En Cataluña ninguna de las partes está dispuesta a ceder

El magistrado provincial de Barcelona, Pascual Ortuño Muñoz, visitó los estudios de InfobaeTv en el ciclo Justicia Abierta

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¿Que opinión le merece lo que sucede en Cataluña?

— A ver, en el sistema legal, aquí podemos hacer un paralelismo con la mediación, pues en la mediación, las partes se unen, racionalizan el conflicto e intentan buscar una solución al conflicto. Pero muchas veces si no se busca esa racionalización, se ha de aplicar la ley, y la ley es muy dura. La ley es muy dura porque el sistema legal impide que exista que se haga un referéndum parcial si no es con el consentimiento del Parlamento estatal. Impide que haya una declaración de independencia autónoma pues es como si una ciudad decidiera atribuirse competencias que no están recogidas en la Constitución. Entonces claro, la propia Constitución establece un sistema para defenderse de esas posibles vulneraciones. Es cierto, hay un famoso artículo, el artículo 155 que ya se ha hecho muy famoso en todo el mundo.

Sí, todos conocemos el 155.

— Es un mecanismo de defensa frente a la posibilidad de que alguna entidad no respete la Constitución, incluso se alce contra el Estado, si estuviésemos dentro de un ámbito militar, sería una sedición, que sería mucho más grave: pues en el ámbito civil está la rebelión, ¿no? Está el delito de rebelión que es muy duro.

¿Qué es lo que viene?

— Al declarar la independencia, inmediatamente la Fiscalía del Estado imputará el delito de rebelión a los políticos; están castigados con las penas de 15 a 20 años de prisión. O sea que es una pena muy fuerte.
Por eso yo creo que claro, al no haber existido ninguna salida negociada, pues la Justicia tiene que actuar, ¿no? Afortunadamente estamos en un escenario donde todavía no ha habido muertos, donde no ha habido desgracias.

Sí, las empresas se han retirado.

— La economía se resiente, la sociedad también se ha partido en dos de alguna manera, pero todavía no está ese agravio, hubo cargas policiales que fueron indignantes también y que han dado mucho oxígeno a los independentistas, pero digamos, heridos de ir al hospital ha habido dos de los 800 que hubo, ¿no? De ir al hospital, uno por un infarto, que lo podría haber hecho en su casa. Entonces claro, tenemos por una parte que la Justicia debe actuar y precisamente, el escollo fundamental es que el sector independentista estaba de acuerdo en llegar a una solución pactada y convocar a elecciones, que era lo que se le pedía, pero finalmente pidieron que los procesos judiciales se terminaran. Y claro, el Ejecutivo no puede garantizar que los procesos judiciales se terminen porque ya están empezados, ya están en marcha y tienen que cerrar juicios. Otra cosa es que después del juicio se declaren los indultos o que por el principio de autoridad la Fiscalía no acuse o acuse por un delito más.

Sí, en realidad ninguna de las partes quiere ceder.

— En absoluto.

En absoluto. Entonces el problema de la mediación o de la negociación es que se hace muy difícil si yo quiero que usted haga lo que yo quiero y el otro al revés, es medio complicado a esta instancia negociar ¿verdad? ¿O hay alguna posibilidad de negociar ahora?

— A ver, yo creo que negociar siempre hay posibilidad, ¿no? El problema es que la batalla aumenta a medida que va subiendo el conflicto.

Va siendo uno el ganador.

— Claro. Entonces la negociación es para la rendición, es para la capitulación. Entonces la rendición es para ver cómo te vas a rendir, ¿no?

Sí, cómo va a ser la entrega.

— Cómo va a ser la entrega, si voy a ser más generoso, si voy a ceder. Los dos tenemos la experiencia del golpe de Estado de Tejero en el año 81, donde hubo una capitulación y bueno, pues allí también hubo un pacto que se circunscribió y castigaron de alguna manera a las cabecillas militares que habían movido los regimientos. Los castigaron a penas muy duras,¿no? Algunos de hasta 30 años de prisión, que luego se quedaron libres, pero Tejero cumplió 16 o 17. Pero sin embargo hubo un pacto y a otros muchos oficiales no los encauzaron sino que les aplicaron que habían obedecido a los superiores. Entonces a ver, hay fórmulas, lo que pasa, es que claro, la escalada del conflicto es mayor y se hace más violenta.

La posibilidad de que las personas queden conformes va a ser menor también.

— Claro. Y luego pues, el escenario que ahora mismo tenemos es de alguna manera de unos gobernantes civiles que se han levantado, no reconocen la legitimidad de las leyes estatales, de la Constitución y dicen, nosotros somos suficientes con una mayoría muy precaria, minoritaria, que no llega a la mitad ni siquiera de los votos emitidos en la última elección parlamentaria, pues con esto han derogado una Constitución que el propio Estatuto de Autonomía de Cataluña, que para derogar el Estatuto de Autonomía requiere una mayoría reforzada de 3/5. Sin embargo ellos, con una mayoría simple, de la mitad más uno de los presentes, pues ha reformado todo y se han declarado independientes. Pero claro, la única vía que les queda, es una movilización popular muy fuerte, forzar que haya disturbios, forzar que intervenga la policía, forzar que intervenga el ejército y entonces hacer una llamada de auxilio a la comunidad internacional, a grupos internacionales para que intenten hacer una mediación. Pero esto es muy difícil, es muy difícil. Lo hemos visto en procesos de paz como en Colombia, que cuando ha habido procesos delictivos bueno, se puede llegar a acuerdos después de mucho tiempo, de mucha negociación, pero hay que juzgar. Otra cosa es que luego venga un perdón o un indulto. O sea, han puesto la tesitura.

Muy alta.

— Muy alta, sí. Han hecho una apuesta, un órdago, que yo creo que desde el principio tuvieron la ilusión de que lo podían ganar.

Sí, y no se pensó en las consecuencias. Sobre todo las consecuencias jurídicas y en todo lo que va a venir y las responsabilidades de cada uno de ellos que van a ser responsabilidades muy altas ¿verdad?

— Sí, sí.

La entrevista completa: