García Luna, de encabezar “un antro de la mafia” a “topo” de las agencias de inteligencia de EEUU: Wornat

En su libro “Felipe el oscuro”, la periodista argentina señala que el ex funcionario de seguridad en los gobiernos de los panistas Fox y Calderón, no sólo tenía vínculos con el narcotráfico, sino que participaron en algunos de lo secuestros más célebres y asesinatos

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Ramón Pequeño García (izquierda), Genaro García Luna (centro) y Cárdenas Palomino, integrantes del "antro de la mafia" (derecha)  (Foto: Especial)
Ramón Pequeño García (izquierda), Genaro García Luna (centro) y Cárdenas Palomino, integrantes del "antro de la mafia" (derecha) (Foto: Especial)

El libro: “Felipe el oscuro” de la periodista argentina Olga Wornat, una investigación escrita entre 2010-2011 que se topó con un montón de obstáculos al grado de que su publicación tuvo que ser congelada 10 años por Planeta debido a las amenazas que recibió no sólo la autora, sino también la casa editorial.

A grandes rasgos desmenuza las decisiones, estrategias y hechos vinculados con los momentos más críticos del gobierno de Calderón Hinojosa —junto con la participación de Genaro García Luna, en la Secretaría de Seguridad Pública, definida como “un antro de la mafia” por la periodista argentina.

Felipe el oscuro permaneció inédito, pero Wornat siguió investigando. Decidió reescribirlo para publicarlo, cuando encontrótres videos que involucran directamente a Genaro García Luna y, por ende, a Felipe Calderón” ya que el primero pide dinero a los cárteles a nombre de su jefe.

Los videos se grabaron a bordo de una avioneta en el aeropuerto de Toluca. “Yo los vi, son tremendos”, se ve a García Luna pidiendomucho dineropara Calderón a una organización criminal. “Y se lo entregan”. Además, como anécdota, Genaro pregunta si le trajeron sus mancuernillas Cartier.

El capítulo 2 del libro "Felipe el oscuro", denominado "El topo" retrata la vida y obra de García Luna y cómplices (Foto: Especial)
El capítulo 2 del libro "Felipe el oscuro", denominado "El topo" retrata la vida y obra de García Luna y cómplices (Foto: Especial)

En el capítulo 2 y bajo el título “El Topo”, Wornat aborda la vida y obra de Genaro García Luna desde sus inicios en la administración pública federal

Señala que un agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) le reveló que desde que Genaro estaba en el CISEN, la agencia sospechaba de sus malos manejos y lo tenía bajo su radar por sus vínculos con el narcotráfico. En aquel tiempo Amado Carrillo Fuentes, “El señor de los cielos”, era uno de los capos más poderosos de México y pagaba millones a políticos, policías, militares y jueces.

Le decíanMetralleta” o “Tarta”, porque sus problemas de dicción le impedían completar una frase o transmitir una idea. Es prepotente y violento. Fue discípulo de Jorge Carrillo Olea, ex funcionario de seguridad, y ex gobernador de Morelos, y recomendado de Jorge Tello Peón, también ex integrante del Centro de Investigación y Seguridad Nacional.

A García Luna lo condenaba su pasado, tenía las manos manchadas y la comisión de delitos estaba en su naturaleza. Tenía un poder unívoco y la protección del presidente, pero la corrupción dentro de la Secretaría de Seguridad Pública que encabezaba era monitoreada por las agencias estadounidenses que vigilaban la guerra contra las drogas que decretó Felipe Calderón.

Las agencias de inteligencia de EEUU sospechaban desde sus inicios de García Luna (FOTO: TERCERO DÍAZ/Cuartoscuro)
Las agencias de inteligencia de EEUU sospechaban desde sus inicios de García Luna (FOTO: TERCERO DÍAZ/Cuartoscuro)

Algunos policías bajo su mando fueron asesinados por estar coludidos con el narcotráfico o por venganzas internas y traiciones. Una lista interminable de supuestos testigos protegidos fue utilizada por García Luna y sus secuaces para acusar a inocentes o vengarse de enemigos.

En su mandato en la Agencia Federal de Investigación (AFI) sus policías sumaron 447 actos delictivos. Su alianza con las mafias se incrementó y la organización policiaca que encabezaba estaba contaminada por el narcotráfico y por la participación en secuestros célebres, escribió Wornat.

El 19 de julio de 2005 fue secuestrado Rubén Omar Romano, entonces técnico del club de futbol Cruz Azul. Estuvo cautivo 65 días y de manera sorpresiva, el 22 de septiembre de ese año fue liberado en un operativo encabezado por García Luna y Luis Cárdenas Palomino, su brazo derecho.

Luis Canchola Sánchez, supuesto líder de la banda de Los Canchola, fue responsabilizado de dirigir el secuestro desde el penal de Santa Martha Acatitla, aunque era viejo conocido de Cárdenas Palomino y de Igor Labastida, otro cercano a García Luna.

Ruben Omar Romano fue secuestrado cuando dirigía al Cruz Azul en 2005 y se sospecha que García Luna y su cartel fueron los autores, también del de Silvia Vargas y el de Fernando Martí (Foto: Cuartoscuro)
Ruben Omar Romano fue secuestrado cuando dirigía al Cruz Azul en 2005 y se sospecha que García Luna y su cartel fueron los autores, también del de Silvia Vargas y el de Fernando Martí (Foto: Cuartoscuro)

Cuando llegaron al lugar donde estaba Romano lo dejaron esperando dentro al menos una hora. “Fue extraño, después me enteré de que estaban esperando a los medios”, reveló Romano. Le pidieron que reconociera a sus plagiarios, pero no pudo porque todo el tiempo estuvo vendado, a pesar de ello culparon a Los Canchola.

El montaje de la liberación fue urdido por García Luna, que necesitaba promocionar su imagen. Después, durante un partido entre Cruz Azul y Dorados, Romano portó una playera con la leyenda: Gracias AFI, lo que le trajo reconocimiento a García Luna.

De acuerdo con Wornat, García Luna y el entonces secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, fueron cómplices en el secuestro de Silvia Vargas Escalera, hija de Nelson Vargas, entonces director de la Conade, en tiempos de Felipe Calderón, ocurrido el 10 de septiembre de 2007. A pesar de que se pagó el rescate de USD 3 millones, Silvia fue encontrada muerta en diciembre de 2008 en un predio en Tlalpan.

El 4 de junio de 2008, Fernando Martí, de 14 años, hijo de Alejandro Martí, fue secuestrado en un falso retén. A los 53 días, el cadáver del joven fue abandonado en inmediaciones de la entonces delegación Coyoacán.

El Mayo Zambada era cliente del despacho de abogados de Óscar Paredes Echegaray, asesinado en 2010 y quien investigaba a García Luna (Foto: Especial)
El Mayo Zambada era cliente del despacho de abogados de Óscar Paredes Echegaray, asesinado en 2010 y quien investigaba a García Luna (Foto: Especial)

El 20 de agosto de 2010, fue asesinado Óscar Paredes Echegaray, un empresario y dueño de un despacho de abogados que tuvo entre sus clientes a Amado Carrillo Fuentes e Ismael “El mayo” Zambada. Este hombre tenía una libreta donde registraba todo lo que había investigado sobre García Luna y Cárdenas Palomino a quienes apuntaba como autores del secuestro de su hijo y de los vínculos con el cartel de Sinaloa y cuanto cobraban por darles protección. Esa libreta nunca apareció.

Sin embargo, el nombre de Óscar Paredes no murió porque regresó a través de Jesús “El rey” Zambada, en el juicio contra “El Chapo Guzmán cuando denunció a García Luna de recibir millones de pesos en sobornos del cártel de Sinaloa.

Olga Wornat narra un episodio en el que antes de que Felipe Calderón tomara posesión, tres generales se reunieron con Juan Camilo Mouriño en un restaurante en Polanco y le entregaron informes de inteligencia que revelaban los negros antecedentes de García Luna.

Un general relató que a medida que Mouriño leía los expedientes su rostro fue cambiando y en determinado momento azotó los papeles en la mesa y salió enfurecido del lugar seguido de Jordi Herrera, hombre cercano a Felipe Calderón que lo había acompañado y trataba de convencerlo de no abandonar el lugar: “¡No! ¿No podemos permitir que estos cabrones nos presionen con estas chingaderas!”, explotó Mouriño.

Los generales tenían pruebas de que el cartel del Pacífico había donado varios millones a la campaña de Calderón a través de García Luna.

Lo que explicaría la permanencia de García Luna en labores de seguridad en los gobiernos de Fox y Calderón tendría su base en 2004 cuando Karen Tandy, administradora de la DEA, entregó a García Luna una medalla como premio “por su valiente lucha contra el narcotráfico”, lo que reafirma la hipótesis de que la solicitud de mantenerlo en el sexenio de Calderón vino de la mano de las agencias de inteligencia de Estados Unidos: DEA, FBI y CIA.

Una segunda hipótesis dice que el padrinazgo llegó de su maestro el omnipresente Jorge Tello Peón y de Héctor Slim Seade, director de Telmex y sobrino de Carlos Slim.

También fue apoyado por los poderosos empresarios Lorenzo Zambrano, Olegario Vázquez Raña, Emilio Azcárraga Jean, Bernardo Gómez y Ricardo Salinas Pliego, de Televisa y TV Azteca que cultivaban desde antes una estrecha amistad y de negocios varios con el jerarca de los montajes.

Al parecer, García Luna se convirtió en topo para las agencias de inteligencia de EEUU (Foto: REUTERS/Mike Blake)
Al parecer, García Luna se convirtió en topo para las agencias de inteligencia de EEUU (Foto: REUTERS/Mike Blake)

En septiembre de 2008 García Luna contrató a Telmex para mudar oficinas de la Policía Federal a la Plataforma México, el gran bunker de inteligencia a través del que supuestamente se ganaría la guerra contra el narcotráfico declarada por Calderón Hinojosa. El pastel fue de 3,365 millones de pesos, de los que Slim se llevó el 80%.

El testigo clave “soplón” de la “Operación limpieza” con la que se comenzó a desmantelar la mafia de García Luna fue Alberto Pérez Guerrero, un ex agente federal que trabajó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y después infiltrado en la embajada de EEUU en México desde la que pasaba datos a los Beltrán Leyva. Había sido recomendado para trabajar en esa sede diplomática por Genaro García Luna, quien ahora se encuentra detenido en EEUU acusado de vínculos con el narcotráfico, lavado de dinero.

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