Leopoldo López Gil: “Es necesario un tribunal como el de Nüremberg para Putin y los comandantes que ejecutaron las órdenes infames en Ucrania”

El eurodiputado venezolano-español dialogó con Infobae, en el marco de la Asamblea Parlamentaria Europea-Latinoamericana (Eurolat) que se desarrolla en Buenos Aires. Su visión sobre el presidente de Rusia, la invasión del Kremlin, y la crisis en Venezuela

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Leopoldo López Gil, eurodiputado por el PP español (Gustavo Gavotti)
Leopoldo López Gil, eurodiputado por el PP español (Gustavo Gavotti)

Esta semana Buenos Aires es sede de la 14ª sesión plenaria de la Asamblea Parlamentaria Eurolatinoamericana (Eurolat), la primera presencial desde la pandemia de coronavirus. Leopoldo López Gil es uno de los 75 eurodiputados que participa de las jornadas de trabajo que se extenderán hasta el jueves 14, en las que se debatirá sobre cooperación penal, el fenómeno de los discursos de odio, las negociaciones de acuerdos comerciales entre ambas regiones, cultura, economía circular, narcotráfico y derechos sexuales y reproductivos.

Sin embargo, el eje del foro estará centrado en el proceso de recuperación postpandémica y los efectos de la guerra en Ucrania sobre el mercado global de alimentos.

En diálogo con Infobae, el eurodiputado por el Partido Popular (PP) de España y padre del líder opositor venezolano Leopoldo López, analizó el actual conflicto en Ucrania, la reacción de la comunidad internacional y también abordó la dramática crisis humanitaria de su país de origen: Venezuela.

-Llevamos casi 50 días de invasión rusa a Ucrania. Como diputado por el Parlamento Europeo, ¿qué balance hace de estas semanas en las que hemos visto atrocidades cometidas contra la población civil ucraniana?

-La guerra en Ucrania nos llama a la humanidad a repensar lo que ha sido el desarrollo del último siglo. Lamentablemente desde la mitad del siglo pasado vimos cómo no habíamos aprendido del dolor de una guerra, de una persecución a una población, como lo estamos viendo ahora con esta injustificada invasión rusa a su país vecino. También estamos entendiendo con mucha preocupación cuán inadecuados son los instrumentos que tenemos los países que desean la paz, que firmaron en el año 47 la declaración de derechos humanos, que formaron después de la Liga de las Naciones. El nuevo intento que hasta ahora ha perdurado por las Naciones Unidas, y que no tenemos instrumentos que realmente puedan hacer valer las decisiones. Esto es lo más doloroso, lo más preocupante de lo que estamos viendo. Hemos visto cómo el mundo necesita unirse para luchar contra enemigos comunes, como puede ser la pandemia, así como el irracional uso del poder como es el caso del señor Putin y Rusia hoy. Tenemos amenazas como el caso de China, y al mismo tiempo vemos cómo China puede jugar en este momento un papel importantísimo forzando la balanza para alcanzar esa necesaria paz.

-Occidente, con Estados Unidos y la Unión Europea (UE) a la cabeza, aplicaron un fuerte paquete de sanciones que ni el propio Putin se esperaba. ¿Esta reacción puede ser considerada como una señal de alerta para otros regímenes como China, Venezuela, Cuba, y Nicaragua a futuro?

-Es una señal de alerta. También es una señal de que no solamente los instrumentos de las políticas diplomáticas son suficientes a veces. Siempre hemos creído que la diplomacia debería preceder a cualquier otra solución, mucho menos las soluciones de la violencia, como la guerra. Sin embargo, estamos viendo que lamentablemente va a ser necesaria imponer tal vez, o detener las pretensiones de Putin y Rusia, con algo más que los instrumentos de la diplomacia. Las armas suaves de la diplomacia, de las sanciones, no son suficientes, no lo han detenido, y requieren de un tiempo para que la población tome conciencia de la barbaridad que están cometiendo bajo la dirección del señor Putin.

Leopoldo López Gil condenó las atrocidades cometidas por las tropas rusas en Ucrania (REUTERS/Oleg Pereverzev)
Leopoldo López Gil condenó las atrocidades cometidas por las tropas rusas en Ucrania (REUTERS/Oleg Pereverzev)

-¿Qué otra cosa se debería hacer?

-Tiene que haber mucha más ayuda militar a Ucrania. Tiene que ser mucho más efectiva. No para aumentar ni dilatar una guerra que debería acabar lo más rápido posible, sino para impedir precisamente que el invasor tenga una posición negociadora fuerte. Es necesario para imponer unas condiciones de negociación que sean justas. Es necesario que se le de todo el apoyo posible desde el punto de vista militar a Ucrania.

-Las tropas rusas se encontraron con una férrea resistencia de las fuerzas ucranianas. ¿Hubo error de cálculo de Putin?

-No, no es un error de cálculo. Lamentablemente, y esto también lo vivimos el siglo pasado cuando el señor Hitler decidió armar de una forma fuera de toda razón a la Alemania de entonces, y amenazar con invasiones, cómo las advertencias de un señor como Churchill caían en oídos sordos. Simplemente el deseo de paz por parte de un personaje como Chamberlain predominó. Creo que aquí tenemos que recordar de nuevo al primer ministro Palmerston, del Reino Unido, cuando dijo que el reino no tenía enemigos permanentes, pero siempre tenía intereses permanentes. Lo que estamos viendo, precisamente al haberse hecho los sordos ante la amenaza, no tengo la menor duda que tiene que ver mucho con una dependencia energética de Europa y la dependencia del mundo de algunos commodities, como el trigo y otros alimentos. La tercera parte del trigo que se consume mundialmente sale de la región de Ucrania y Rusia. Es obvio que la gente quería mantener un nivel de bienestar en sus países y no someterlos como los están sometiendo a un incremento de precios, a una inflación por incremento del precio de los commodities, y otros minerales. Asuntos que son esenciales para mantener las riendas de la economía.

-¿Cómo lo describiría a Putin?

-Está remarcando su condición de autócrata, y de una persona bastante ególatra. Tiene un asidero en el poder que trata de llevarlo a la expresión histórica de la Gran Rusia.

-Pese a los millones de refugiados que ya provocó la guerra, las atrocidades perpetradas por las tropas rusas y las crecientes denuncias de crímenes de guerra, en América Latina ha habido una postura bastante flexible en países como Argentina, México y Brasil, y de total complicidad en otros, como Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua. Como venezolano, latinoamericano, ¿qué siente al ver esta respuesta de nuestra región a lo que está ocurriendo en Ucrania?

-Lo veo con mucha tristeza. Predominan los intereses por encima de los valores; hay una entrega total a la conveniencia y, por supuesto, sin hablar de regímenes como los de Cuba y Nicaragua, y más aún la dependencia de Venezuela. Porque hoy, de esos tres países, el más dependiente de Rusia es Venezuela. No solamente depende de su estructura financiera, sino también de la exportación y comercialización de su petróleo. Además, desde la época de Hugo Chávez la compra de armas a Rusia llegó al extremo: desde montar una fábrica de fusiles automáticos Kalashnikov, que está funcionando hoy. Además, fábricas de munición, que es una munición distinta a la utilizada en la OTAN y, por supuesto, como sabemos en los últimos años el establecimiento de bases dotadas de capacidad de enviar misiles de corto y mediano alcance. Pero no tendría otro enemigo que sus vecinos, incluyendo Estados Unidos y particularmente Colombia y Brasil.

Piden enjuiciar a Vladimir Putin por crímenes de guerra (EFE/EPA/MIKHAIL KLIMENTYEV/SPUTNIK)
Piden enjuiciar a Vladimir Putin por crímenes de guerra (EFE/EPA/MIKHAIL KLIMENTYEV/SPUTNIK)

-Usted habla de la dependencia de Venezuela de Rusia. Mucho se especula con el futuro de Putin y la Rusia posterior a la guerra en Ucrania. ¿Una eventual caída de Putin cómo incidiría en Venezuela?

-Si cae Putin y no cambia el régimen, no afectaría en nada. Simplemente cambiaría el color de los zapatos, pero serían los mismos zapatos. Creo que lo que se podría esperar no lo veremos en el corto plazo, que es un cambio de actitud del régimen hacia un régimen democrático, más respetuoso de los derechos y libertades individuales.

-Al comienzo usted hablaba de cómo la humanidad no aprendió del dolor de las guerras pasadas. ¿Qué enseñanza deja este actual conflicto?

-Yo creo que muchas. Pero la fundamental, es que la paz es tan frágil como la democracia y hay que cuidarla todos los días. Hay más enemigos de la paz y de la democracia y de las libertades. Vivimos en un mundo muy cambiante, y lamentablemente instituciones como las que tenemos no son suficientemente buenas para resguardar los valores de la democracia, la paz, la libertad, la justicia en el mundo. Las futuras generaciones tendrán retos mucho más complejos, precisamente porque en el mundo de las comunicaciones no podemos olvidar el respeto a las instituciones ni tampoco la fortaleza que deben tener en las instituciones del futuro para hacer valer los principales y valores que antes mencioné.

-Si bien el foco por estos días está puesto en Ucrania, en Venezuela la población continúa sufriendo la peor crisis humanitaria de su historia. El año pasado se inició una mesa de diálogo que, una vez más, no arrojó resultados concretos. ¿Cómo va la situación actual del país y cómo ve a la oposición ante el gran reto de hacer frente a la dictadura de Maduro?

-Lamentablemente las condiciones siguen siendo catastróficas, por mucho que se quiera hacer ver que hay una relativa mejora. El país está todavía con un 85% de su población sometida a una enorme pobreza. Son datos que dan las Naciones Unidas, no datos que puede dar un partido interesado. Están aplaudiendo que ya no se está hablando de una inflación de tres dígitos, sino de dos. En este ultimo año sigue siendo tan persistente que hace imposible la adquisición de bienes, salvo para la nueva cúpula oligarca que ha establecido el socialismo del siglo XXI. Los salarios llegan a un extremo irrisorio, que un profesor universitario está ganando menos de dos dólares mensuales al cambio oficial. Han transformado a la población en una población dependiente cien por ciento de la alimentación que pueda darle el régimen, y por lo tanto es muy difícil luchar contra eso con una población tan dependiente. Por otro lado, el tema de la oposición sigue siendo un problema. Pero seguirá siendo un problema mientras no se permita el libre ejercicio de la política en Venezuela. Muchos de los líderes están en el exilio, están afuera… está pasando lo mismo que en dictaduras anteriores, cuando se mantienen por rutas absolutamente ilegales. La pertenencia a la actividad política y el ejercicio de la política no podrá tener una verdadera oposición. En este momento hay más de 300 presos políticos en Venezuela, más de 200 oficiales de nuestras fuerzas armadas que están sometidos a prisión. Muchos de ellos llevan más de diez años, y ni siquiera se los lleva a juicio a la mayoría. Entonces la disidencia termina siendo demasiado riesgosa. Por lo tanto, el llamado a una unidad es muy complejo. Precisamente porque no hay la presencia de un liderazgo que pueda aglutinar genuinamente a la oposición.

-¿El hecho de que el foco esté puesto en Ucrania le da aire a Maduro?

-Seguro que si. Esa es otra lección. Las sanciones requieren de una voluntad. Las sanciones las imponen instituciones como puede ser la Unión Europea. Sin embargo, la tienen que llevar a cabo cada uno de los estados miembros. Como estamos viendo ahora con las sanciones a los oligarcas rusos. Si no se hace un trabajo para investigar dónde están los bienes, quiénes son los testaferros, dónde están las actividades, entonces las sanciones no tienen ningún sentido. Y eso es lo que ha pasado en el caso venezolano. Los sancionados siguen disfrutando de todo su patrimonio mal habido.

-¿Entonces el tipo de sanciones que se están aplicando a Rusia, habría que hacerlo con Venezuela?

-Tendría que hacerse, pero ponerlo en serio. En un momento dado la vicepresidenta del régimen [Delcy Rodríguez] voló a España estando sancionada, teniendo prohibido el aterrizaje. No solamente aterrizó en Madrid, sino que la recibió un ministro, y cuya explicación posterior fue que ella nunca estuvo en España, solamente en el aeropuerto. El aeropuerto no está flotando en el espacio, está en el territorio español.

Leopoldo López Gil pidió mayor colaboración de la comunidad internacional para contener el avance ruso en Ucrania (Gustavo Gavotti)
Leopoldo López Gil pidió mayor colaboración de la comunidad internacional para contener el avance ruso en Ucrania (Gustavo Gavotti)

-La semana pasada la Fiscalía de la Corte Penal Internacional anunció que abrirá una oficina en Caracas. ¿Considera positivo este paso en medio de las investigaciones por violaciones a los derechos humanos?

-Esta noticia no ha sido bien interpretada. Para establecer una oficina tiene que ser anunciado formalmente, creo que tal cosa no ha sucedido. De todas formas, no creo que sea necesario abrir una oficina para realizar las investigaciones contra los violadores de los derechos humanos.

-¿Ve en el futuro a Maduro y Putin enfrentando a la justicia internacional?

-Son circunstancias distintas. Se está pidiendo un tribunal especial para el caso de Rusia, porque son crímenes de guerra, que no son exactamente los mismos que los que han sido hasta ahora jurisprudenciados ante la CPI en Venezuela. El uso sistémico del abuso de los derechos humanos es lo que se está viendo en Venezuela, y lo que podría llevar a Maduro a ser juzgado. Las torturas como política de estado, las prisiones y desapariciones, como lo ha destacado la señora Bachelet en su informe, es el tipo de cosa que puede llevar a Maduro a juicio. Sin embargo, en el caso de Putin es distinto porque son crímenes que se están cometiendo en un estado en guerra.

-Específicamente se ha exigido la necesidad de un tribunal como el de Nüremberg. ¿Estaría de acuerdo con esta iniciativa para juzgar a Putin?

-Yo creo que si. Hay que hacer eso definitivamente. No solamente a Putin, sino a cada uno de los comandantes que ejecutaron estas órdenes infames que estamos viendo en Ucrania.

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