El coronavirus en la región panamazónica y el pedido de Francisco

Compartir
Compartir articulo
Imagen de archivo del papa Francisco realizando la audiencia general semanal de manera virtual desde la Biblioteca del Palacio Apostólico debido a la pandemia del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, en el Vaticano. 15 de abril, 2020. Vatican Media/­Handout via REUTERS

Como se sabe, la región de la Amazonia ha sido una preocupación permanente del Papa Francisco, por su importancia ecológica y social. En la encíclica Laudato si’ ocupa un lugar destacado. Ahí afirma que es uno de los dos pulmones del planeta junto a la región de la cuenca fluvial del Congo. El año pasado -como informamos en su momento- se realizó en Roma el Sínodo de la Región Panamazónica presidido por Francisco.

La Panamazonía está integrada por 9 países, 33 millones de habitantes, de los cuales 3 millones son miembros de los pueblos originarios. Entre estos últimos hay 400 pueblos distintos y 120 viven en aislamiento.

Los datos oficiales de la pandemia

Al día 16 de mayo se registraban 70 mil personas contagiadas de Covid-19 y más de 4 mil fallecidos. Es razonable pensar que las cifras son bastante mayores ya que se presume un subregistro evidente.

Como una respuesta urgente frente a esta complicada realidad, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) publican un boletín titulado “Impacto del Covid-19 en los pueblos indígenas” con el fin de visibilizar en forma periódica su situación ante la pandemia.

¿Por qué el virus ataca más a los más pobres?

El Covid-19, como sabemos, es un virus que amenaza a todos los segmentos sociales pero afecta más a los pobres. La falta de medios sanitarios y de prevención, la ausencia de personal médico y paramédico, la escasez de centros hospitalarios, la no existencia de agua potable y desagües cloacales, la escasez de tecnología, el carecer de un adecuado hábitat, entre otras cosas, hacen abismal la distancia entre pobres y no pobres frente al virus. En el caso de los aborígenes, a la pobreza se suma la falta de “memoria inmunológica”.

Sobre el modelo extractivista y sojero se extiende la pandemia

La región -como lo pone de relieve Laudato si’ y el Documento final del Sínodo de la Panamazonia- desde hace décadas sufre la presión permanente del modelo extractivista y sojero sobre sus territorios.

Mario López, secretario ejecutivo de la Repam, dice que la situación es dramática en algunas ciudades de la Amazonía tales como Manaos en Brasil, Arequipa en Perú y Leticia en Colombia, por citar tan sólo algunos pueblos.

Los obispos de la Amazonía y Orinoquia colombiana afirmaron que si sigue el aumento de contagios y personas fallecidas por el coronavirus, especialmente en pueblos en aislamiento y/o en contacto inicial, “estaríamos a las puertas de un etnocidio indígena causado por la pandemia”.

Breve síntesis de los focos de la pandemia en la región

Brasil, con una política sanitaria frente a la pandemia mundialmente cuestionada, es el segundo país más contagiado del planeta y el primero en términos de población. Con un altísimo índice de letalidad. Anteayer reconoció 1.188 muertes por el Covid-19 en las últimas 24 horas, y un total de más de 20.000 fallecidos.

Virgilio Neto, el alcalde de Manaus, capital del Estado de Amazonas, acusó a Bolsonaro de “propiciar un “genocidio” indígena, “un crimen contra la humanidad”, en tanto en una población de aborígenes de 168.700 personas se registran 22.130 infectados y cerca de 1.500 fallecidos.

El papa Francisco se comunicó con el obispo de Manaus, monseñor Steiner, para informarse y acompañarlo en las actuales circunstancias donde los muertos son apilados en “fosas comunes” en el cementerio de Nossa Senhora da Aparecida.

En el Perú, Loreto es la región con el mayor número de contagios. De las 47 lenguas originarias que tiene Perú, 25 de ellas se ubican en Loreto, uno de los departamentos más golpeados por el Covid-19 donde se llevan informados 2 mil infectados, lo que equivale a casi el 50% del total en la amazonía peruana.

La Conferencia Episcopal de Colombia reclamó medidas para que lleguen auxilios a los aborígenes. Piden se hagan cumplir los acuerdos de paz porque hay mucha violencia (Del Narcotráfico, el Ejércitro y grupos armados), y agregan: “Pedimos acciones urgentes para frenar esta realidad dolorosa; así como, el poner punto final a la devastadora deforestación de la Amazonía, que en estos tiempos de cuarentena se ha agudizado de manera alarmante”.

Ecuador registra 30 mil contaminados y 2.800 fallecidos país donde las naciones o tribus indígenas tienen pocos pobladores. Y así la nacionalidad Siekopai es de alrededor de 700 personas, por eso el contagio es capaz de representar un factor muy alto de extinción para este pueblo indígena ancestral.

Nunca más “Civilización y barbarie”

La realidad revela que así como los focos de la pandemia en nuestro país se encuentran en las barriadas pobres, en la región panamazónica se ubican en las poblaciones (pobres y) aborígenes. Lo que demuestra que -como lo afirmó Francisco- en el futuro (postpandemia) tenemos que sepultar definitivamente “las ideologías” y muy en especial aquellas que enarbolan el lema “civilización y barbarie” (7/10/2019, Sínodo de la Región de la Pan-Amazonía).