El alumno había llegado tarde, con la clase ya empezada. El profesor podría haberle prohibido el ingreso, pero optó por otra estrategia para darle una lección.
Lo paró en el frente del aula y le pidió explicaciones por su tardanza. Como no lo convencían los argumentos, comenzó a abofetear al estudiante.
El video fue grabado por un compañero, temeroso de ser descubierto por el violento docente. No tardó en volverse viral en las redes sociales.
Este tipo de prácticas tan condenables no son aisladas en China, un país que concibe la educación desde una disciplina extrema, que en algunos casos puede llegar a la justificación de la violencia. Hace pocas semanas se conoció otro video, grabado en una universidad ubicada en la provincia de Gansu. En él se veía la reacción de un profesor con un grupo de alumnos que también había llegado tarde a clase.
En vez de pegarles él los sopapos, los hizo ponerse frente a frente y los forzó a golpearse entre ellos. Cuando veía que no lo hacían con la fuerza suficiente, los retaba con vehemencia.
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