no haga lo que tiene que hacer. USA estaría repitiendo el error de Obama al alejarse de Siria, y basta ver que en esa guerra civil hubo medio millón de víctimas árabes y musulmanas, hecho que se escapa a quienes desfilan en Occidente, ayudando en definitiva a la idea del califato mundial.

Es además una presión hipócrita, ya que las víctimas de Israel el día 7 de octubre son comparativamente en relación con la población mucho más que las víctimas del 11 de septiembre, como también las víctimas de las invasiones de Afganistán e Irak superan con mucho a las de Gaza, y si, sé que esto suena duro, pero quienes actúan selectivamente parecen ignorarlo. La verdad es que USA debiera concentrarse en los dos objetivos que ha dicho reiteradamente que le interesan y que por lo demás son legítimos. Primero, la solución de dos Estados, uno al lado del otro, pero a diferencia de Hamas, no uno en vez del otro, que me sigue pareciendo la mejor o la menos mala; y segundo, que pasa en Gaza, después de Hamas. Se mire como se mire, no hay posibilidad alguna de que USA pueda actuar en estos dos escenarios sin que Israel destruya a Hamas y sin que triunfe.

La verdad es que no entiendo porque a USA le han salido dudas al respecto, y porque cree que tiene algo que ganar presionando a uno de sus aliados más cercanos, uno, que a diferencia de Ucrania hoy o de los europeos en las guerras mundiales, puede triunfar solo. Siempre y cuando no interrumpan el desarrollo de las batallas cuando ese aliado va ganando por sí mismo y también en nombre de lo que Estados Unidos representa. Además, la actuación de Israel no requiere ni necesita de lecciones y menos de esa superioridad moral, que parece representar hoy el pensamiento progre en su versión woke, como peligro de otro tipo, pero peligro, al fin y al cabo, para la democracia. Mientras USA quiera seguir siendo superpotencia, no puede sino valorar el hecho de contar con un aliado que nunca le ha pedido soldados. Aún más, ¿Cuántas muertes le ha evitado? ¿Podría haber ido a dos guerras en Irak, si Israel no hubiera acabado con el plan atómico de Saddam y por el cual fue tan criticado después de haberlo bombardeado en 1981? ¿Podría USA haber eliminado a ISIS, si Israel no hubiera destruido el 2007 el reactor nuclear que Corea del Norte estaba construyendo en Siria?

En Occidente todos parecen querer decirle a Israel lo que debe o no hacer, pero al parecer nadie o casi nadie lo hace con Hamas, incluyendo esa catedral de la irrelevancia (preguntar a Ucrania y Rusia) que es hoy la Unión Europea. Tampoco parecieran dar pasos para un esfuerzo internacional para detener a Irán y hutíes, que con sus misiles ponen en riesgo la navegación en el Mar Rojo. ¿Imaginan a Europa si se tratara de Israel? ¿Los estará presionando Estados Unidos?

¿Qué viene? Lo peor que podría pasar para una superpotencia como USA es que un país como Israel que los sigue tomando en serio y muy en serio, como un amigo escaso, simplemente haga lo de otros y deje de escucharlos con el debido respeto, para con la tranquilidad de poder defenderse por sí mismo, preparar un plan con quienes hoy día entienden mejor que Washington lo que está en juego y porque Hamas debe desaparecer (también están desilusionados con la Autoridad Palestina), es decir, países árabes sunitas, incluyendo a Catar que no parece que vaya a renovar la estadía del liderazgo de cleptómanos de Hamas (¿Turquía en su futuro?) y que solo desea protagonismo, a lo que Israel podría acceder.

¿Estará Washington perdiendo su protagonismo? ¿Estará cometiendo con Netanyahu error similar al que tuvo lugar, también por razones de campaña electoral, con el Príncipe Mahomed bin Salman de Arabia Saudita, quien se ha convertido en rey de hecho? No lo creo, además que después de la guerra, la comisión investigadora del 7 de octubre va a poner fin a la carrera política de Netanyahu, por su responsabilidad como primer ministro ese día.

El medio oriente castiga la debilidad. Como superpotencia, Estados Unidos necesita no repetir los errores de Obama y recuperar un prestigio que se inicia por la derrota de Irán-Hamas. Prestigio que USA necesita recuperar también de sus enemigos. Al respecto, a mí me llama mucho la atención que, hasta el momento de redactar esta columna, Hamas ha devuelto a Israel más rehenes, demostrando que responde mejor a la presión militar que al buenismo, mientras que casi no los hay de USA entre los devueltos. ¿Hubo alguna negociación que desconocemos o es solo falta de respeto por parte de un grupo terrorista?

Me lo pregunto a propósito de Rusia, que, a pesar de ser un poder en declinación demostrada en Ucrania, pero con la voluntad de usar la fuerza que todavía dispone, ha llegado a acuerdo con Hamas, que le ha dado prioridad al regreso fuera de lista de israelíes de origen ruso. Quizás los últimos frutos de la relación privilegiada que mantuvo Netanyahu con Putin, a pesar de haber estado en polos opuestos en la guerra civil de Siria, y que Israel correspondió al no unirse a las sanciones contra Moscú, a pesar del enojo de Zelensky.

Israel conseguirá sus objetivos, pero ¿lo hará por la historia del pueblo judío o por la idea de occidente que todavía encabeza USA? Israel no se va a rendir, pero ya al parecer lo han hecho otros, de partida y hace años, Europa. Y como tantas veces en la historia, la mayoría al medio callando, y también, otorgando, sin entender del todo, que los desafíos para Israel no se limitan a Gaza, ya que Irán ha logrado algo difícil, unir a terroristas chiitas y sunitas en un anillo que ya ha incorporado a Hezbola, Hamas y hutíes buscando atacar por varios lados. Ojalá USA reaccione a tiempo y comprenda que Israel es solo el primero, que de fracasar, seguirán otros.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, izquierda, se reúne con el líder de la oposición israelí Yair Lapid, en Tel Aviv, Israel, el jueves 30 de noviembre de 2023. (Saul Loeb/Pool Photo vía AP)
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, izquierda, se reúne con el líder de la oposición israelí Yair Lapid, en Tel Aviv, Israel, el jueves 30 de noviembre de 2023. (Saul Loeb/Pool Photo vía AP)

Y si Saddam conquisto en horas Kuwait el 1991, ¿por qué entonces los ayatolas no harían lo mismo con otros países árabes, igual de débiles? Es la razón por la que Arabia Saudita y los Emiratos ven ahora en Israel lo que antes solo veían en Washington, confianza que han perdido y no han recuperado.

Y cómo conclusión, ¿cuál será la reacción de la comunidad judía en USA? Aparentemente todavía no ha reaccionado, quizás porque no lo han discutido sus dirigentes máximos o probablemente porque todavía están demasiado impactados por la forma como reapareció la judeofobia, con masivas manifestaciones contra los judíos en las principales ciudades. Quizás igual que yo, sin entender todavía del todo el odio desatado, incluyendo las universidades de elite y feministas que reniegan de lo postulado por tanto tiempo, solo porque las víctimas son judías.

*PhD. en Ciencia Política, Licenciado en Derecho, expresidente de la Comisión de Fuerzas Armadas y Sociedad de la International Political Science Association, excandidato presidencial en Chile (2013)